Pasión Irrefrenable (Borrador) [#1 Mi Jefe ♥]

Capítulo 18

La lluvia caía sobre nosotros sin piedad y Dante estaba muy enojado conmigo. No sabe disimular esas cosas de su carácter y no sé domar el mío tampoco.

Su hermana literal lo estaba enloqueciendo preguntándole cuando iban a cenar en familia, Dante no encontraba la manera de decirles que ya no estábamos juntos y yo me negaba a seguir mintiendo.

—Por favor, una última vez, la ultima cena, Rebeca me está volviendo loco— posó sus dos esmeraldas en mí.

—No, no voy a mentirles más, perdón— miré al suelo.

— Es un favor de amiga, te lo pido, arrodillado si quieres— hizo puchero.

— Basta, no te arrodilles. Está bien voy a ir pero es la última vez y esta vez es enserio. — lo miré con seriedad.

—Gracias.

Entramos al bar esta vez más tranquilos.

—Señor, Newman— saludó el mozo.

—Félix ¿Cómo estás?— extendió la mano.

—Muy bien señor hace mucho no lo veíamos por acá, pase por favor le indicaremos una mesa.

— Muchas gracias, estuve ocupado en Estados unidos, presentando a mi novia Isabella Ferreyra. — me señalo mientras hablaban.

Sonreí muy incómoda, todavía no me acostumbraba a que fuera su novia y la verdad es que nada de eso era cierto.

No sentamos en una mesa súper exclusiva, alejados de todos, dónde cabían solo tres mesas y las más elegantes del bar.

Estábamos solo nosotros dos, las otras mesas estaban vacías y ordenamos unas pastas y vino.

— Gracias por todo, no tienes que hacer nada de esto Dante— le sonreí.

— Tuviste una semana excelente en el trabajo y en tus vacaciones lo mereces, somos amigos y eso hacen los amigos— tomo una copa de vino.

Otra vez, amigos.

Cierto somos amigos.

— Igual, gracias amigo— sonreí.

Las últimas semanas habían sido muy extrañas nos tratábamos muy bien, compartíamos cafés y media lunas en la mañana. Porque prontamente ya la empresa había consumido mi vida, mis trabajos eran cada vez mejor y estaba ahí todo el tiempo. Aprendiendo de Dante...observándolo, me encariñe con él de una manera amistosa y claro, ahora éramos amigos.

No paraba de repetirlo él, no paraba de repetirlo yo y así convencernos que éramos solo eso... amigos.

Bueno por lo menos ya no lo odiaba tanto, solo a veces cuando se hacía "el celoso" y yo le aclaraba que no éramos realmente nada solo amigos.

Sonó su celular, alguien lo estaba llamado y yo seguí probando la deliciosa comida.

— Hola Jade sí, estoy libre el viernes por la noche. Podemos ir a cenar sushi y luego tomamos algo en mi departamento si quieres.

Abrí mis ojos en grande, me ahogué con la comida y no podía parar de toser.

¿Va a llevar a otra mujer a su departamento? Trataba de tranquilizarme, ¿Qué me pasa? Estoy loca.

— No pierdes el tiempo— solté fastidiada.

— ¿Cómo?— estaba todavía en la llamada. — Te llamo luego jade, estoy cenando con una amiga del trabajo, adiós. — cortó la llamada y me miró.