DIECINUEVE

511 58 30
                                    

CAPÍTULO DIECINUEVE
-Lo inesperado de lo Inesperado-

CAPÍTULO DIECINUEVE-Lo inesperado de lo Inesperado-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Layla

Abro los ojos, bañada en sudor. Tengo taquicardia y no puedo respirar. Me siento en la cama. Mirando las paredes blancas, mirando los detalles infantiles. Los colores. Los juguetes.

Un sueño.

Todo solo se ha tratado de un sueño. De un maldito sueño. Trato de procesar. Lo real con lo que vi. Con lo que sentí. Solo han pasado tres días. Pero en el sueño parecían haber pasado meses. Y yo... me llevo una mano al vientre. No hay nada visible aun. Nada alarmante. Pero si hay dos test de embarazo sobre la mesa junto a  la cama de la hija mayor de Eliana.

Sinceramente, no sé porque sigo aquí. Debí irme. Debí volver a casa. Pero simplemente no podía. No pude hacerlo. Los papás de Robert se quedaron ahí. No podía verlos a la cara y fingir que todo estaba bien. Así que Eliana me ofreció irme con ellos una vez Robert despertó.

Y Ben... Ben se mueve alrededor mío como una sombra cautelosa. Lo único que tengo de él es su mirada. Sus ojos azules mirándome, esperando. En silencio. Y mi piel ardía. Mi corazón dolía.

En lo único que puedo pensar es en ese sueño. En el daño que le estoy haciendo. En lo que tiene que estar soportando por mi culpa. No quiero saber como se pondrá cuando sepa que estoy embarazada. Sin duda no será como en mi sueño. Los sueños solo son sueños.

Cierro los ojos.

Debo decirle, sin embargo que estoy esperando un hijo de Robert. Tiene derecho a saberlo. No puedo dejar pasar un día más sin contárselo.

Cuándo me remuevo, sin embargo siento muy húmedo entre mis piernas. Y como aún estoy algo adormecida entrecierro los ojos y quito las sábanas blancas que están teñidas de rojo carmesí. Ahogo un grito y llevo mis manos ahí. Al sacarlas me miro las palmas. Los dedos temblorosos. Todos cubiertos de... sangre.

Tocan la puerta y veo a Ben asomar la cabeza. Tiene una expresión serena y abre la boca para decir algo que no termina porque su rostro se espanta y grita el nombre de Eliana.

Corre a mí sosteniendo mis manos llenas de sangre.

—Layla — dice — ¿Estás herida? ¿Puedes moverte? Venga, tenemos que ir al hospital.

—Te lo... te lo iba a decir — murmuro. Sé lo que es esto, se lo que significa. Y no sé como sentirme. No sé que hacer. Quiero llorar. Pero las lagrimas están estancadas en mis ojos.

—¿Decirme que? — su voz es dulce. Sus manos tiemblan también tiene miedo de verme cubierta de sangre.

—¡Virgen santa! — Eliana entra a la habitación y se acerca. Me ayuda a ponerme de pie mientras Benedict la deja ayudarme. Se hace a un lado. Me lleva al baño, me ayuda a limpiarme — Layla — susurra apretándome con fuerza — estarás bien.

Pecado  ━ Ben CumberbatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora