-ya se que sucede –Draco se oía muy seguro.
La castaña palideció de tal manera que se podría creer que era un fantasma –aah… ¿si?
-es el profesor Horace y sus pociones –afirmaba con seguridad –se que tienes sus ojos puesto en ti, seguramente por estar expuesta por tanto tiempo a esas pociones que te da a preparar. Hablare con el –agrego, con el ceño fruncido.
Al rostro de la chica, su usual tono rosa regreso. Por un momento creyó que Draco… aunque si lo pensaba detenidamente era imposible que lo supiera a menos que Ginny se lo hubiera confesado, eso no era posible. Pero preocuparse ahora por ello, de momento le pareció no muy importante, cundo cayo en cuenta de lo que le decía el rubio sobre las pociones. Podría presentarle problemas en su embarazo.
Sin duda, una de las maneras en las que no debía esforzarse tanto, se encontraba en las clases de pociones que tenia en privado con el profesor Horace junto ha Draco.
El profesor veía en ellos unos profesionales en las artes de las pociones, aunque para la serpiente y la leona sus ideas eran otras. Horace quería pulirlos en su área de manera que les daba clases en privados dos veces por semanas donde debían realizar distintas pociones, con nombres innombrables, que llegaban a tener aromas deleitables a las fosas nasales o fétidos, como la mayoría tenia, causaban repugnancia. A todo eso se encontraba expuesta Hermione y considerar dejar las clases privadas no le pareció mala idea, en otras circunstancias hubiera protestado pero con esta “nuevas” circunstancias, debía ceder.
-si, estoy de acuerdo. ¿Tú lo dejaras igual?
-tal vez, la única razón por la que acepte las patéticas clases con Horace, es porque te vería hay también.
-¿de verdad?
-no miento.
-esta bien, ¿por que siempre logras convencerme de todo?
-porque no resistes darme un no, como respuesta. Y…por mi atractivo –el ego del rubio comenzaba a subir.
-eres un egocéntrico Malfoy
-¿Malfoy? Creí que solo eso era para guardar las apariencias, no cuando estas solo conmigo, Black –la seductora voz hacia acto de presencia hipnotizando a la castaña al lado de la lujuria.
-¿Black? –imito.
El rubio arqueo una ceja, lo que enloqueció a un mas a la castaña.
Hermione comenzaba a notar en ella el desear tener sexo más que otra cosa, sin duda los cambios Hormonales eran más complejos y notorios si alguien se detenía a fijarse en cada cambio que se presentaba en ella, la pación desenfrenada, había eliminado todo rastro de cansancio o mareo alguno. El deseo carnal de la castaña no paso desapercibido y el rubio estaba más que dispuesto a cumplir lo que deseaba. Esa noche, se volvieron a unir en uno solo.
Muy temprano Hermione había despertado, junto a las ganas enormes de devorar cualquier alimento que se le diera. El rubio de manera habitual se despedía de ella y se encaminaba a su torre donde salía minutos después de asearse, todo para no levantar sospechas que nadie…aun presentaba.
En el gran comedor, todo corría de manera normal. Las constantes burlas por parte de Ron hacia la futura madre, cesaron y tanto el como Harry se acostumbraron al nuevo apetito de su amor prohibido. Por otro lado, las conversaciones de la gran mayoría se entornaban en la salida que tendrían ha Hogsmeade.
-y que visitaran primero –pregunto de manera amigable Luna, que se unía a la mesa de los leones y al grupo en especial de Harry, Ron, Lavander, Ginny, Neville y Hermione.
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D&H juntos - la magia no es tan asombrosa.
FanfictionLa guerra había terminado, el señor oscuro ya no estaba y en el mundo Mágico las cosas parecían marchar bien. Pero la reciente aparición de un desconocido Mago, podría esta vez, destruirlo todo.