Me vuelves loca. (Joker)

Capítulo 12: "Y... ¿Por que no?"

Esperé a Jake en comisaría hasta que salió a las ocho en punto del trabajo. Supe que no seria buena idea contarle la conversación con el Joker, que se enfadaría... Pero no me quedaba otra opción.

Salió por el portón de la policía y me levanté a recibirle.

-Jake, ¿Como te ha ido?.- Dije con una sonrisa al ver su cara de cansancio, era muy divertida.

-Agotador, sólo por escuchar ruidos raros en una casa ya hay un ladrón... La gente esta más miedosa que nunca. Y al jefe le has gustado bastante, seguro que te admite... Yo lo haría.- Me guiñó un ojo y me dio un abrazo.

-Anda vamos, no aguanto estar en comisaría ni un minuto más.- Me deshice de sus grandes brazos y lo acompañé hasta la puerta. Al salir, inclinó la cabeza hacia arriba y respiró, yo no paraba de mirarle y reír mientras él decía:

-¡AL FIN LIBERTAD!- A grito limpio.

Luego me cogió de las piernas y me llevó boca abajo todo el camino mientras el se reía. No paraba de pegarle.

-Bájame, no tiene gracia... ENSERIO ¡BÁJAME!.- La verdad es que estábamos dando un espectáculo en medio de la calle.

-¿Que no tiene gracia?, yo no lo creo...- Y una carcajada salía de sus labios.

Después del show que dimos nos fuimos a un restaurante que estaba justamente al lado del "MARGARET CAFÉ" y que me hizo pensar más en lo que debía decirle.

El restaurante no tenía nada que ver con el sitio de esta mañana... Era una especie de establecimiento moderno que comparado con el de su lado, este tenía mucho que envidiar al otro y eso que estaba abandonado.

Entramos al sitio lleno de sillas blancas con mesas puestas de forma ordenada y muy conjuntadas con todo. No me gustaba nada.

Jake creo que se imaginó lo que me pasaba por la cabeza, y se justificó diciendo:

-Tiene buena fama y buenos precios...

A lo que respondí:

-Al menos tiene algo bueno.

Nos sentamos cerca de la ventana, y mi amigo empezó a mirar la carta mientras yo miraba a un punto infinito en la pared pensado en como le iba a decir lo de esta mañana... En mitad de la noche iluminada.

-Dios Clary, aquí tienen pastel de carne con queso.- Me sorprendí al escuchar Clary... Cuando se ponía niño me llamaba así, y me encantaba. Le sonreí al escucharlo, es adorable.

-Pues pídeme a mí otro anda.- Le miré dulcemente mientras el se levantaba para pedirlo en la barra. No había camareros por que se supone que era "moderno"... "Y sirven pastel de carne como moderno que es" pensé para mi misma con sarcasmo.

Después de 5 minutos, vino con esos pasteles que olían de maravilla... ¡Maldita sea! Así era imposible decir nada serio.

Jake puso los manjares sobre la mesa y los terminamos en menos de 2 minutos. Con la tripa llena, me dije a mi misma que ya era hora de enfrentarse al problema, no soy buena ocultadora de secretos... Le miré fijamente a los ojos, tenía la expresión de un niño en su cara, con esa sonrisa tan juvenil y sus ojos azules reluciendo. "¡Que difícil!" pensé.

-Jake, se que te vas a enfadar... Y estas en pleno derecho, lo que te voy a contar es complicado, y necesito que lo entiendas.

Él se quedo concentrado en mi boca, atendiendo.

-Te escucho.

Le conté casi toda la historia, menos la parte en la que aquel hombre me miraba hipnotizado y me soltaba piropos, de como me sonrojaba y de lo atractivo que me parecía a pesar de ser un delincuente.

Lo que dijo en ese momento me dejó de piedra.

-No me he enfadado, más bien, me gusta eso de hablar con él.

Yo me quedé con los ojos salidos de las cuencas.

-Espera, espera... ¿¡QUE?!.

-No me importa, de verdad, y me alegro que lo hayas hecho. Estoy muy orgulloso de ti, eres muy valiente.

Me pellizqué disimuladamente para ver si eso no era más que una ensoñación o imaginaciones mías, pero no.

-Entonces, hablarás con él ¿no?.

-Si quiere bailar, yo le sacaré, pero bailará a mi compás.- Dijo con un tono misterioso.

-En cristiano por favor.- Cuando se ponía en plan poli no le entendía absolutamente nada.

-Hablaré con él. Aunque no se como si no te ha dado ninguna dirección.- Nos levantamos y, esa vez, le tocaba invitar a él. Se fue a la barra y depositó el dinero allí.

Pensé lo mismo sobre que le faltaba el donde y el cuando, mientras rebuscaba por mi bolso blanco el móvil... En ese momento, toqué un papel doblado.

Lo saqué enseguida y vi que ponía:

"En el mismo sitio, mañana y a la misma hora".

Toqué el hombro de Jake y le dije:

-¿Esto resuelve tus dudas gran policía?.

Y le dí el papel con la letra J en el borde.