Capítulo 3

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Dos de la mañana y yo todavía comiendo el postre que el abuelo preparó para esta ocasión. Me gané el cielo al tener un abuelo Chef y uno tan famoso como el mío. Cada año hacia la comida, le encantaba cocinar y a todos nos alegraba porque digamos que mi abuela no es una buena cocinera.

La fiesta terminó como a las seis de la mañana fue una genialidad como cada año. Esta vez teníamos suerte de tener auto y un papá que no bebiera ya que estábamos todas muy ebrias. Belén hablaba de que consiguió un trabajo como secretaria de un abogado muy famoso. Yo hablaba de la importancia de la higiene dental ¿Qué podía decirles? Estaba ebria.

Algo resonaba en mí, Dante.

Miraba la ventanilla del auto mientras pensaba que todo lo que había sucedido esta noche, se había acabado y sobre todo de no dejar a Amanda sola con un hombre en una casa grande.

Un mes después.

Otro día que me levantaba sin ninguna obligación, más que existir. ¡Dios! que ganas de tener un trabajo o algo con lo que entretenerme. Me aburrí todo enero y sé que febrero será igual. Me levanté de la cama, la tendí y sin ganas nuevamente me acosté. Y Entonces comenzó a sonar el teléfono de la cocina y aunque todavía estaba adormecida baje rápido las escaleras.

-Hola ¿quién habla?-Contesté bostezando.

Puede oír una risa femenina antes de contestarme.

-Hola buenos días, hablamos de la editorial Newman y quería hablar con María Isabella Ferreyra ¿Ella se encuentra?

-Sí, soy yo-dije sorprendida.

-Te contactamos por el currículum que enviaste hace un mes para una entrevista más personal ¿Esta tarde la tienes libre?- Me quedé muda de la emoción no lo podía creer.

-Sí, estoy libre.

-De acuerdo... a las tres de la tarde la esperamos en la editorial Newman se encuentra en La Plata, Avenida ocho número ciento quince- La amable mujer corto la llamada y yo me puse a gritar.

- ¡La Plata! ¡Dios mío! - Grité con todas mis fuerzas.

- ¡Bella! ¿Se puede saber por qué gritas?- Mi madre preguntó molesta bajando las escaleras, la había despertado tenía su camisón arrugado y sus ruleros movidos.

- ¡Mami!-Corrí a abrazarla y ella me miró extrañada- Recién me llamaron de una editorial para una entrevista de trabajo, hoy a las tres de la tarde en La Plata... tengo que presentarme.- Ella gritó conmigo y saltamos de la emoción mientras seguíamos abrazadas.

Vivir en La Plata siempre fue nuestro sueño de familia pero con el sueldo de mi padre no pudimos costearlo. Nos hemos mudados varias veces por problemas entre mi madre y Margarita, mi abuela. Vivimos en Palermo, Florencio Varela y luego nos mudamos a Barracas y acá nos quedamos.

-Vístete rápido así vamos al centro comercial a comprarte algo para la entrevista.

La idea no era totalmente de mi agrado pero necesitaba algo nuevo y que me quedara bien. Me puse unos jeans, una camisa, un suéter rosa y las zapatillas negras de siempre. Mamá llevó a Blas a la escuela y luego dimos la vuelta para nuestra tienda favorita, tiene todos los talles desde el más pequeño hasta el más grande.

Antes siempre me enfurecía no poder encontrar nada de mi talla., y si lo encontraba era para señoras grandes ¿Por qué discriminan tanto a los cuerpos grandes? ¿Por qué no todas las tiendas tienen esas tallas? En otros lugares se me hace difícil encontrar mi talle, casi imposible y estoy harta de batallar con eso. Y sé que muchas chicas también lo están, yo he roto en llanto muchísimas veces, ver el vaquero que te gusta y que no haya en tu talla es horrible.

Al llegar una señorita rubia de baja estatura nos atendió, se veía realmente sonriente y eso también me extraño la primera vez que vine. Aquí todo el mundo te sonríe, cosa que en otros lugares no pasa, ven entrar a una gorda y parece que se espantan al instante.

- ¿Bella que te parece un pantalón de vestir con una camisa?

Alexandra como decía en su chaqueta me mostró los pantalones, obviamente los elegí negros. Las camisas eran preciosas pero no me decidía por ninguna y había una blanca que realmente me gustaba pero no sabía cómo iba a quedarme hasta que la pedí.

Me gustaba mucho como me quedaba.

Estaba emocionada por todo por la entrevista; por la ropa, todo se juntó y rompí a en llanto. ¡Ridícula emocional!

Cuando volvimos a casa les contamos a mis hermanas y a papá lo que había ocurrido. Belén y Blanca me abrazaron y mi padre se puso tan nervioso que se le cayó el celular al suelo.

No tenía hambre así que subí a mi habitación, los nervios me estaban matando ¿Me contrataran? ¿Seré capaz de llevar bien el puesto? Y eso, si es que me daban el trabajo.

Me di una ducha bastante larga, tiempo que use para cantar.

-Una hora -dije mirando el celular-falta una hora.

Me planché mi voluminoso cabello negro antes de ponerme la ropa que había comprado y luego me puse unos zapatos bajos. Baje las escaleras con nerviosismo tenía una sensación muy extraña, mi padre que estaba sentado en el sofá me miro.

-Bella ¿quieres que te lleve?-Asentí estando de acuerdo con él.

¡Llegué diez minutos tarde! ¡Mierda! El tráfico era una puta mierda, casi salí corriendo del auto pero todavía no sabía dónde estaba. Hasta que vi un edificio blanco con un enorme letrero en la parte superior del edificio. "Newman" Supe que lo había encontrado, me sentía fatal por llegar tarde pero de todas formas la mujer de la recepción fue muy amable y me indico el piso al que tenía que subir. Último piso, número doce. Tomé el elevador con una inmensa vergüenza por todo lo que había pasado. Llegar tarde para mí es un crimen y debería ser penado.

El ascensor se abrió, vi una gran recepción y muchísimo más grande que la del primer piso. Había dos chicas pelirrojas no aparentaban más de treinta años, me acerqué y les conté lo que me había pasado.

-Sí, el tráfico suele ser una mierda en las tardes-me dijo la chica a mi derecha llamada Alejandra o eso decía bordado en su perfecto y pulcro traje negro. -Pero no te preocupes el señor Newman no llegó todavía, te voy a acompañar hasta su oficina. -Se levantó con gracia y contoneando las caderas, me acompañó.

-Gracias, Alejandra-Ella sonrío y se retiró de la oficina.

Tomé una bocanada de aire y la solté al instante. ¡Qué nervios! Me tomé el tiempo de mirar cada objeto de esa oficina por curiosidad. El señor Newman es muy ordenado o eso parece.

-Que increíble es la vista-Me dije mientras me acerqué a la ventana.

Entonces la puerta se abrió con fuerza.

- Señorita María Isabella Ferreyra, Usted llegó a tiempo.

Esa voz... ¡Por dios! Me paralicé al darme cuenta de que era Dante Newman, sí, el mismo que tuvo sexo con mi prima en casa de mi abuela.

- ¿Da... Dante? ¿Tú eres el señor Newman? ¿Esto es real?-él se mordió el labio en señal de confusión.

-Sí, Bella yo soy Dante Newman y creería que sí, es real-contestó riéndose.

Me acerqué a la silla que estaba frente al escritorio, me senté sin poder creer todo esto. ¿Qué diablos hace un tipo como él en un lugar como éste? Simplemente no podía creerlo.

Pasión Irrefrenable (Borrador) [#1 Mi Jefe ♥]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora