Capítulo 19: "Hablemos"

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La luz iluminaba la mañana y mis ojos estaban abiertos de par en par. Mi nerviosismo no hacía más que aumentar y mi corazón iba a mil por hora.

Me levanté rápidamente de la cama y me fui a la ducha.

Mientras me duchaba y me vestía sólo podía pensar en él. "¿Que me dirá? ¿Y si a lo mejor dice que le ayude? ¿Me explicará su pasado? ¿Me dirá que quiere de mi?" Mi conciencia me miraba con una expresión de desagrado mientras murmuraba que parecía una adolescente, no la soportaba.

Mi vestimenta era muy elegante; camiseta negra de tirantes, una falda algo larga de vuelo blanca y unos tacones blancos.

Delante del espejo, me di mil vueltas para comprobar si iba bien, "Es sólo una reunión mema" mi conciencia hoy tenía la lengua demasiado suelta.

Antes de irme, me detuve donde estaba la cama de Jake y le dejé una nota para cuando volviera que había escrito la noche anterior.

"Jake, me he ido a cumplir la otra parte del trato, así que no te preocupes por mi. A la vuelta saldremos a tomar algo, te lo prometo :)

Besitos, Clary"

Me fui de allí sobre las 9:45 de la mañana y, por una vez, cogí el coche de Jake.

Conducir un coche no se me daba mal, el problema es que me aburría dentro de él y no me sentía cómoda. Menos mal que Yellow Stone esta a poca distancia de el hotel.

Llegué al conocido parque de la calle y aparqué al lado de una tienda muy mona de ropa.

Cuando salí del coche, sentí una gran liberación y me fui en busca del Joker.

Me senté en un banco del parque buscándole con la mirada hasta que encontré una carta puesta en la rama de un almendro que había en frente mío.

Me levanté y la cogí al vuelo.

La carta olía a menta y tenía manchas de maquillaje.

"Estoy cerca de ti..."

Esa frase me hizo reaccionar y me guardé la tarjeta.

Busqué por todos los escondrijos del parque hasta que al fin lo encontré.

Llevaba una rosa en la mano y con la otra me decía ven desde el otro lado de la calle.

Fui hasta él y me fije en lo elegante que iba.

Esta vez vestía un esmoquin negro con una camisa morada ceñida y unos pantalones negro ajustados que recalcaban su esbelta figura.

Antes de que dijese nada, el empezó hablando.

-Estas exuberante.- "Dios, tu si que lo estas" Iba a decirle eso pero no me salían las palabras.

Me dio la rosa entre mis manos y dijo algo que me hizo temblar durante unos instantes.

-Este regalo no tiene comparación contigo.- Su mano se sostuvo de la mía durante unos instantes, hasta que al fin la quitó y me señaló unas escaleras.

-Ven, vamos a resolver el trato.- Cada vez que hablaba, me quedaba anonadada escuchando su voz. "Es una tontería" Me dije a mi misma y me prometí que iba a mantener la calma... Que no me dejaría hipnotizar por su increíble atractivo y su enigmática personalidad.

Subíamos hasta lo más alto de la azotea y observé que ya lo tenía todo preparado.

Un mantel puesto en el suelo, una botella de vino y dos copas... La verdad es que era muy buen plan.

Anduve hasta donde estaba él y por fin me di cuenta de lo especial que era este lugar.

Desde lo más alto de aquel edificio se podía ver toda la ciudad y luego el inmenso mar que no acababa nunca. Me di cuenta de que él no paraba de mirarme mientras yo contemplaba las vistas a mi alrededor, parecíamos los reyes del mundo.

Entonces se me ocurrió la idea de acercarme más a él, por ver como reaccionaba, y así lo hice. Me aproximé hasta que entre él y yo sólo había una mínima distancia; lo que no me esperaba es que el me rodeara el cuello y me atrajese hacía él.

-Hueles a coco... Me gusta.- Me iba a dar algo en esos instantes, mi corazón me decía a gritos que dijese algo... Pero claro ¿Que digo?.

-Me encanta estas vistas, me siento la reina del mundo.- Sonreí y le miré a los ojos.

Su mirada dulce y su expresión humilde me hacía creer que no era un delincuente, en ese momento no pensaba en las maldades que había hecho ni en las anécdotas que me contaron... Sólo me centré en lo que veía.

-Yo me sentí igual la primera vez que vine aquí, como si pudiera controlarlo todo y hacer que el mundo fuera como yo quiera.- Miraba al horizonte de forma soñadora y me dio una suave caricia en la espalda.- Bueno, vamos a hablar de negocios ¿De acuerdo?.

"¿Como narices puede tener un carácter tan voluble?" Aunque tenía razón, así que nos sentamos en aquel mantel y él me sirvió una copa de vino.

-Clary, ¿Que necesitas primero?.- Aquella pregunta me vino de forma repentina y me ruboricé. Bajé un poco la cabeza hasta que el sonrió de oreja a oreja y aclaró lo que quería decir.-Me refiero a el tema del trato... ¿Aunque, sabes una cosa? Estas preciosa cuando te sonrojas.-"¿Pero que pretende diciéndome esas cosas" Mi frustración al ver que me ruborizaba más fue de mal en peor. Al final conseguí calmarme y empecé a hablar sobre lo que realmente era necesario.

-Necesito saber todos los miembros de las mafias y que han participado en ellas. Eso es lo principal.

Se fijó en mí unos instantes y habló.- Se sincera, ¿Es lo que necesitas tu o lo que necesitan ellos?.

A lo que yo respondí.

-Es lo que necesitamos todos.

-Entonces esto es lo que necesitas.- Sacó un papel de su esmoquin y me lo entregó.- Te aviso que te sorprenderás con algunos de los miembros... Aunque la mayoría de la policía sólo se maneja con dinero como si fueran fichas de ajedrez compradas al mejor postor.- Guardé el papel y le di un sorbo al vino... Estaba exquisito.

-Y ahora que hemos zanjado el asunto... háblame de ti.- Dijo esa frase de forma tan sensual que por poco me iban a temblar las piernas. "Dios mío Clary

CÁL-MA-TE".

-¿Y por donde empiezo?.- Mi sonrisa nerviosa no se quería ir de mis labios, era como si estuviera inmóvil.

-Tengo curiosidad por saber que es el mundo para un ángel.- Su mirada era intensa y sugerente mientras una sonrisa de medio lado asomaba por su rostro maquillado.

¡¿Como narices voy a hablar de forma lógica si me mira de esa forma?!

Me vuelves loca. (Joker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora