Venganza

25 1 0
                                    

~ITACHI~

Cuando regresaba de la escuela como un día cualquiera, jamás creí que mi vida y la de mi hermano cambiaría drásticamente, al entrar al portón escuche un disparo, corrí lo mas rápido que pude, al entrar encontré a mi madre tirada en el piso de su habitación, sobre un charco de sangre, manchando su vestido favorito, con los ojos perdidos en la nada, en frente de ella estaba mi padre con ella pistola en la boca sin percatarse de que estaba ahí.

-Padre, no lo hagas- me arrodillé, era la primera vez que me sentía tan impotente en una situación así.

-Perdóname hijo- fue lo último que dijo mi padre antes de voltear a verme y disparase, en segundos mi padre dejo de existir.

Corrí hacia él, antes de que cayera al piso, sostuve su cuerpo, aferrándome a el cómo si de alguna manera fuera a regresar a mi lado, mis lágrimas salían sin fin, tome su arma para alejarla de el, de lo que el había hecho.

-Hermano-se escuchó la pequeña voz de Sasuke, que no le quitaba la vista a nuestra madre

-Sasuke- al momento que voltee a verlo, se echó a correr.

-Debemos irnos- dijo mi tío entrando en la habitación- no hay nada que podamos hacer por ellos.

-¿Por qué?- pregunte sabiendo que no tendría la respuesta que calmara mi dolor.

-No es momento de explicaciones- tirando de mi brazo

-Me quedo con mis padres- dije aferrándome al cuerpo inerte de mi padre

-¿Piensas ir a la cárcel por la muerte de tus padres? ¿Acaso no tomaste su arma? ¿Todo te incrimina de homicidio? Ahora vámonos - dijo con voz exasperada tirando de nuevo de mí.

-Tengo que ir por Sasuke- Deje en el suelo el cuerpo de mi padre.

-No hay tiempo, la policía ya viene.

Salimos por la puerta trasera donde nos esperaban dos autos negros, nos alejamos justo a tiempo cuando llego la policía.

Días después llegamos a Panamá, y mi tío me confesó que mi padre y él eran uno de los líderes más poderosos del crimen organizado y al darse cuenta de que iban tras él decidió terminar con su vida y con la de nuestra madre para no pisar la cárcel, sin embargo, algo no cuadraba con su historia y estaba dispuesto a averiguarlo.

El tiempo pasó, aprendí a hacerme cargo del negocio de mi padre, aprendí a pelear incluso a disparar, la primera vez que tuve que matar a alguien para demostrar que era un jefe digno, al principio creí que sentiría algo después de quitarle la vida a una persona, pero al contrario de lo que cualquier persona podría pensar no sentí nada, ni una pizca de remordimiento, supongo que algo cambio en mí el día en mi padre se quitó la vida en frente de mí, la mano derecha de mi padre me guio en cada paso del camino hasta que murió protegiéndome en medio de un tiroteo.

Todo indicaba que iban tras de mí, por lo cual tuve que proteger a la distancia a mi hermano desde el momento en que me volví en uno de los líderes más poderosos del crimen organizado, nada tenía que ligarlo a mí o a nuestro pasado, todo iba de acuerdo a lo planeado, Sasuke había sido adoptado por el único amigo decente que tuvo mi padre, lo vi crecer por medio de fotografías, al principio se veía como un chico tímido y enojado con el mundo lo cual no lo culpo después de todo lo que había pasado, fue hasta el día que conoció a Sakura la niña más dulce y alegre que llegue a ver, mi hermanito sonreía cuando estaba con ella, el mundo desaparecía cada que estaba a su lado lo veía en la forma en como la protegía del mundo. Todo cambio un día que se alejó de su familia adoptiva que empezó a indagar en terreno pantanoso, al principio fue fácil despistarlo, sin embargo, todo se complicó cuando se hizo amigo de Naruto Uzumaki, hijo del jefe del FBI, él y su padre tenían contactos en la policía que podían venderse a un buen precio.

Mi error fue no darle importancia, y solo enfocarme en ella, Sakura, supe el porqué mi hermano se negaba alejarse de ella, desde el momento en que la conocí a pocos años después de mi hermano la dejo, tuvimos un encuentro nada casual, porque todo lo había planeado con antelación.

-Lo lamento-dijo después de chocar conmigo, su voz era más dulce de lo que me lo imaginaba, al agacharnos a levantar sus libros fue cuando nuestras miradas se encontraron y podía jurar que me había en hechizado en su mirada, esos hermosos ojos de un color jade tan profundo que me perdería por siempre en ellos.

-Tranquila, no pasa nada- dije sonando más duro de lo que planeaba, rompió el contacto en el momento en el que escucho la voz de su mejor amiga, si no fuera alguien tan importante para ella, la habría eliminado por quitarme el placer de perderme en su mirada.

-Me...me tengo que ir- respondió tímidamente con una sonrisa, ese leve levantamiento de las comisuras de sus labios me atrajeron como un imán, quise probar esos labios, chuparlos, morderlos, pero antes de que pudiera hacer lo que mi cabeza planeaba se alejó, alcanzando a su amiga.

Me alejé de ella antes de que cometiera una tontería, traerla a mi mundo no estaba en mis planes, no la pondría en peligro al tenerla en mi vida por más que la deseara. Lo mejor que podía hacer era cuidarla en la distancia y seguir con mis negocios.

Como si la vida estuviera en mi contra, Sasuke y Sakura de nuevo estaban juntos y de la peor forma que pude imaginar, vi las fotos de ellos yendo a la escuela, besándose y haciendo tantas cosas que me habría gustado hacerle a ella, me convencí de que era lo mejor, que ellos merecían una vida feliz, una vida en la que yo no tenía el lujo de tener, y menos después de todo lo que había tenido que hacer para llegar a donde estaba.

Sin embargo, mi estúpido hermano no dejo de investigar la muerte de nuestros padres y mi paradero, al parecer estaba convencido de que yo los había matado a ambos, mis huellas en el arma tal cual lo había mencionado mi tío me inculpaban de homicidio.

Fue hasta que se metió en los negocios de mi tío que complico todo, sus hombres lo atraparon a el a su amigo en una de nuestras bodegas de almacenamiento de droga, los golpearon hasta que dijeron quienes eran, mi tío me aviso que lo había dejado en uno de los sótanos y me lo dejaba para que me hiciera cargo de mis asuntos.

Sería tan fácil matarlo y tener el camino libre con mi chica, mi Sakura, si embargo, no era tan fácil después de hacerle una visita nocturna en su apartamento, la vi abrazando la almohada de mi hermano con lágrimas aún en sus ojos, aferrándose a él, aunque no estuviera presente. Sabía que matarlo solo la haría sufrir y odiaba verla sufrir, odiaba verla hundirse de nuevo, como la primera vez que él la dejó, eso casi la mata y no podía existir en un mundo donde ella no existiera.

Por ello fui a verla, le conté la verdad de mi pasado, casi me derrumbo cuando me abrazo, sentir sus brazos rodeando mi cuello, bañándome en su olor me hacía aferrarme a ella, la bestia en mí quería sacarla de ahí y hacerla suya, borrar cada rastro de mi hermano en ella, quería que deseara estar en conmigo, en mis brazos abajo o encima no importaba, pero la quería conmigo, aun si tenía que tomarla a cambio de la vida de mi hermano, sabía que tenía una oportunidad convencerla, su cuerpo ya reaccionaba a mi presencia en especial a mi toque.

Como si el destino estuviera en mi contra, mi tío decidió tomar a mi hermano y llevárselo como rehén según lo que me había dicho mi mano derecha, mi tío se había enterado de mi nuevo negocio con los rusos y eso lo enfureció fue contra la segunda persona más importante en mi vida, por ello fui a alcanzarlo llevándome a mi chica conmigo porque no confiaba dejarla sola en este momento, porque en este momento yo era el único que podía mantenerla a salvo o eso creí cuando la vi entrando con la mano derecha de mi tío que la tenía tomado del brazo, cuando la soltó no pude evitar ponerme enfrente de ella para protegerla de mi tío.

Tenía que tomar una decisión, dejar que mate a mi hermano en frente de Sakura o que uno de ellos me mate, era él o yo, la respuesta siempre estuvo frente a mí, fue ver sus hermosos ojos verdes aún llenos de miedo que me dieron la respuesta.

ADICTA A TI...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora