Capítulo 5

41 5 1
                                    




4. - PESADO E IDIOTA.




La cama se movió suavemente logrando despertarme y también al notar que un cabello pelirrojo estaba sobre mi rostro haciéndome cosquillas. Mire Kira dormir tan plácida que decidí no molestarla y me levante con cuidado de la cama.

Mire por la ventana y vi que la lluvia había parado y ya había caído la noche.

Oh, mierda.

¿Qué hora era?

Me levanté de golpe buscando mi celular por todo lugar, pero la oscuridad no ayudaba, así que tome los zapatos, me los puse y baje las gradas algo cansada. Todo estaba en silencio, por lo que supuse que no habían llegado, por lo cual me calme.

Entre en la cocina, para ver si había algo que picar, abrí la heladera en silencio, mientras se encendían las luces y mire que había mermelada y mantequilla de maní.

Divise unas tostadas y los saques untándolas con mermelada y mantequilla de maní, estaba muy cansada y concentrada en aquello hasta que escuche un ruido seco. Agarre el cuchillo con más fuerza, apuntándolo hacia la puerta de la cocina, mirando a todas partes.

— ¿Quién está ahí? Kira si eres tú, esto no es gracioso. — mire fijamente el pasillo de la cocina a la sala de estar, hasta que las luces de ese lugar se encendieron haciéndome sobresaltar.

Me levanté de la silla haciéndola rechinar y caminé con decisión hacia la sala de estar, con el cuchillo a mano, hasta que una figura se puso justo delante de mí. Y grite por el susto.

— Soy yo, baja ese cuchillo. — Cameron me tomo de la mano con suavidad e hizo que lo bajase, pero al instante me zafé de su agarre

-! Estás loco, podría haberte matado¡— di tres zancadas hacia atrás, asustada e incómoda

Me miro a mí para luego pasar a ver mi tostada.

— Yo también quiero una - comento y yo fruncí el ceño para cambiar el tema

Que se la haga él solo, por menudo susto.

— ¿Qué hora es? - no sé ni porque le pido la hora

Mire a mis lados.

— ¿Dónde está Noah?

El giro la cabeza levemente mientras sacaba su celular y escondía una sonrisa, genial, esto no es para nada divertido.

— Primero, son las dos de la mañana... — Abrí los ojos sorprendida

— Mierda...

Debería haberme ido ya. Rápido tome la sudadera roja y pase sobre Cameron dejándolo con la otra respuesta en la boca.

¿Ahora por qué escapamos?

— ¿A dónde vas? - Cameron me siguió y antes de que abriese la puerta él el cerro y lo mire enojada.

— Tengo que irme.

— ¿A estas horas? - me encaro con una ceja

— Sí, debería haberme ido ya hace mucho. — una ola de calor me recorrió la espalda dorsal

— Noah está en su habitación, dudo que te deje ir a estas horas de la madrugada.

Respire hondo, quería salir de ahí y dejar de mirarlo.

En tan solo unos meses (En proceso... Aun no editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora