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El lunes llegó rápidamente y con ello un Donghyuck totalmente renovado.
Se ganó las miradas de muchos con su nuevo peinado y sus prendas tan lindas, en especial Jeno.

Jeno no había parado de pensar el hecho de que Haechan había llorado por el delante sus ojos y en la manera que había dicho que prácticamente ya no lo seguiría. Si eso es lo que quería, ¿por qué se sentía tan mal?
Tampoco le gustó la manera en la que varios chicos miraban al moreno cómo carnada.

—¡Hola Makku!—Donghyuck se sentó a un lado de el canadiense qué le sonrío mientras le saludaba con la mano.—Toma, te hice galletas.—

¿Había mirado bien? ¿Donghyuck le dió galletas a Mark?, eran las mismas que le solía preparar a el. Mark no le agradó nada cuándo llegó y ahora le agrada menos que antes.

Mark comía las galletas con una sonrisa mientras le hablaba de su día a Donghyuck, quién estaba muy alegre escuchando lo que hablaba.
El moreno apreciaba con todo su corazón a su nuevo amigo y en la manera que le apoyaba.

—¡Jodido traidor de mierda, con Jaemin te esperamos dos malditas horas en el maldito paradero y no llegaste, tuvimos que pagar un montón porqué ya no pasaba transporte!—Saltó sobre su lugar al escuchar al chino totalmente molesto. Lo miró con temor y sonrío, pero Renjun lo ignoró y se sentó sin mirarlo.

—Ren, todo tiene una explicación, lo juro.—Rogó con sus manos juntas y el chino seguía ignorando.—Ese día me enteré que mi padre está con alguien y también lo conocí.—

Ambos chicos lo miraron totalmente sorprendidos, sin creérselo. ¡Donghyuck tiene un padrastro!
El moreno se encogió en su lugar y sonrío incómodamete.

—¿Cómo te sientes por eso?—Preguntó renjun tomando las manos de su amigo.

—¿Bien? Mi padre es feliz y solo le deseo toda la suerte del mundo. No quiero verlo llorar.—Satisfecho con su respuesta soltó sus manos cuándo el profesor entró al salón.

Quedó pensando mientras miraba por la ventana. Pensó en su otro padre, Johnny. ¿Por qué quería verlo nuevamente?, le parecía extraño. Era casi un desconocido para el, no sabía absolutamente nada, ni si estaba casado o tenía más hijo, era hombre solo, que trabajaba y demás.
Deseó tenerlo a su lado mucho tiempo y ahora que esté frente el, en su puerta casi todos los días no tenía el valor de dirigirle la palabra.

Aburrido y sin prestarle atención a la clase se volteó para poder mirar el cuaderno de Mark. Hablaba inglés, obvio tendría todo bien. Pero chocó miradas con Jeno, quién rápidamente miró el pizarrón. ¿Qué fue eso?, decidió no darle vueltas al asunto, el no le gustaba a jeno; quizás solo quería ver que anotó Mark, cosa que en también estaba haciendo, entonces se dispuso a copiar todo lo de su amigo en sus propias hojas.

El timbre finalmente tocó y salieron cómo locos hasta el comedor, sentándose en la mesa de siempre. Renjun y Jisung llegaron con ellos, pero alguien más se les unió. Woonyoung ya había tomado lugar en su grupo y todos estaban encantados con ella. Era tan linda y delicada, siempre les llevaba fresas para que coman o algún lindo postre. Bueno, cuándo estaban con gente cerca se comportaba así de delicada.

—Hey, te tengo un regalo.—Donghyuck miró sorprendido a Mark y a la vez emocionado. ¡Un regalo!

Ambos se pararon de su mesa y Mark tomó una de las manos de Donghyuck para caminar hasta la sala de música.
Jeno los observaba desdé su lugar con algo de irritación. ¿Por qué Donghyuck no se separaba de Mark? Ni con Renjun había sido así de pulga.

Donghyuck se sorprendió a ver un bajo negro con pegatinas viejas en el. Se acercó hasta el y lo apuntó con el dedo.

—¡Era de tu padre! Lo recuerdo muy bien, Salen en las fotos de tu casa. ¿Acaso lo vas a tocar?—Preguntó con una sonrisa y Mark tomó éste con una de sus manos.

—No, lo harás tú. Sí, lo tocaba mi padre pero la verdad es que no era completamente suyo. Éste fue su primer bajo y fue regalado por su mejor amigo de ese entonces.—Se lo entregó y Donghyuck lo tomó emocionado.—Tú padre.—

—¿Mi padre? mi padre no sabe tocar nada de esto.—dijo dudoso y Mark negó con su cabeza.

—No tú padre, el otro, Johnny fue quién le enseñó a mi padre y se lo regalo.—Sorprendido lo dió vuelta vió el nombre grabado de su padre en este. Sus ojos se llenaron de lágrimas, apretando el instrumento fuertemente.—Dijo que te lo mereces y qué cuándo sepas nos vayas a tocar una canción a la casa.—

Iban a seguir hablando cuándo un chico de su misma estatura entró en la habitación. Tenía el cabello largo y rojo, amarrado arriba, una playera holgada sin mangas, pantalones grandes y botas. Sus orejas estaban cargadas de aretes y tenía una mano con un guante sin dedos.
Mark lo miró con un brillo en los ojos y observó cómo se sentaba en la batería.

—¿Son del club de música?—Preguntó en desconocido y ambos negaron.—Ya veo... Me llamo Yuta, ahora salgan de aquí.—

¿Acaso Mark había visto un ángel?

¡déjame en paz donghyuck! - nohyuck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora