Into him

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Eddie Munson llevaba más de diez segundos viéndolo en silencio desde la esquina de la camilla de la enfermería. Conforme el tiempo pasaba sentía el calor apoderarse de su rostro que, aunque estaba cubierto por moretones y gasas sabia lo delataría por completo ahora que aceptaba lo que había estado negando.

Steve no quería hablar. Esperaba que Eddie le quitara el peso del silencio pero se veía justo como él; a la expectativa del otro.

—Gracias.—Soltó el pelinegro en un suspiro.

No es nada..

Saber que mentía solo aumentó el calor en su cara; el corazón le palpitaba desbocado en el pecho y su boca no le permitía soltar el montón de dudas que tenía en la cabeza.

—Harrington.—Le llama sin dejar de verlo.—¿Por qué estás haciendo esto?

La pregunta lo tomó desprevenido; buscó la respuesta en las manos sobre su regazo y quiso contestar enseguida pero su garganta estaba seca y la tormenta en su cerebro no lo dejaba pensar. Aparte, Eddie Munson se veía demasiado serio. ¿Por qué?

—Tienes un horrendo complejo de héroe.—Se burló Eddie Munson comenzando a reír solo.

Steve por su parte quedó más mudo, quizá en otras circunstancias reiría también, si no se sintiera tan confundido se burlaría con él; le diría lo ridículamente acostumbrado que estaba a querer salvar a todo y todos e incluso le daría consejos sobre lo tonto que era ir tras Chrissy cuando era sumamente obvio que la chica se deshacía solo por su novio.

Pero con lo que sabía, con lo que sentía... No pudo evitar sentirse patético. Eddie le dijo villano el día anterior; le llamó decepción por no cubrir el papel correctamente y después bateó su apoyo. ¿Haría lo mismo en ese momento? ¿Iba a burlarse?

—Deberías dejar de poner la cara cada que alguien levanta el puño. —Siguió removiéndose donde estaba sentado. —Si sigues así nunca va a sanar tu linda cara, las porristas van a odiarme por eso.

Sonaba mucho más amigable. Quizá verlo todo molido lo ablandó un poco.

—Aplica hielo sobre el moretón. —Dijo levantándose con las manos dentro de la chaqueta de jean, a punto de irse.

El sonido de la puerta abrirse los hizo voltear, la enfermera entró con una bolsa azul sobre un trapo y el rostro en una mueca molesta.

—No puedo creer que sean tan violentos los jovencitos hoy en día. —Se queja pasando por un lado de Eddie y presionando la bolsa helada en la mejilla de Steve.

—Debería revisarlo otra vez. —Dice Eddie haciendo que la mujer voltee a verlo. —No ha dicho ninguna palabra desde el puñetazo.

Dicho esto, se marchó y Steve no pudo evitar repetir el sonido de su risa con la cara mucho más acalorada.

Cerró los ojos. Oficialmente se rendía. Le agrada tanto que dejó que lo molieran a golpes dos veces y si aquello no era prueba suficiente, estaba el insomnio de la noche anterior  o la maraña en su mente al tratar de darle nombre a como estaba sintiéndose.

Sobre todo ahora que se daba cuenta que Eddie estaba detrás de Chrissy. Se mordió el cachete por dentro de los nervios.

—¿Como te sientes? —Pregunta la enfermera revisando los moretones anteriores.

No mucho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora