Desaparecida

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Ágata no quería ser molesta, pero le daba pena ver al caballo tan apartado. Sabía que Phantom lo hacía por que quería, no porque los otros caballos le rechazaran, aunque a lo mejor si se mostraban un poco incómodos con su mera presencia.

Se mantenía a dos metros de él, tensa, mientras el macho pío la ignoraba con toda la maestría del mundo. Ágata empezó a mirar al suelo, se había quedado enbobada mirando a la hierba, pensando en las cosas que le podrían pasar si la manada descubría que al igual que Phantom, antes había tenido un hogar con humanos.

Tauro llamó a la manada para cambiar de sitio, pero Ágata no le escuchó.
El semental castaño tomó la marcha, convencido en que Ágata estaba con el grupo, pero no era así, incluso Phantom había pasado cerca de la yegua para retomar la marcha y no se había inmutado, estaba demasiado ocupada pensando.

Tras que la manada se fuera y la dejra allí inconscienetmente (Menos Phantom, que no la habí avisaso porque le daba igual), Ágata alzó la cabeza, y lo único que vió feu el paraje lleno de hierba, el cielo más lleno de nubes que antes y el agua del riachuelo moverse, pero no encontró a ningún miembro de la manada.

Los grises nubarrones se apoderaron de los últimos huecos sin tapar, y empezó la tormenta. Se escucharon rayos y truenos, se visliumbraban brillantes relámpagos, las gotas de lluvia caían sobre su grupa y cabeza, dejándola helada y con frío.

La yegua galopó sin parar, buscando algún lugar para refugiarse de la tempesta. Intentó ver si quedaban las huellas de la manada, pero el suelo estaba enbarrado como consecuencia del temporal.

Más tarde cuando empezó a llover aún más y con más fuerza (Tanto que a Ágata le hacían daño cuando impactaban en ella), encontró un pequeño saliente de tierra, no era una cueva, pero allí empezaba una masa rocosa, y aquel saliente la tapaba lo suficiente como para no morirse de frío. Esperó a que parara el torrencial.

Horas después, la tormenta cesó un poco la lluvia, y Tauro se mostraba preocupado. Habían encontrado una cueva como refugio, pero se habían percatado de que Ágata no se encontraba entre ellos.
No sabía que hacer. ¿Y si le había pasado algo?

Dejó a Hécate al cargo de la manada tras explicar a todos los equinos que saldría a buscar a su miembro desaparecido, que volverían en cuanto la encontrara, per algó cambió.

Phantom se encontraba más alejado, como siempre, pero con su oído fino se mantenía bien atento. Se acercó con pasos lentos, y cruzó a todos los miembros de la manada, hasta llegar a los equinos que se mantenían en primera fila, alzó bien la cabeza para ver a Tauro, que era muy alto, y de su boca salió:
-Me ofrezco para ir.

Al principio la idea le costó de asimilar al jefe de la manada, e intentó que Phantom le diera una explicación lógica como para ir él:
-Agradezco tus ganas de ayudar, pero, ¿Cuáles son los motivos?
-Creo... Creo que no deberíais abandonar su puesto, ya que sois el jefe y no estamos en una de las menores situaciones. Imagine que le pasara algo. Si me pasara a mí no sería tan importante, solos soy un miembro más.

Tauro razonó sus palabras, y al final dictó:
-Bien, si deseas ir para buscar a Ágata te doy el permiso, gracias por tu colaboración.

Phantom avanzó hacia la salida de la cueva con pasos sutiles, y antes de salir de la estancia se giró y miró a los miembros de la manada, y tara ello, avanzó.

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Espero q os haya gustado!!! Y de verdada que lo sineto por dejaros con intriga!!! 
Espero actualizar pronto para q no pase como en la marce de Atenea, q se quedó con el final abierto!!!
En el siguiente libro, la casa de Hades, el autor Rick Riordan puso que lo sentía.
Bueno, me despido:
Bye <3!

¿Qué es ser libre? |TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora