Capítulo 23: "¿Socios?"

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PARTE DE SELINA

-¿De verdad piensas que puedo volver a asociarme contigo como si nada?, olvídalo payasín...- Estaba alucinando con la proposición de él, ¿Como tiene la cara tan dura de pedirme que le volviera a ayudar si sabe que estoy con Batman?. La lluvia caía sobre su rostro y el maquillaje le abandonaba el rostro lentamente, aunque volvía a ver esa ilusión que me parecía nueva y desconocida en él.

-Batman no sabe que tu y yo estuvimos asociados ¿Verdad?.-Al ver que yo no respondía, soltó una carcajada mientras me señalaba, riéndose de mi. "Oh, pues al parecer no ha cambiado tanto" pensé mientras frucí el ceño.- Veo que ese Batman te ha quitado hasta la capacidad de decir la verdad. Sólo eres su perrita de compañía. Sabes que conmigo eso no sucedía, que eras libre de hacer lo que quisieras. Todo el mundo temía a la Gran Catwoman y ahora has bajado mucho el listón, pero, si vuelves a estar conmigo, sabes que subirás tan alto que hasta ese murcielaguillo tuyo te tendrá miedo y dejarás de estar dominada por él. Venga, sabes que quieres unirte. Te hecho de menos socia.

En esos instantes me acordé de cuando me lo propuso, la primera vez que le vi.

Lo conocí en mitad de un secuestro. Estuve atando a un multimillonario alrededor de una silla mientras un chico que estaba como ayudante le apuntaba con una G17 hecha de oro y aluminio.

Mi disfraz era tan negro que no se me distinguía en aquel oscuro rincón de la ciudad. Ese disfraz lo era todo para mí, desde mi máscara hasta mi arma más mortífera.

Con mi capucha con orejas de gato y mi traje completamente ceñido al cuerpo me sentía muy segura de mi misma. Termine de anudar a el millonetis y vigilé la puerta; no sabía quien me había contratado para aquello, pero sabía que si lo hacía me llevaría un botín de 4 de los grandes. No iba a negarme.

Y allí estaba él, su risa me daba miedo y sus cicatrices aún más. Aunque parecía bastante fuerte, así que en un combate cuerpo a cuerpo me ganaría con creces.

Pasó por delante de mi y se dirigió hacía aquel señor al que había ligado a la silla. Tenia cinta aislante en la boca por que estaba segura de que se pondría a chillar como un loco, y no queríamos llamar la atención.

Al fin, aquel hombre empezó a hablar. Y su voz era tan grave como aterradora.

-William Honess... Te dije que no pararía hasta encontrarte y mira, he dado contigo. ¿Que casualidad verdad?.- Ladeó la cabeza con una sonrisa en el rostro.- ¿No contestas? ¿Que pasa? ¿Te ha comido la lengua el gato?.- Giró la cabeza y me hizo un gesto de aprobación al que yo no respondí por que estaba aterrada. Siempre he tenido algo de miedo a los payasos, pero esto ya era exagerado para mi, demasiado.- Maúlla al menos, ¿O es que no quieres hablar?.

Intenté hacerlo, pero no me salían las palabras.

Dejó de prestarme atención de repente y siguió mirando a la víctima a los ojos. Aquel pez gordo se había meado encima... Era asqueroso. Yo sólo rogaba por que lo matara de una vez.

Se metió la mano en el bolsillo y sacó una navaja afilada. Brillaba en mitad de la noche como si fuera el centro de atención.

-Antes de matarte quiero que sepas una cosa, la gente como tu no vale nada. Nada. Arruináis la vida de los demás con sólo vuestra presencia, demostrando lo felices que son, tanto tu y tu familia sois seres repugnantes.... La felicidad es repugnante. Así que por eso voy a quitaros todo el dinero y voy a asesinarte, por que dais asco.

Le clavó la navaja lentamente en el cuello hasta que la sangre le goteaba por la silla y se confundía con el pis de la víctima.

El ayudante se quedó paralizado y se fue corriendo. En eso momento podía hacer lo mismo, pero no quería por que me esperaba una gran recompensa con demasiada pasta que no me gustaría rechazar, así que me quedé allí quieta esperando.

Él se quedó quieto, agarrándose a la silla y me miraba fijamente.

-Así que tu no te has ido ¿Eh gatita?, sorprendente... Eres la primera.- "Normal, con tu bienvenida..." Seguía petrificada en la pared mirándole impaciente.- Ahora te daré el dinero... Pero he pensado en que tu y yo formaríamos un buen equipo ¿Sabes?, tu con tu agilidad y velocidad y yo con mi inteligencia y mi locura podríamos hacer grandes cosas... Tendrías más dinero del que nunca hubieras podido imaginar.

Esa idea me hizo cambiar la cara, y asentí con tantas ganas que me empezó a doler el cuello.

El se rió y dijo:

-Claro, como ibas a decirme que no a eso...

Ahora ya no me daba tanto miedo, sólo me da pena. Era sólo un solitario incomprendido que buscaba un poco de compañía. Y la verdad es que tenía razón en todo lo que había dicho sobre como me trataba Batman... Le quiero, pero soy tan egoísta que prefiero quererme más a mi misma que a nuestro amor.

Así que no lo pensé más veces; me levanté de aquel banco tan incómodo, le dí la mano y, en mitad de la lluvia, le dije.

-Payasín, acepto el trato.

Y le tendí mi mano para que la estrechara y eso hizo con una sonrisa en su boca. Ahora mismo lo principal era como ingeniármelas para que Bruce no se enterase de lo que acababa de hacer, pero eso ahora me daba igual.

Lo que quería era sentirme libre, y al final, lo he conseguido gracias al Joker, mi nuevo socio.

Me vuelves loca. (Joker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora