"Un año común."
Una vez Ari estuvo despierta y preparada para la nueva aventura nos despedimos de Marta y Miriam, quienes en su gloria cabe habían pasado los más divertidos momentos de sus vidas viéndome batallar con la energía extrema de un niño pequeño.
Incluso cuando ya nos encontramos caminando por las calles, la imperactividad de Aria lograba llamar la atención de los transeúntes, quienes al igual que nosotros usaban una elegante sombrilla para cubrirse de los nocivos rayos de sol de la tarde. El cual es capaz de dejar a alguien ciego, si es que no lo desmaya primero.
' ¿Podré manejar a Ari en la tierra? '
Admire su pequeña figura correteando alrededor mío en círculos. Había sido difícil conversarla de que se quede bajo la sombrilla.
─ ¿A dónde te gustaría ir? ─ pregunté, admirando como se detenía y alzaba la mirada.
─ ¿A donde? ─ Cuestionó haciendo el gesto vago de ladear la cabeza.
Reí y le di unas breves palmaditas en la cabeza. Quizás no sea muy problemático llevarla a la tierra.
─ Si ¿quieres ir al mar de las virtudes o quieres dar un paseo a la tierra? ─. Cuando sus ojos brillaron, supe que la segunda le había encantado.
─ ¡¿La tierra?! ¡Podremos ver humanos! ─ Sonreí ante su emoción, parecía como si fuera a un zoológico.
Lo cual no estaba muy alejado de la realidad.
─ Entonces vamos a ir a un país europeo ─ Me quedé pensando unos breves instantes. ─ ¿que te parece Francia?
─ ¡Si! ¡Si! ¡Si! ─ gritó con una gran sonrisa y tuve que agarrarla de la mano rápido antes de que salga corriendo lejos de la protección de la sombrilla.
Quise regañarla, pero cuando se giró a verme con ojos de borrego no tuve más opción que suspirar rendido.
****
Los ángeles guardianes y principados son los encargados de proteger las naciones de las maldades infernales y vigilar que se cumpla la paz entre los países del mundo.
Cuando con Ari llegamos a una de las esquinas del cuarto cielo, apreciamos en silencio sus figuras enfundadas en armaduras y capaz de aspecto similar a las de los ángeles tronos
Los ojos de Ari brillaron al ver la lanza que los ángeles principados cargaban. Siendo en todo caso de las pocas jerarquías autorizadas para usarlas.
Antes de que nos diéramos cuenta; se nos acercó uno.
─ Buenas tardes, ¿se están dirigiendo a la tierra? ─ Cuestionó con una amable sonrisa. A pesar de ser una jerarquía encargada de atacar y defender; por lo general son muy serenos y amigables.
Incluso diría que accesibles.
Abrí la boca, pero antes de que pueda formular la respuesta Ari se me adelantó.
─ ¡Si, Vamos a Francia! ─ Chilló emocionada. El principado no hizo más preguntas y se limito a asentir brevemente con la cabeza.
Parecía que estaba listo para irse, pero algo lo detuvo y se giró hacia nosotros una vez mas.
─ Tengan cuidado, hemos detectado algo de movimiento amenazante en algunos países de Europa, especialmente Alemania. ─ Su voz al principio sonaba suave y relajada, pero a medida que hablaba sus palabras se volvían severas. ─ Si notan algo raro deben de regresar de inmediato.
Está vez no fui interrumpido por Ari.
─ Por supuesto. ─ respondí con la expresión más sería que pude, logrando que el contrario relaje su rostro y se marche a paso tranquilo; como si se hubiera quitado un peso de encima.
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Traición celestial
Science FictionJuan Pablo Levy es un ángel Serafín como los demás, un día le es otorgada una misión para su futuro. Su popularidad crece al pasar el tiempo, haciendo amigos y visitando lugares, un día toda su felicidad fue destruida al ocurrir un accidente que man...