Afianzo el agarre en su cintura sin intención de soltarlo nunca. No quería soltarlo.
Lo abrazo con fuerza, escondiendo la cabeza en su cuello y aspirando el delicioso olor que tanto amo.
Ya habían empezado las vacaciones, por lo que teníamos que volver a casa, lo que significaba tener que separarnos, lo que no me apetecía nada.
No quería separarme de su lado.
No quería volver a casa.
No quería tener que dormir sin él.
No quería dejar de sentir su calor y su amor.
Y él se sentía igual.
Me abraza fuertemente, escondiendo la cabeza en mi cuello.
Nos encontrábamos en mi habitación. Todos se habían ido ya, solo faltábamos nosotros, pero nos negábamos a irnos.
—No quiero separarme de ti.— susurra.
—Ni yo de ti.— susurro, besando su mejilla.
—Seguiremos viéndonos, ¿verdad?
—Claro que si, no podrás deshacerte de mi tan fácil.
—Jamás querría deshacerme de ti.— sonríe.
—Te amo, bebe.
—Te amo, Kacchan.— beso sus labios con dulzura—¿Me llamaras?
—Todos los días. Y hablaremos siempre antes de dormir.
Asiente. Me abraza de nuevo con fuerza, mientras une nuestros labios pasionalmente.
Lo amaba con mi vida y lo echaría mucho de menos estos días. Pero a pesar de eso no dejaríamos que nada afectara a nuestra relación.
Un rato después salimos de allí y empezamos a dirigirnos a nuestras casas. Lo bueno de todo esto es que vivíamos al lado, por lo que podíamos vernos siempre que quisiéramos.
Lo malo iba a ser no tenerlo conmigo todo el día ni poder dormir con él. Lo iba a extrañar mucho. Iban a ser las dos peores semanas de mi vida.
Lo abrazo con fuerza al llegar a nuestra calle. Aspiro su olor.
—Te amo mi amor, con mi vida.
—Y yo a ti.
Agarro sus mejillas, uniendo nuestros labios en un dulce y lento beso. Eran tan adictivos. Amaba besarlo.
—Nos vemos pronto.
—Si.
Nos despedimos por última vez y nos separamos. Suspiro y abro la puerta.
Que empiece el infierno.
—¡Ya he llegado!— aviso al entrar.
Giro los ojos, esquivando la chancla que venia dirección a mi cara.
Ya empezamos.
De pronto veo aparecer a la que se hace llamar mi madre por la puerta de la cocina con una espátula en la mano y su típica cara de enfado máximo.
—¡¿Qué son estas horas de venir?! ¡Tendrías que haber estado aquí hace media hora!— me reclama.
Suspiro.
Siempre igual.
—Estaba ocupado.
—¡¿Ocupado con que?!
Con mi novio.
—No te importa. — musito, serio.
—¡No me hables así, que soy tu madre!
ESTÁS LEYENDO
Miradas indiscretas {Bakudeku} (Terminada)
Fiksi PenggemarLas miradas dicen más que mil palabras. Midoriya y Bakugou eran la prueba de ello... Desde que lo salvo hace años de unos perros, Midoriya ha estado enamorado en secreto de Bakugou, su mejor amigo de la infancia. Nunca se había atrevido a confesarse...