ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 33

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Negué con la cabeza desaprobando lo sucedido y me puse de pie, no lo veía nada justo.

—Mira tu labio — acaricie su mejilla con suavidad — ¿No te duele? — le pregunte y se puso de pie.

—En lo absoluto — sonrió bastante calmado — Valió la pena, hace mucho tiempo que quería poner en su lugar al imbécil ese — me tomo por la cintura y nos hizo girar ahora dejándome de espaldas hacia la escena de la cafetería.

— ¿Y por qué? — pregunte tratando de averiguar por qué lo detestaba tanto.

—Es un creído — soltó molesto — Cree que le tengo miedo — rio.

—No le hagas caso — le dije dando un beso en su mejilla — ¿Seguro que no te duele? — estaba hinchado su labio, se veía gracioso pero al mismo tiempo estaba preocupada.

—Que no — pasó sus manos por mi cintura abrazándome, estábamos en la cafetería abrazados, esto sí que era un gran avance.

—Eres un mentiroso — le dije riendo.

—Claro que no — dijo ofendido — Ya te dije que no es nada. — suspire, jamás aceptaría que le dolía.

— ¿Iremos al juego? — pregunte cambiando de tema y negó con la cabeza

— ¿Iremos? — se burló — Yo no, estoy suspendido eso incluye todas las actividades extracurriculares — explico — Pero tu si, tu eres porrista — me recordó divertido.

—Ya te dije que si tú no estás en el equipo yo dejo de ser porrista — puse mis manos en su cuello y lo acaricie lentamente, pues era cierto.

— ¿Por qué entraste entonces?

—Por ti — confesé sincera y abrió los ojos a tope —Cuando supe que estabas en el equipo entré — sonreí sintiendo mis mejillas algo calientes.

—No te creo— entrecerró sus hermosos ojos carmesí.

—De verdad — confirme — Solo por ti Bakugō — no estaba siendo del todo sincera y por primera vez en mi corta vida. Me dolía mentir. —Así que no iremos — le sonreí de oreja a oreja.

—Sabes… me gustaría ir a ver como pierden el partido sin mí — levanto ambas cejas.

— ¿Ahora quién es el creído? — me guiño un ojo y se acercó lentamente a mí pero el estruendoso timbre nos interrumpió obligándonos a ir a clases. El pelicenizo rodo los ojos y yo solo reí con ganas. — Vamos — le dije tomando su mano.

—No — soltó mi mano — Tu irás — sonrió —Por enésima vez te recuerdo que estoy suspendido — mire hacia abajo, ¡Una semana sin verlo! No sé si resistiría.

—Entonces… — dije volteando a ver como todos comenzaban a desaparecer de la cafetería. — ¿Nos vemos luego? — pregunte esperando un “Sí” de su parte.

—Tal vez — contesto como si no tuviera el mínimo interés en verme. Mi mandíbula casi perfora el piso. Soltó una carcajada y nuevamente se acercó a mi más rápido, tratando de capturar mis labios. — ¿No me vas a dar un beso? — pregunto ya que había corrido mi rostro.

—No — le sonreí y me di la media vuelta, me había molestado un poco ese desinterés de su parte.

Martes. Baje de mi auto, no podía evitar sentirme desanimada. No solo por el hecho de que la apuesta que tenía con Denki me preocupaba, si Katsuki se llegara a enterar ni siquiera quiero imaginarme como se pondría. Había que terminar con esto ya. Levante mi mirada y ahí estaba, recargado en la maletera de su auto. Vestía unos pantalones camuflados y una camiseta negra ajustada que simplemente me dejaba sin habla. Era todo un Dios griego, este hombre!

暗 | 𝘛𝘩𝘦 𝘌𝘥𝘨𝘦 𝘰𝘧 𝘛𝘰𝘯𝘪𝘨𝘩𝘵 ── 𝗞𝗮𝘁𝘀𝘂𝗸𝗶 𝗕𝗮𝗸𝘂𝗴𝗼💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora