Miedo

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Ha pasado tres meses desde la desaparición de Sasuke, la policía aún no ha conseguido pistas nuevas que les ayuden a conseguir información sobre él. Desde entonces mi vida parece moverse en automático, voy a la escuela, después al trabajo y después regreso a casa a esperar a Sasuke.

Mi padre insistía en que regresara a su casa o que dejara de trabajar ya que el había decidido regresarme el dinero y pagar la Universidad, sin embargo, lo que el no sabia era que no solo trabajaba por dinero, si no que continúe trabajando para no volverme loca en esta tortuosa espera, que cada día y cada noche que pasaba sin respuestas me estaban consumiendo.

Hubo momentos en los que busque respuestas entre las cosas de Sasuke, pero no importaba cuanto buscara, no encontraba nada, ni una sola pista que revelará su ubicación o la de su hermano. Naruto, mi gran amigo, el cual he entendido por que Sasuke lo veía como un hermano, no solo me cuidaba y me procurará, aveces era tan molesto que me olvidaba de que era un amigo, continuamente me llamaba o pasaba por mi al trabajo para ver que estaba bien, al principio creí que lo hacia por que se sentía culpable por no recordar nada de lo que les había pasado, sin embargo, cuando se lo mencione, me dijo que lo hacia por que veía a Sasuke como el hermano que nunca tuvo y que quería cuidarme como si fuera su hermana ya que sabia el amor que sentíamos el uno por el otro.

Recuerdo haber llorado mucho en sus brazos cuando me dijo eso, era como si mi amado Sasuke me hubiera encomendado a él, sabiendo que si el desapareciera, Naruto estaría ahí para lo que necesitara.

-Por dios Sakura ¿Te estas alimentando bien? - Se quejo Ino al llegar al apartamento. Había venido ha pasar unos días a mi lado ya que sospechaba que no le decía toda la verdad.

-Si- parte de mi mintió, quiero decir si me alimentaba pero había días en los que solo comía un sándwich en todo él día.

-Pinocha te deberían de llamar- dejo sus maleta en la entrada y me dio un fuerte abrazo. Cuanto he necesitado que alguien me sostenga y me abrace.

Después de que se instalara, le conté todo lo que había pasado desde que desapareció Sasuke, los nulos y patéticos avances de la policía, mi acercamiento con Naruto, quien jamás creí que fuera tan importante en mi vida, le conté de mi trabajo en la cafetería, en las llamadas que he tenido con mi padre y las peleas con mi madre. Por que si, mi madre esta furiosa de que me quede aquí, no para de decirme Te lo dije, con respecto a que decía que era peligroso que mantuviera mi relación con Sasuke.

-Esta tarde tengo que trabajar, pero podemos pasar los siguientes días juntas- Mi jefe me dio unos días libres, después que no he aceptado tomar mis descansos en los últimos meses.

-Esta bien, en los que regresas terminaré de instalarme

Los días en Seattle parecían estar en sintonía con mi sentido del humor, no paraba de llover, el cielo estaba nublado y oscuro, la mayoría de las noches cuando regresaba a casa el frio calaba los huesos, pero en vez de tomar un taxi para evitarlo, me iba caminando deseando que cuando llegara al apartamento Sasuke estuviera ahí o al menos la policía me diera buenas noticias, excepto por hoy.

-Disfruta de tus días libres -dijo mi jefe, sin perder su hermosa sonrisa.

-Gracias, lo hare- cerré mi abrigo y me encamine en busca de un taxi.

No les a pasado que cuando van caminado o están en algún lugar sienten que alguien los observa o los sigue, bueno así me he sentido en la ultima semana, quizás solo me siento algo paranoica por todo lo que ha pasado, pero y si me están vigilando, y si me quieren a mi también, y si me golpean como a Naruto para torturar a Sasuke.

Diablos Sakura deja de pensar en eso.

-¿Ino?- Al entrar al apartamento, me percate que las luces estaban apagadas, era raro normalmente deja la luz de la cocina encendida, pero en esta ocasión esperaba ver la pantalla encendida, luces encendidas o música, por así era Ino solia escuchar música en cada momento del día. Antes que la llamara por teléfono un golpe seco me paralizo.

-Al fin llegaste -la voz de un hombre se escucho detrás de mi.

Mi corazón se acelero, un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar esa fría y profunda voz, mis manos comenzaron a sudar cuando sentí como se acercaba un poco más.

-No tengas miedo, no voy a hacerte daño- dijo en mi oído, me tomo de los brazos, aprisionándome entre ellos.

-¿Donde... donde esta mi amiga?- mi voz atemorizada apenas era audible.

-Dormida, pero tranquila, le di un somnífero que la hará dormir hasta mañana

-Por favor no le haga daño- creía que seria mas valiente si en algún momento llegaba a estar en una situación como esta, sin embargo, aquí estoy suplicando.

-Cariño, tu ruidosa amiga no me interesa, solo me interesas tú - recargo mi espalda sobre su torso- y ahora se una buena chica y siéntate en el sofá en silencio.

Me quitó mi bolso y lo dejo en la mesa, me senté en el sofá sin mirar atrás por miedo a que le hiciera algo a Ino, se sentó frente a mi, sobre la mesa de centro y joder era como ver una versión de Sasuke mas madura, con el cabello largo, el cuál tenia amarrado en una coleta baja, sus ojos tan negros aun más en la oscuridad, su semblante amable incluso dulce, era una contradicción con su fría y sublime voz.

-¿Quien eres tu? - si lo se, es una pregunta estúpida, era obvio quien era el, solo...solo necesitaba escucharlo de su boca.

-Sabes quien soy- esbozo una media sonrisa tan parecida a la de Sasuke- Itachi Uchiha- dijo al cabo de unos minutos.

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