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Haechan no se consideraba una persona que se rendía fácilmente, incluso podría atreverse a decir que jamás se rendía. Era trabajador y todo lo que se proponía lo lograba. Era un buen alumno, amigo e hijo. Era el orgullo de su padre.

Había visto por primera vez a Jeno cuándo tan sólo estaba entrando al jardín. Estaba llorando cómo nunca porqué su padre tenía que irse y lo quería dejar en ese horrible lugar.

—¡papi no te vayas por favor!— dijo mientras sus lágrimas no dejaban de caer por sus gorditas mejillas coloradas

—Cariño, harás muchos amigos..— su padre igual o peor que el, lo abrazó fuertemente. Era padre soltero y no era fácil para el estar lejos de su pequeño bebé.

Mientras sollozaba en los brazos de su padre, vio llegar al pequeño niño quién traía una cara de sueño. Estaba de la mano de su padre mientras parecía estar quedándose dormido parado.

—Vamos Jeno, entra y hace muchos amigos.— El no pareció tener muchos problemas con eso y entró de inmediato, yendo hasta los juguetes.

Volvió a llorar entre los brazos de su padre cuándo está repitió que tenía que irse a su entrevista de trabajo. Claro que no quería estar lejos de su padre, era la persona que más amaba y con la que compartía mayor parte de su tiempo. Tenía miedo, pues no tenía amigos, por lo tanto no tenía ni la menor idea de cómo hacer.

Sintió unos dedos tocar su hombro y se dió la vuelta para mirar al niño que había llegado hace un rato, quién lo miraba con curiosidad.

—¿por qué lloras, niño?— preguntó sin dejar de mirar al pequeño de gorditas mejillas, quién tímido se cubrió su carita con sus manos.

—porqué papi se va y me va a dejar sólito.. — murmuró bajito, aún tímido por la presencia del recién llegado.

no vas a estar sólo, hay muchos niños. Podemos ser amigos, además este lugar es muy genial.— no tardó en tomar la mano del moreno y llevarlo lejos de su padre hasta la zona de juegos.

Había quedado encantado con Jeno desde ese momento.
Si bien el niño al otro día ni se acordó de su existencia, al parecer solo jugaba un rato y el resto de la pasaba durmiendo en su respectiva colchoneta.
Pero gracias al cielo encontró a un pequeño niño solo, el cuál se hizo su amigo muy rápido.

Llegó muy sonriente a la escuela, pues en la noche junto su padre había preparado unas ricas galletas para su lindo Jeno. Debía admitir que se comió algunas, pero es que fue casi imposible, le habían quedado para chaparse los dedos.

Renjun junto con Jisung habían llegado a su lado. Ambos eran sus mejores amigos y le encantaba pasar tiempo con ambos, los quería demasiado. Renjun era un poquito más serio y cuándo era cariñoso es para pedir algo o ya estando algo tomado. Jisung era un oso cariñoso estando solo con el, algunas veces le hacía enojar mucho con lo torpe que era, pero admitía que le gustaba que su amigo necesite de su atención.

—¿me das una, hyung bonito?— preguntó Park con una sonrisa, apunto de sacar una de sus galletas, pero fue detenido inmediatamente por un golpe por parte de haechan —¡hey, eso dolió!—

—¡no seas tonto! Las hice especialmente para mi Jeno. Son para el, tonto.— lo miró enojado y protegió con sus brazos en frasco con galletas.

Renjun solo rodó sus ojos pero no se atrevió a decir ninguna palabra. Sabía perfectamente que su amigo estaba perdido de amor por Jeno y que éste no estaba en absoluto interesado por el.
Ya había advertido todos estos años a su amigo, pero al parecer le entraba por una oreja y le salía por la otra.

Hablando del Rey de Roma. Jeno apareció en el pasillo mientras reía con su grupito de amigos. Era enorme, pues era bastante popular. Jaemin, YangYang, hendery y él.

Haechan entre saltitos se acercó hasta Jeno, quién lo recibió con una incómoda sonrisa.

—¡Jeno! ¿Cómo te ha ido hoy? ¿Dormiste bien? ¿Ya comiste algo?— el moreno parecía muy contento, por otra parte Jeno sólo pudo rascar su nuca incómodo.

—Wow, son muchas preguntas.. Eh, sí, todo bien, Lee— dijo apenas y miró a sus amigos sin saber que hacer, pero todos parecían totalmente encantados por el moreno.

—Te hice unas galletas, espero te gusten— se las entregó y salió casi corriendo de el lugar, obviamente siendo seguido por renjun y jisung.

Jeno miró el frasco de galletas y soltó un gran suspiro, qué más bien parecía queja. Sabía que Haechan estaba enamorado de él, pero algunas veces era cansador tener que lidiar con un haechan enamorado. Siempre estaba encima suyo, dándole regalos y tratándolo cómo si fuera lo más maravilloso.
Había intentado darle señales e incluso le había dicho directamente que no sentía nada, pero al parecer no le hacía mucho caso.

Sus amigos rápidamente se acercaron y tomaron el frasco entre sus manos, leyendo la nota que estaba pegada.

—ese morenito es un amor, solo mira. Siempre te trae comida y regalos, no entiendo cómo no te enamoras.— dijo yangyang con la boca llena de galletas, haciendo que algunas caigan al suelo — además saben muy bien.—

—simplemente el no me gusta ¿por qué se le es tan difícil entender?—

¡déjame en paz donghyuck! - nohyuck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora