Capítulo 26

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26. - CONSECUENCIAS.




Esa misma mañana fui la primera en levantarme, con un rollo enmarañado sobre mi cara - mi cabello - la alarma sonaba tan fuerte que gruñí para poder alcanzarla y apagarla.

No quería moverme de ahí, así que solo hundí mu cabeza en mi almohada, otra vez, pero fue imposible volver a conciliar el sueño. Como si mi cabeza me martilleara.

Hasta que lo recordé.

! Carajo, tengo un examen ¡

Me levanté tan de golpe que sentí como mis ojos se nublaron y empecé a marearme un poco, hasta que todo volvió a la normalidad. Tomé una toalla y salí corriendo al cuarto de baño, donde tuve que apresurarme en bañarme.

El agua fría fue más que necesario, en cuanto el frío rodeo mi cuerpo desnudo, fue como si mi cerebro volviera a reaccionar y tomase conciencia de que llegaría tarde, si seguía mirando un vacío, algo relajada.

En cuanto me puse la toalla alrededor de mi cuerpo y cerré la llave de la ducha, salí corriendo disparada a mi habitación. Tomé lo primero que vi, algo cómodo, llevadero. Tome unos pantalones cortos y una camisa de tirantes algo pegada a mi cuerpo y una chompa cualquiera de lana.

Metí las cosas en mi mochila y salí corriendo del departamento, sin despedirme de nadie, porque casi todos recién estaban de seguro por despertar. Me pare en seco recordando que no llevaba dinero, así que yo volví a mi habitación, hasta que me di cuenta de que también estaba olvidando mi celular.

Joder, qué despistada estoy.

Seguro te agarrará estrés postraumático, señora.

Oh, deja de bromear, no estoy para esto...

Puse una mano en la manija y... Me pare en seco, al abrir la puerta.

Un cuerpo cayó sobre mis pies y me sobresalté y aleje al ver de quien se trataba.

Aster estaba dormido y en cuanto cayo y se dio un golpe con el suelo, gruño y yo me quede ahí mirándolo.

Mierda.

Eso también lo había olvidado.

— Mierda... Digo Raizel...

Él se acercó a mí y levanto una mano lentamente, la cual la aleje de un manotazo.

— Aléjate.

— Raizel... Tenemos que hablar, yo... Yo te...

— Para. — lo interrumpí, no quería escucharlo

— Raizel...

No le respondí, me quedé callada y quise pasar sobre el porqué se me hacía tarde y también porque no quería esa conversación, pero él se puso otra vez delante de mí.

Yo izquierda y él se ponía en mi lugar, iba a la derecha y se ponía en mi maldito lugar.

— Ya dejamos las cosas claras. Ahora, vete y permiso.

— No, no dejamos nada claro, te fuiste así nada más.

— Pues en hora buena, porque cuando me fui estabas con la rubia esa. Y me da igual Aster, de verdad lo entiendo, de feliz con ella, pero yo ya soy feliz tal y como estoy no te quiero conmigo...

En tan solo unos meses (En proceso... Aun no editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora