De vuelta

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La niebla empezó a despejarse cuando Ágata y Phantom se disponían a volver a reencontrrarse con la manada.

La yegua se sentía un poco incómoda al estar junto a él, ya que había mostrado no importarle. Quería preguntarle cosas, cosas sobre su huida de los humanos, decirle que ella había pasado por lo mismo, pero le daba vergüenza porque a penas lo conocía, así que opotó por empezar a dicirle:
-Tauro dijo que huiste de los humanos.
Phantom esperó dos segundos y contestó:
-Vaya, te felicito. A todo el mundo se lo cuenta...

Ágata se sintió culpable por haber hablado, e intentó disculparse y armar el valor para contarle que a ella también le pasó, porque, ¿Y si Phantom le contaba a la manada aquello? No estaba asegura de si lo haría.
Cuando se dispuso a pedirle perdón, su orejas se movieron, atraídas por un sonido, pero balbuceó:
-Yo...

Phntom la ignoró y giró la cabeza hacia la derecha, había escuchado un flojo sonido de cascos castañear con la tierra dura del suelo.

Tras una roca, un cuerpo equino se movió con pasos lentos, su cuerpo era de un cálido tono dorado, con unos calcetines blancos hata la caña en sus patas. Su crin era blanca, tan brillante como el sol, pero sin embargo estaba enredada y llena de hojas, al igual que su crin. Sus claros y profunodos ojos color canela, tenían su brillo natural apagado, y sus orejas no mostraban buen humor, más bien, estaba triste.

-Ho- Hola. -Dijo vergonzosa.
-Vaya, hola. Soy Ágata -Saludó curiosa.
-Yo... Zánika. -Agachó la cabeza. Un hilo de sangre caía por su oreja derecha.
-Phantom - Dijo el caballo.

El caballo pío y la yegua castaña dejaron que el otro equino se acercara más a ellos, al hacerlo, descubrieron otra herida en su pata izquierda.

-¿Te duele? -Se preocupó Ágata.
-Bueno, la de la pata sí, al caminar -Movió la cabeza hacia donde estaba la herida -La de la oreja no, y la sanger está seca.
-¿Te has perdido de tu manada? -Cuestionó Phantom.
-Más bien, han muerto, aún me cuest asimiliarlo. -Un tono de pena recorrió su voz.

-Vaya, lo... los siento. -La consoló Ágata.
-No te preocupes, no es culpa tuya. -Calló por unos segundos- Estábamos buscando refugio... Recuerdo que estábamos entrando en la cueva, yo iba la última. Entonces por el peso de la lluvia el techo de la cueva se derrumbó, toda la manada quedó sepultada bajo las rocas, menos yo. -Miró al suelo con tristeza y añoranza.
-Que... pena -Comentó Phantom.

-Yo me perdí de la manada, luego empezó a llover. Phantom vino a buscarme.
La mirada del nombrado decía "Vine por si le pasaba algo a Tauro, no por ti".
-Puedes venir con nosostros, si quieres, además, ha parado de llover. -Invitó Ágata.
-Está bien -Afirmó Zánika.

Ya empezaba un nuevo día, y mientras galopaban para llegar a la cueva, el amanecer salía tras ellos.

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¿Se podría decir q he vuelto a dejaros con intriga? Sí, pq no se sabe si Phantom, Ágata y Zánika llegarán sanos y salvos con la manda. De verdad q siento dejaros con el final así. Y pvf, votad pq veo q la gente lee pero no vota. Espero q os haya gustado,
Bye<3!

¿Qué es ser libre? |TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora