Mi vida nueva junto a ti

11🧬

En la residencia Senju Uchiha.

-Cuando me dijiste que estabas en el hospital, creí que te había pasado algo malo o que nuestro hijo se puso grave y me asusté- se quejó el Senju.

Madara rodó los ojos y suspiró frustrado.
-Es porque nunca me dejas terminar, en cuanto escuchaste que estaba en el hospital, me colgaste y 20 minutos después ya estabas ahí- le regañó por su imprudencia.

-Perdón Maddy, es que me asusté- su cara estaba como perrito regañado y con los ojos húmedos, abrazando a su esposo por la cintura arrodillado.

El azabache suspiró por novena vez en el día, pero tuvo que calmarse. Debía entender que Hashirama era alguien que se preocupaba mucho por los demás y esa fue una de las cosas por la cuál se enamoró.

Sonriendo, acarició su cabeza para tranquilizarlo, pero una pregunta cruzó por su cabeza.

"¿Cómo sabía en qué hospital estábamos?" Su mirada se volvió sombría y dejo de acariciar su cabeza y a cambio jaló su cabello para que lo mirara, tomando por sorpresa al castaño.

-¿Cómo sabías en qué hospital estábamos?- si mirada asustó al Senju.

-B-bueno, siempre llevamos a Obito a ese... Ese hospital- comenzó a sudar frío.

Madara no cambió su expresión.
-Nunca hemos llevado a nuestro hijo a ese hospital, era otro-

El silencio se hizo presente y el castaño miró su muñeca algo "preocupado" por la hora.

-¡¡No puede ser, mira la hora!! ¡Se está haciendo tarde, ya deberíamos dormir! ¿Qué te parece si mañana seguimos hablando?- Madara seguía sin cambiar su mirada, sabía que el castaño no podía soportar esa expresión, haciendo que la desviará a otro lugar.

-A ti no te gusta usar reloj... Y son las 6 de la tarde- sentenció al castaño.

-¡Esta bien, hace tres años les puse un chip rastreador tanto a ti como a Obito!- el azabache no esperaba esa respuesta.

-¡¿Dónde pusiste ese chip Senju?!-

-¡¡En sus celulares!!- contestó horrorizado por lo que pueda pasar.

Su esposo no decía nada, pero sabía que estaba molesto.

-¿Hasta cuándo me lo pensabas decir?-

-Bueno Maddy, en mi defensa eso no es tan malo. Tómalo como una media de prevención. Así que no tienes porque molestarte-

-¡¡Me molesta el que no me hayas dicho!!- el castaño guardó silencio, permitiendo que se desahogara.
-¡¡Se supone que somos una pareja de casados, y debe haber confianza!! ¡¡Eso es lo que me molesta Senju, que guardes cosas para ti y después tengo que enterarme por terceros!!- apretó los puños con fuerza.

-Lo siento...- no sabía que decir, su esposo tenía razón. No debió guardar ese detalle.

-Hoy duermes en el sofá- sin mirarlo se fue a su habitación, dejando a un castaño deprimido y arrepentido.

Por otro lado una pequeña puerta que estaba en el comedor, fue cerrada.

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Al día siguiente en la casa de la Nohara.

-¿Y tú papá se quedó a dormir en la sala?- preguntó la castaña, asombrada por lo que su amigo les estaba contando.

-Vaya que tú mamá da miedo- tuvo un escalofrío el pelinaranja.

-Si y estoy estoy de acuerdo- contestó el azabache.

-¿Por qué las mamás dan miedo?- está vez fue Konan, la que preguntó.