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SeokJin secó el sudor de sus manos en su pantalón, levantándose segundos después cuando escuchó su nombre.

Apretó sus dientes, fuertemente. El olor del ambiente, o más bien del pequeño lugar, no le agradaba mucho.

Pero, era lo de menos.

Sentía sus pasos cada vez más lentos y pesados, viendo atentamente la puerta a la cual iba a adentrarse. La notaba más lejos, como si fuese imposible de llegar hasta allí y así poder tomar el picaporte.

Pasó saliva, observando las paredes del lugar mientras caminaba por el pasillo, pensando en que no quería parar por nada del mundo.

No era la primera vez que venía aquí pero, a pesar de eso, los nervios aún aparecían en su cuerpo, inyectándose en sus venas.

Las clases ya habían terminado. Hasta el día de hoy se sorprendía pues, sentía que el tiempo había pasado demasiado rápido.

Y es que eso en realidad sucedió, para él.

En un parpadeo ya se encontraba finalizando sus clases, con notas que lograban formarle una sonrisa orgullosa en sus labios, feliz ante sus resultados. Al final de cuentas, el esfuerzo había servido de algo.

Sus ojos analizaron la puerta en frente suyo y, tragando todos sus nervios, la abrió. Quiso cambiar todas sus emociones negativas, transformándolas en una pizca de paz.

Aunque era un poco difícil.

Se adentró a la pequeña habitación, cerrando lentamente la puerta, captando la atención de la joven mujer sentada en la silla.

—Buenas tardes Jin—La señorita llamada Dahyun le sonrió—Puedes tomar asiento—Le pidió, bajando su mirada por unos segundos, mientras anotaba algo.

El pelinegro asintió, vergonzoso. Obedeció la orden de la mujer rubia, mirando un poco su alrededor.

Ya no le daban tantos escalofríos como antes, así que simplemente decidió relajarse.

La señorita Kim apoyó sus cosas sobre sus propios muslos, regalándola una rápida sonrisa al jovencito menor.

—Bueno... hoy tenemos dos horas de sesión—Habló ella, viendo a su paciente asentir nuevamente—Perfecto, ¿Te gustaría comenzar?

SeokJin soltó un suspiro, permitiéndole al dolor de su corazón hablar, una vez más.

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Meses antes...

La espalda de Jin se encontraba apoyada en el respaldo de la cama. Su cabeza chocaba contra la pared, mientras abrazaba sus piernas, las cuales llegaban hasta su pecho.

Probablemente muchos lo abuchearían pero, extrañaba la escuela. Ahora pasaba demasiado tiempo dentro de la casa, más de lo normal, y eso lo ponía mal.

Muy mal.

Sentía que las horas que pasaba trabajando, en el local de la castaña, no eran suficientes. Necesitaba más.

Necesitaba algo que lo distrajera de toda la mierda que sucedía a su alrededor.

Fuertemente mordió su labio inferior, viendo el sol entrar por su ventana. Ya quería que llegase la noche pues, lloraría en silencio hasta quedarse dormido, nuevamente.

Al otro día se levantaría y haría como si nada hubiese pasado.

Hacía ya un mes, tal vez más, que le habían dado el alta para irse del hospital. Recordaba muy bien la mirada fría que su madre le había dado, junto con la indiferente de su padre. Lamentablemente Taehyung tuvo que irse aquella noche, y en parte lo agradecía un poco, si hubiese visto a sus padres, tal vez no se contendría ni un poco en decirles muchísimas cosas.

Detrás de la pantalla [Jinsoo]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora