Capítulo 24

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24. - PROBLEMAS



Hoy por la noche tomaremos el avión para volver a Maryland.

Eso nos deja casi como un sin fin de horas, para pasearnos por New York. El brazo de Cam estaba sobre mí, casi sin dejarme salida, lo cual hacía que me sonrojase.

Me doy la vuelta para tenerlo frente a mí, mientras acaricio sus brazos desnudos, hasta llegar a su cuello, donde puedo contemplar como se despierta poco a poco con una sonrisa divertida.

— Creo que debemos despertarnos así más a menudo... — murmura adormilado

— Opino igual. — susurro dándole un beso en el cachete

— Eh — frunce el ceño

— ¿Qué? - me levanto librándome de su agarre, sentándome en la orilla de la cama, tapando mi cuerpo desnudo

Me mira como a un niño enojado. — ¿De verdad un beso en la mejilla? — tira de mi cintura, esta vez haciendo que mi cuerpo se pegase al suyo, muy pegado.

Eso me gusta.

Trago saliva, al ver como su mano acaricia mi cintura.

— Tengo que bañarme. — demando sonrojada

— Y yo quiero tenerte más para mí.

— Dudo que sea posible — le regalo una sonrisa, mientras escucho como se ríe

— Sí que lo será.

2 Doritos después...

— Pero que... — murmure sorprendida

En menos de dos segundos, me dejo bajo de él, dejándome una vista espectacular, ¿para que negarlo?, mi boca se entreabrió al verlo sobre mí y jadee al sentir como sus dedos apretaban mis caderas. Me quedo callada ante la posición en la que estamos, la cual enciende cada parte de mi cuerpo, la cuales deberían estar apagadas.

— ¿Ya te dije cuanto te odio? — murmuro

— Cállate, sabes que me quieres.

No me dejo decir otra palabra más, deje que uniera nuestros labios, en un beso adictivo, si hace unos años hubiera sabido que los besos de Cam son adictivos, mucho más antes los habría besado, pero por lo tímida y más insegura sobre mis sentimientos que fui, nunca llegue a confirmarme que en verdad Cam era... Guapo.

O bueno, al menos en su entonces lo era, pero trataba de ignorarlo a menudo. Pero ahora es... I-M-P-O-S-I-B-L-E.

Nuestras respiraciones pesadas en sorprendentes, llegamos a pasar de un beso adictivo a un beso hambriento, lleno de pasión, entre manoseos y hasta deseo profundo.

Entre besos apenas pude hablar.

— ¿Quieres bañarme conmigo? — murmuré con la respiración acelerada

Él hizo un ademán de aceptar, luego se levantó haciendo que de una u otra forma tuviera que envolver mis piernas en sus caderas, chocamos contra una pared, mientras seguíamos en un intenso beso deseoso. Hasta que llegamos a cuarto de baño, donde le puse una mano en el pecho.

— Bien, ahora a bañarnos. — murmuro mientras dejo que mis pies toquen el suelo

! Nooo, nos la pasábamos tan bien, menuda... ¡

En tan solo unos meses (En proceso... Aun no editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora