"Mi gran sacrificio"

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( JONGHYUN)

-Vas a tener que retractarte de lo que has dicho antes.
-¿Qué...?
-sobre que esto era un sacrificio para mi. Te aseguro que tendrás que retirar tus palabras.
¿Quieres que te demuestre "mi gran sacrificio"?-
Hice que girará un poco la cabeza, para besarlo fue "un beso castigador" deslice la lengua sobre la suya, y con el brazo lo obligué a inclinarse hacia atrás. Con ése beso no pedía nada, exigía que cediera a mi pasión.
-¿Necesitas que te demuestre hasta que punto me gustas y te deseo?
-¡Sí!-jadeo Kibum.
Si, quería que le demostrará lo mucho que lo deseaba. Quería que borrara todas sus dudas, quería que su cuerpo se llenará de él.
-Eres tan
hermoso, me vuelves loco.
Abrí un poco más sus piernas y lo incliné para que me diera acceso a su orificio, grito de placer, cuando sintió mi lengua tocar ese punto.
-Shhh... adoro escucharte gemir, pero no olvides donde estamos, cariño.
-Jóder...
Le di una nalgada.
-Es lo que estoy haciendo.
Volví a penetrarlo con mi lengua, esta vez Bummie se tragó el gemido, después de estimularlo un buen rato, inserte el primer dedo, luego otro más hasta meter el tercer dedo tocando su próstata. Bummie se estremeció sin pudor y empezó a apretar mis dedos y a moverse haciendo que lo penetrara con más fuerza.
-Siempre tan estrecho, tan caliente y húmedo para mí ...-susurré mientras le daba un beso en el cuello y hombro. No pudo contener un suspiro de protesta cuando saque los dedos, solté una carcajada entrecortada.
- Espera un minuto, ya estas listo gatito- me bajé el pantalón y el boxers solo lo suficiente para liberar mi erección, me tragué un gemido, cuando comencé a penetrarlo. Me quedé quieto esperando a que se acostumbrará. Pero Bummie empezó a moverse.
-Demonios...- susurré, antes de morder su hombro para sofocar un gemido. Bummie soltó una exclamación ahogada, coloque las manos sobre sus muñecas con el pecho apretado contra su espalda, y deslice sus manos hacia abajo por la pared hasta que lo incliné más hacia delante. Haciendo la penetración más profunda. Lo sujeté de las caderas para impedir que se moviera y empecé a moverme con envites pequeños y suaves que fueron ganando intensidad poco a poco. Deslice una mano por su vientre hasta agarrar su erección y empecé a masturbarlo al ritmo de las embestidas.
-Si, gruñi mientras me undia completamente en él-. Eres perfecto.
Me detuve por un momento al oír que se abría la puerta del servicio, pero al cabo de unos segundos me seguí moviendo con una lentitud enloquecedora, mientras acariciaba su pene con mayor rapidez.
Escuché las voces de un Señor y un niño, que el primero lo regañaba por comer demasiado. Usaron el cubículo del fondo. Empezaron a escucharse, flatulencias durante una eternidad. Tuve ganas de echarme a reír al oír el sonido de aquel batallón. Los hombros de Bummie se sacudieron mientras intentaba contener la carcajada, con la mano le tapé la boca y yo apreté mi boca contra su cuello para intentar sofocar la mía. Bummie soltó la carcajada ahogada, se retorció, apretando mi erección y se corrió en mi mano. Inspiré varias veces en silencio y me quedé casi inmóvil para no hacer ruido. El chico se lavó las manos mientras el papá echaba aromatizante y lo seguía regañando. Afortunadamente no nos escucharon. En cuanto se largaron y la puerta se cerró tras ellos, empecé a follarlo como un loco.
Kibum empezó a hablarme cosas sucias en inglés y eso me calentó aún más. La mano que tenía en su pene la frote más fuerte y volvió a correr se. Mi orgasmo también se acercaba. Le acaricie el lóbulo con la lengua, bese su cuello hasta terminar en su hombro y así sofocar el grito de placer en su camisa. Mi pene se sacudió en su interior y di una última embestida. Le volví a dar un beso en el cuello antes de salir de él. Me abroche los pantalones con movimientos firmes y eficientes ya estaba acostumbrado a este tipo de situaciones, pero Bummie aún parecía un manojo de nervios. Saqué un pañuelo y empecé a limpiarlo, después de acabar de acomodar sus pantalones.
El aún permanecía en silencio.
-¿Estás bien?-Le pregunté mientras le apartaba el pelo de la cara.
-Sí.
-¿Entonces aún tienes dudas?
-Lo siento-musito Bummie-. No tenía ningún motivo para enfadarme y mucho menos dudar de ti.
-No, no tenías ningún motivo para enfadarte. Si estoy aquí, es por que con tigo es con quien quiero estar, de lo contrario ya estuviera con Tiffany.
Bummie asintió.
-¿Sabes?-. Si gritarme te excita hasta este punto, creo que soy capaz de soportarlo.
-No me excita gritarte, y de hecho, no te he gritado.
-Bueno, pero estabas muy enfadado.
-Creo que es a ti al que le excita enfadarme.
-Me temo que tienes razón. Vale la pena la reconciliación.
Reí, apesar de su respuesta.
Me acerqué y le di un beso, un beso en el que deposité todos mis sentimientos, con la esperanza de que él finalmente los aceptará.

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