21 🍥

42 5 4
                                    


-¿Me lo puedes repetir nuevamente?- preguntó el azabache, sintiéndose confundido por lo que su padre le estaba explicando por teléfono.

-Escucha hijo, se que esta noticia te ha tomado por sorpresa…-

-¡¿Y cómo no me tomará por sorpresa?! ¡Si prácticamente me inscribieron como padre sustituto para un niño que nunca he visto!- le reclamó al Senju, el cual sonrió nervioso estando en su oficina en Japón.

-Bueno, en realidad tu madre fue el de la idea. Si tienes reclamos habla con él, ¡Auch!- Obito rodó los ojos al saber que su mamá le había pegado a su padre por exhibirlo.
-Esto es por tu bien y para la de ese niño- escuchó la voz de Madara, sabiendo por adelantado, que no tenía otra opción más que aceptar.
-Haber si con esto finalmente comienzas a madurar-

Obito suspiro resignado, no quería ser padre en este momento tan relevante de su vida. Pero tampoco quería matar las ilusiones de un pequeño huérfano, tratándolo mal.

Tomó el aire suficiente para calmar su ansiedad y exhaló, volviendo a la llamada.

-Esta bien lo haré. Aunque no se como reaccionara la prensa con todo esto, al fin revele mi identidad y los cineastas no paran de enviarme aún más propuestas para interpretar algún personaje. Sin contar las responsabilidades que me encargaste sobre ambos clanes y mi propio álbum... que eso me recuerda. ¿Sabías que tengo una gira dentro de dos semanas?-

-Ay, pobre de mi niño. Tienes tanto trabajo que te ahogas en una piscina de dinero- le respondió de forma irónica Madara.
-Ahora que mencionas lo de la gira, creo que será emocionante para un niño no estar un mes completo fuera del instituto y disfrutar de unas grandiosas vacaciones en hoteles y siendo consentido por todos sus tíos- Madara sonrió triunfante, ya que conocía que su hijo tendrá una mueca mientras hablaban.

-Tks, supongo que tengo que comprar una casa e inscribirlo en alguna escuela que no sea la suya ¿verdad?- torció los labios mirando a la ventana.

-Tu padre y yo, te conseguimos una casa a quince minutos de la nuestra. Tómalo como un regalo por iniciar una buena vida- Madara sonrió al saber que su hijo estaba cada vez más cerca de superar algunos traumas que tanto le han estado atormentando.
-Y respecto al instituto, tu decidirás si adoptas a ese niño. Solamente te quedarás con él hasta que le encuentren un hogar. ¿Si sabes a lo que me refiero?-

El Uchiha guardó silencio al escuchar aquello.
-Entiendo lo que me dices madre-

-Gracias por entender. Tu padre se despide de ti- dijo Madara al ver a su esposo haciéndole señas algo graciosas.

-¡Te quiero mucho hijo!- escuchó a su padre gritar.

-Y yo a ustedes. Antes de colgar… ¿Pueden visitar a mi abuela?-  desvió la mirada a un punto en específico, una foto donde salía su abuela en su cumpleaños 17. 

-Claro hijo, lo haremos... Y cuida bien de ese niño que nos veremos dentro de un mes- dijo esto último para colgar la llamada, dejando un vacío y un sentimiento extraño al Uchiha.

Dejó caer su cuerpo en algún sillón de la casa y tomo un vaso de cristal con alcohol, dándole un pequeño sorbo, meditando sobre lo que sería su vida desde ese momento en adelante.

Miro el reloj, el cual marcaba pasado el mediodía.

-Creo que es mejor preparar algún platillo de bienvenida- se hablo a si mismo dejando aun lado el alcohol e ir a la cocina para preparar algún guiso, que en su opinión le gustaría a cualquier niño, el ramen. 
-Comencemos- se dio una pequeña motivación, poniéndose un mandil.

Mi vida nueva junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora