DIESIOCHO

464 60 67
                                    

CAPITULO DIESIOCHO
-Si tan solo...-

Cuatro meses después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Cuatro meses después

Layla

No sé hace cuanto tiempo estoy sentada mirando por el balcón. Pero otra vez no he podido dormir. Otra vez me faltó el aire. Otra vez creí que me moría.

Si alguien me hubiera preguntado como me veía en el futuro hace cuatro meses atrás. Les hubiera dicho que de cualquier forma menos en la que estaba entonces. Y no hablo del vientre de casi cinco meses. Hablo de mi vida. De las cosas que me llevaron a dejar lo que me hacía feliz.

Cuando le diagnosticaron insuficiencia cardiaca a Robert, prácticamente dijeron que si no mantenía una vida relajada, tranquila, sin alteraciones ni demasiadas emociones, se iba a morir. Y cuando llegaron sus padres y lo vieron ahí, me vi rodeada de presión y angustia. Sin saber que hacer, creí que contarle a Benedict que estaba embarazada de Robert iba a decirme que hacer. Y en efecto así. Pues él, de manera cordial y sincera... dejó todo a mi criterio.

No iba a presionarme.
No iba a provocarme molestias.
No quería causarme más dolor.

Pero yo, no dejaba de sentir que era una mierda por causarle un dolor que no era capaz de confesar. Que, aunque tal ve si él me hubiera dicho que lo dejara, que dejara a Robert sin importar qué... lo hubiera hecho. Y lo hubiera dejado.

"Debes estar a su lado ahora..." dijo y eso fue lo último que escuché de él. Y desde entonces, no he dejado de llorar. Noche tras noche. Día tras día. Mientras miro mi vida, mi vientre crecer. Lloro mientras sobrellevo mis malas decisiones. Mi infelicidad a cuestas de los demás. Porque Robert sonríe y no solo por tenerme en casa, no solo porque tengo un hijo que amo, por sobre todas las cosas en mi vientre, sino porque también estaba próximo a tener uno con Kelly.

Había prometido que solo iba a mantener una relación por el niño. Pero sinceramente, me importaba una mierda si lo cumplía o no. Sentía que mi vida estaba en automático. Que se movía por voluntad de las personas que me rodeaban. Sentía que estaba muerta por dentro. Que no podía dejar de sentir que había dañado a alguien que me había amado con tanta intensidad que así como había llegado se había ido.

A veces, me veía con Eliana. Le preguntaba por él. Se había ido a Londres por cosas legales. Eliana me veía llorar, me veía convertirme en un trapo embarazado y me pedía que hiciera algo. Me ayudó a buscar un buen abogado. Yo no iba a seguir en esa farsa por mucho tiempo. Y a penas pudiera iría a buscar a mi británico a Londres.  Pero me había apagado tanto sin haberme dado cuenta, que no asimilé todo lo que había dejado que pasara hasta que... lo volví a ver.

Fui a abrir la puerta. La casa estaba a solas por que, Robert estaba... trabajando. Nadie la había ido a abrir así que me quedé petrificada cuando Benedict estaba ahí. Creí que era un espejismo pero cuando sonrió al verme comprendí que era real. Ahí, de pie movió sus manos y las puso sobre mi vientre.

Pecado  ━ Ben CumberbatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora