9. - DOS DISCUCIONES, UNA NOTICIA.
En cuanto di un solo toque a su puerta, esta se abrió y me tomo la mano para entrar en la habitación.
— Parecemos niños haciendo esto, ¿no crees? - él soltó una leve risa y eso hizo que me callara
— Fuiste tú la de la idea Raizel. — se apoyó en su puerta con los brazos cruzados, mirándome fijamente, trate de desviar la vista, moviéndome un poco de un lado a otro hasta encontrar la cama en la que él dormía
Olía a él. Fue extraño sentir eso, pero me gusto.
Palmeé la cama y me senté en ella viéndome ridícula por la pijama que usaba, estaba llena de estampados sobre mickey mouse. Trate de ocultar una que otra cara de mickey, pero era imposible.
Escuche como el pesillo cerraba la puerta y Cam se acercaba a mi lado para tomar asiento.
Su mano tocó la mía con delicadeza y entrelazo nuestros dedos. Mire nuestras manos por un momento fugaces para luego mirarlo a él fijamente.
—¿Crees que deberíamos... ? - no termine la pregunta porque me quede paralizada con su mirada y tuve que detallarla, hasta notar que tenía una cortadura en el labio inferior - ¿Qué te hiciste?
Involuntariamente, lleve mi mano a su barbilla y toque la herida rodeada por un moretón, de manera suave, y él alejó su rostro del mío, algo incómodo.
— Fue Aster, me lo encuentre hoy cerca de tu universidad cuando quise recogerte, pero él y su pandilla de inmaduros intentaron golpearme, pero me defendí. No es nada grave, se va a curar.
— Espera, ¿Aster te hizo esto? - me levanté algo alterada y él jaló de mí para que tenerme a centímetros de él
— No es nada, déjalo, no quiero que te pase nada, vale, tampoco me lo perdonaría, solo te estoy diciendo la verdad, no quiero que te pase nada. — su dedo pulgar acaricio mi dorso y entrecerré los ojos para ver su reacción
—¿Fuiste a mi universidad? - pregunté algo asombrada
— Lo siento, bien, quería sorprenderte, pero me fui porque no quería que me vieras así, fui un idiota. — miro sobre mi hombro evitando mi mirada y yo sonreí involuntariamente
Tome su mentón, obligándolo a mirarme, para ver si su herida no estaba peor que hace un momento.
O también era una excusa para que él no te evitase. Mira qué inteligente, chica.
— No eres idiota, bueno, un poco a veces, pero en esto no lo eres, déjame te curo. — Solté su mano y él me sonrió.
Me acerqué a uno de los cajones de Noah y abrí su botiquín guardado, donde todo estaba usado, menos los algodones y el agua oxigenada, bingo. Los saques y me dirigí hacia él.
— Tenemos suerte hoy, mira lo que encontré. — deje a un lado las cosas y puse el algodón sobre su herida.
Él me miraba de una manera interesante mientras lo hacía, pero seguí con mi trabajo mientras lo que me tomaba darle solo toquecitos.
— Listo, esto pronto cicatrizará, ya verás y no te metas en peleas listillo.
—Listilla tú, me gusto que me limpiases la herida, aunque yo ya lo había hecho. — me guiño el ojo y yo volqué los ojos
— Ya me lo imaginaba, pero por impulso y porque quería lo hice. — Sonreí algo tensa por lo que dije
Mentirosa.
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En tan solo unos meses (En proceso... Aun no editado)
RomanceAun recuerdo la promesa que hicimos entre mi hermano y yo. "NUNCA TE ENAMORES DE MIS AMIGOS, NUNCA" se que es patética pero la hicimos cuando eramos unos niños, si, niños. ¿Que podría pasar?... ...