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En una pequeña pero hogareña casa se puede apreciar la suave melodía que transmite un piano antiguo.
Unas manos algo arrugadas se movían con agilidad y delicadeza sobre las teclas, que transmitía un fuerte sentimiento.

La anciana abrió los ojos al terminar la última nota y sonrió al escuchar unos aplausos, miró a su derecha encontrándose con un adorable azabache a su lado. Amplió su sonrisa al notar los ojos brillantes del contrario.

-¿Que te pareció?- preguntó con sutileza.

-¡¡Fue asombroso, abuela!!-

-Me alegra escuchar eso, ahora. ¿Qué te parece si seguimos con tus lecciones?-

-¿Crees que llegue a ser tan bueno tocando el piano como tú y padre, abuela?- en sus ojos se podía apreciar una chispa de ilusión.

-De eso no hay duda, pero recuerda que no debes compararte con los demás, sigue tu propio camino y podrás llegar a ser incluso mejor que tú padre y yo- sonrió al notar que el pequeño se animó aún más de lo que ya estaba.

-Te prometo abuela, que un día llegaré a ser músico y te escribiré una canción solo para ti-

-Espero tener vida para verte triunfar, Obito- le acarició la mejilla con ternura y con ello continuaron las lecciones por el resto de la tarde.

Al caer la noche, Yue había regresado de un arduo día en el trabajo.

-¡Padre!- Obito corrió a la entrada, abrazando fuertemente a su padre.

-¡Mi pequeño! ¿Cómo te la pasaste hoy?- lo cargo caminando al comedor.

-¡Me divertí muchísimo con mis compañeros en la escuela y mi abuela me enseñó una nueva nota musical!- le contó a su padre con notable emoción.

-Este niño es como una esponja, cuando se trata de música- dijo la anciana entrando al comedor con una cazuela en mano.

-Ojalá y así fuera con sus materias- sentó a Obito a un lado de él.

-¿Cómo te fue en el trabajo, padre?-

-Algo cansado pero no me quejo- le sirvió un plato con comida a pequeño hijo. -Anda come tus verduras- le sonrió con ternura.

-¡Sí padre!-

Al terminar la cena, Obito le ayudó un poco a su abuela a levantar su plato y poder lavarlo. Al terminar volvió a la mesa ya que su padre había mencionado que tenía una sorpresa y eso le emocionaba mucho.

Una vez estando todos en la mesa Yue comenzó a hablar.
-Obito, ¿Recuerdas a tu primo Fugaku y a su esposa Mikoto?- miró como su hijo daba un pequeño asentamiento. -¿Te acuerdas que te mencioné que su esposa estaba por tener un bebé?- esto último llamo la atención del pequeño azabache.

-¡Sí! ¿Cómo podría olvidar eso?-

-Bueno, pues déjame decirte que hace una semana que ya ha nacido el bebé-

Tanto Obito como su abuela quedaron sorprendidos.
-¡Esa es una gran noticia!- mencionó la abuela. -Obito, ahora eres tío- esas palabras dejo confundido al pequeño.

-¿Qué es un tío?-

-Según el árbol genealógico, eres tío al momento que tú hermano, hermana, prima o en tu caso un primo tienen un bebé, tú te conviertes en el tío de su bebé. Puedes figurar para ese bebé un amigo, un hermano o en raras ocasiones una figura paterna- explicó Yue a su pequeño hijo.

-Entonces, ¿Puedo ser su amigo?- preguntó con emoción.

-Claro-

-¿Y cuál es su nombre?- preguntó la abuela un tanto impaciente.

Mi vida nueva junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora