ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 11

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Entre gritos, los típicos silbidos y vulgares halagos llegue al campo, cosa que me hizo molestarme un poco.

—Te tardaste demasiado. — Exagero mucho la estúpida de la capitana.  — Ve a acomódate en tu lugar— me indicó con el dedo índice y acate la orden, no tenía otra opción. —No. espera— me detuvo —Tú. — Apunto a una de las chicas de la segunda fila —Vete al lugar de ______ — esta abrió los ojos como platos, digamos que no le agradaba mucho la idea de estar al final, además de que tampoco se lo esperaba y normal. — Tsuyu toma el lugar de ella— al igual que la “Tú” Tsuyu y Kendo formaron una “o” con la boca. 

—Pero Momo… — dijo con una voz aguda, que a mi me ponía de los nervios. La líder sólo puso los ojos en blanco. 

—Solo será por esta vez— dijo con notable fastidio —Ahora cámbiate— ordeno un poco de mala gana.

— Momo…  — volvió a hablar en tono suplicante, solamente le faltaba arrodillarse.

— ¡Ya Tsuyu!— le grito de muy mala manera —Ahí te quedaras, mejora tus saltos si quieres volver a estar al frente— Wow, creo que me trata mejor a mí que soy su “enemiga” que a sus “amigas”. No logro entender porque siguen detrás de ella. —Acomódate ahí— me dijo a mí que solo me dedicaba a ver la escena divertida. Camine hacia el frente y me coloque en el antiguo lugar de Tsuyu.

El partido comenzó, los gritos no se hicieron esperar al momento que los equipos comenzaban a entrar al campo.

—Eres una A-NI-MA-DO-RA— me dijo en silabas Momo, como si fuera una niña pequeña que no entendía nada. — ¡Así que ÁNIMA!— me grito ya que yo no me movía. Ni gritaba nada. Rodé los ojos y me interne en el papel de “animadora”.

No habían pasado más de veinte minutos del partido, cuando comenzó a llover, al inicio eran pequeñas gotas, pero en cuestión de segundos era una lluvia torrencial. Bueno no tanto como torrencial, pero si era fuerte, costaba un poco de ver por la intensidad en la que caía.

—No te quejes Kendo— le grito Momo —Solo es agua— tenía razón, solo era agua. No había motivo para quejarse como lo hacía Kendo.

—Mi cabello se arruinara— dijo con desespero tocando su pelo como una loca, solté una carcajada. Ahora si agradecía que Momo me hubiera obligado a atarme el cabello,  si no, estaría igual que ella.

Pasados unos minutos, ya me dolía un poco la garganta de tanto gritar, tenía frio y estaba cansada. Jamás había gritado y bailado tanto y mucho menos bajo la lluvia. Y aún no había hecho entrar en acción mi plan, no quería arrepentirme de haberme unido a las animadoras, así me tenia que poner manos a la obra.

Solamente cinco minutos restaban para finalizar el partido, ambos equipos estaban empatados, el campo ya estaba hecho un desastre, el verde césped se había transformado en un enorme charco de lodo debido a la lluvia. Los uniformes de los chicos ya no eran naranjas, ahora eran café obscuro al igual que mis tenis que de tanto salto ya estaban para irse directo a la basura.

Quedaban menos de dos minutos, Bakugō se apodero del balón, corría esquivando a todos los que se le ponían enfrente, Mishuno que estaba más adelante seguía corriendo, acercándose a la zona de anotación para esperar el pase de Katsuki. Justo cuando el pelicenizo levanto el brazo para lanzar el balón, justo ahí entraba en juego mi plan.

— ¡Tú puedes Katsuki!— grite lo más fuerte que pude, seguido de mi grito, se escucharon los gritos y aplausos de todos los espectadores.

—Ya vas aprendiendo—me hablo Momo, pero no la escuché, mi mirada estaba fija en alguien. Eijikî. Que al escuchar mi reconocible grito volteo inmediatamente hacia donde estábamos. Rodé mis ojos para posarlos sobre el ojicarmín quien en vez de hacerle el pase al ahora distraído de pelicobrizo, siguió corriendo. Todo el público comenzó a gritar más y más, al ver que Katsuki estaba a solo metros de la zona de anotación, tres segundos para finalizar y el pelicenizo se lanzó llegando justo un segundo antes de la finalización del juego. 

暗 | 𝘛𝘩𝘦 𝘌𝘥𝘨𝘦 𝘰𝘧 𝘛𝘰𝘯𝘪𝘨𝘩𝘵 ── 𝗞𝗮𝘁𝘀𝘂𝗸𝗶 𝗕𝗮𝗸𝘂𝗴𝗼💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora