Me vuelves loca. (Joker)

Capítulo 31:"Mala idea"

PARTE DEL JOKER

Aquella chica me volvía loco y era perfectamente consciente de ello.

Lo quería todo de ella; sus besos furtivos, sus caricias precavidas, sus risas nerviosas y descontroladas, su cara mirándome como si fuera un puzzle por resolver, sus manos acercándolas a las mías como si fuera a irme... Todo.

Notaba como me miraba disimuladamente mientras me iba. Sonreí y decidí irme dejando notar que la había pillado. Giré la cara hasta poder mirarla y le guiñé un ojo, ella se ruborizó al instante y se fue directa al hotel. Me encantaba cuando se azoraba, sus mofletes parecían un par de manzanas que daban ganas de comérselas.

Seguí caminando bajo la lluvia y empecé a pensar en ese tal Jake. Analicé cada mirada que le dedicaba a Clary, como la trataba, como le hablaba, y me pareció que todos esos gestos significaban más de lo que ella pensaba.

Seguro que estar con él sería mejor que estar con el mayor asesino de Gotham. Es un buen rival.

Caminé y caminé sin parar por las calles. Sabía a donde tenía que ir, y me conocía esta ciudad como la palma de la mano. Pensé en que pasaría si Clarisa estuviera conmigo, si estaría de acuerdo en luchar por mi causa. No se sabe, aquella chica era completamente impredecible, y esa es una de las razones del por que la quiero tanto en apenas una semana.

Al fin encontré aquel jardín botánico.

Miré hacia todas las plantas hasta que al fin encontré a mi aliada. Hiedra Venenosa se hizo notar entre toda aquella vegetación como si fuera una diosa, era muy creída.

Sus cabellos pelirrojos eran dignos de alabar y su piel era tan delicada como las hojas de los árboles. Y no hablemos de sus curvas tan bien marcadas... Cualquier hombre se podría a babear.

Pero no había punto de comparación con Clary.

Vino hacía mi con una caja en la mano y una mirada pícara dirigida a mi.

-Que guapo estas hoy...- Ronroneó. Las mujeres no se que les pasaba conmigo, pero cada vez que iba sin maquillaje, se quedaban embriagadas. ¿Es que ninguna se fijaba en sus feas cicatrices?.

-Déjate de cumplidos y dame lo que quiero.- Fui directo al grano. Aquella mujer no me iba a engañar para conseguir lo que quiere. Una de sus plantas estaba alrededor de ella, protegiéndola de mi.

-Owww... Así que el chico guapo quiere que le de su juguetito... Pues ven a por el.- Se elevó delante mía con ayuda de sus plantas y la vi colgándose en el techo en menos de una fracción de segundo. 

¡Maldición!. Me lo tendría que haber imaginado de aquella bruja. ¿Como podía haber caído tan bajo?.

Sin pensarlo dos veces, saqué una pistola que llevaba escondida en el zapato y empecé a dispararla. A cada bala que lanzaba contra ella, la esquivaba. Sin duda seria difícil de matar.

Ella se reía y lanzó una de sus gigantescas plantas contra mi, haciendo que me estampara contra una de las paredes de cristal. Esta se la devolvería, de eso estaba seguro.

Vi que se acercaba hacía mi con una sonrisa maligna en sus labios, como si supiera que estaba a su merced. La caja aún seguía en su mano.

-¿Que tiene esta cajita que tengo aquí que sea tan importante? Por que me gustaría saberlo... Y mucho.- Encima me intentaba seducir, eso ya era el colmo.

-Lo vas a lamentar Hiedra, yo que tu no haría preguntas estúpidas.- Escupí al suelo y, con la mano libre que me quedaba, utilicé mi última bala a suertes.  Y no sé a que le dio.

Cuando vi el dolor de Hiedra en su rostro, una gran satisfacción se derramó por todo mi rostro.

-¡Joder!.- Le había disparado en el brazo. Ese día era mi día de suerte, seguro. Soltó la caja y se aguanto el brazo mientras noté como la planta dejaba de asfixiarme.

Al fin la tenía conmigo. La cogí como si fuera lo más importante del mundo.

-Esto... No ha acabado... Aquí.- Sentía como disimulaba su dolor, y eso sólo me hizo sonreír.

-Y tanto que no ha acabado aquí.

Antes de salir, noté como Hiedra se encogía de hombros, asustada por mi amenaza.

Pero yo no hacía nada más que pensar en la reacción que tendría Clary al verlo... Menuda sorpresa.