| S.B |

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Advertencia: Triste

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Traiciones

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La relación entre Sirius Black y Amelie Clearwater había durado tres años. Las familias de ambos estaban muy contentas porque el estatus de sangre se mantenía, lo cual no solo era vital, sino que también ayudaba a recuperar la reputación de Sirius tras ser clasificado en Gryffindor. Además, Amelie dejaría de ser mal vista por juntarse con mestizos y traidores de sangre, ya que ella era la chica de un merodeador.

Ninguno de los dos creía en el estatus de sangre. Se conocían desde niños, y su amor era verdadero y puro. Desde el primer día que se conocieron, se volvieron los mejores amigos, hasta que en tercer año Sirius le declaró sus sentimientos y ella aceptó encantada.

Para su sexto año, eran la pareja más popular de la escuela. Todos los conocían, desde los chicos de último año hasta los de primero.

Era jueves y Amelie iba tarde a la clase de pociones. Muchos no se habían dado cuenta de que el profesor Slughorn había cancelado la clase por problemas de salud. Bueno, algunos sí lo sabían, y eran dos chicos que formaban el gran espectáculo que Amelie logró ver que los demás observaban.

Curiosa, se acercó y vio a sus amigos, que intentaban apartar a los demás. James la vio y sus ojos se agrandaron de sorpresa. Le dio un codazo a Peter, que al verla, hizo lo mismo con Remus.

-Vamos, Farista, no hay clase -dijo James al acercarse a la chica, sorprendiéndola al usar su apodo-. Podemos hacerle una broma a Quejicus.

Lo vio nervioso y sospechó más. -¿Jamie, qué ocultas, grandote?

-¿Y yo? Nada, nada...

En un rápido movimiento, Amelie se acercó a la puerta del salón, dispuesta a entrar. Las miradas de los alumnos se burlaban de su presencia. Lo entendió todo cuando abrió un poco la puerta.

-¡Oh mierda, Marlene! -Se sorprendió al ver a Sirius en la sala de pociones con Marlene McKinnon.

Sus ojos se llenaron de lágrimas de inmediato. Sirius notó la puerta abierta y a su novia en la entrada. -¡Mierda! -rápidamente se subió los pantalones. McKinnon se arregló la ropa después de caer de la mesa.

Amelie no podía hablar ni moverse. Veía a Sirius hablar, pero no lo escuchaba. Retrocedió hasta chocar con el pecho de Remus.

Harry Potter [One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora