Final.

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Tres años después.

Había música por todo el lugar y las niñas bailaban dulcemente sobre el escenario siguiendo a su maestra. Mientras las madres y padres sentadas bajo el escenario sacaban fotos o graban los pasos primeros de sus hijas. 

Layla, estaba sentada en medio con un par de dedos en los labios sosteniendo el teléfono en dirección a Jade y Grizel que se miraban sonrientes y nerviosas mientras bailaban. 

—¿Llegué tarde? — preguntó Eliana sentándose a su lado. 

—Solo un poco, acaban de empezar. 

—¿Y tu hombre? 

—Debe estar por venir — Layla se aseguró de que estuviera grabando y mientras lo hacía miró a su amiga de reojo — ¿Y el tuyo? 

—Pasó a dejar a los niños con su madre, debe estar por venir. Supongo — Eliana le devolvió la mirada curiosa — ¿Lo tienes? 

—Sip. 

Layla metió la mano dentro de su bolso y sacó un papel doblado en dos. Su amiga lo abrió y casi gritó de la emoción al verlo. Pero se lo guardó en su bolso y le palmeó el brazo. 

—Se va a morir — murmuró Eliana. 

—Se va a morir por dos — Layla sacó una cajita del bolso, era larga y angosta. 

—No me digas — exclamó Eliana. 

—Si te digo. Jade y Grizel serán mis cómplices. 

Eliana abrió la caja y se tapó la boca con una mano para no gritar. Abrazó a su amiga sin poder evitarlo y pataleó con los ojos cerrados. Le importó un carajo que los demás padres la miraran mal. Porque ella estaba tan feliz por su amiga. 

Cuando se quedaron calladas se concentraron en el baile de las niñas, ambas hijas de Layla, con un año de diferencia cada una. Nunca imaginó que la vida la iba a sorprender así pero cuando supo que Jade venía en camino Layla no dudó ni un segundo en luchar por su felicidad. 

Quien hubiera imaginado que una cosa así, tan hermosa y delicada fuera a darle la fuerza necesaria para tomar las decisiones correctas. 

—Perdón la tardanza — dijo él, sentándose al lado de Layla. Le tomó la mano y le besó los nudillos. Layla lo hizo callar con dedo en la boca y cuando Tom se sentó junto a Eliana finalmente se concentraron en disfrutar del show de las niñas de Layla. 

Al final, Grizel hizo una serie de pasos graciosos sosteniendo la mano de su hermana mayor y todos se murieron de ternura y risa. Cuando las fueron a abrazar, ambas niñas se tiraron a las piernas de su papá. 

—Por Dios — exclamó Layla — esto nunca va a cambiar supongo. 

—Dale unos años más. Cuando estén en la pubertad se van a invertir los papeles — murmuró Tom mirando como el papá de las niñas estaba en el suelo y con ellas encima. Layla le hizo una señal a Eliana y esta supo que había que moverse para ir a la cena. 

Pecado  ━ Ben CumberbatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora