One Shot [Creek]

XIII. La fantasía de Craig [AU] ▪

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El contenido que se presenta a continuación tiene uso de lenguaje vulgar, escenas de sexo explícito y mención de heridas físicas (sangre). Léase bajo su criterio y responsabilidad.

Si te desagrada esta temática, ignora este OS ♡

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Craig ha soñado por semanas enteras con el hombre más hermoso de su universo. Un día, sin previo aviso, se encuentra frente al dueño de sus fantasías sexuales.

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Tiempo atrás, cuando la pubertad floreció y con ello el calor abrasó todo pensamiento racional, las fantasías golpearon en horarios diurnos y causaron un caos en el cuerpo del inexperto Craig. Los sueños cobraron múltiples sentidos e impidieron la calma acostumbrada de la infancia, ya que una tras otra imagen atacaron la mente deseosa, misma que con los años fue soltando el revuelo de la sexualidad.

Después de la adolescencia, las noches durmiendo se convirtieron en la amante ideal para un pobre estudiante universitario que sobrevive a base de alimentos altamente procesados y bebidas energéticas. Craig apenas tiene tiempo para pensar en sexo ya que sus últimos semestres en la carrera lo consumen más rápido de lo que él llegó a imaginar. No hay tiempo libre si trabaja, no hay descansos si las horas se ajustan para hacer lo mínimo de su pila de planes. Por ello pasó un par de años creyendo que su libido desapareció gracias al estrés y desmotivación. Craig estaba seguro de haber perdido la habilidad para fantasear.

Pero no.

A sus veintitrés años el cause volvió a desbordarse como si se tratara de una olvidada e inagotable adolescencia. La respiración agitada es tan sólo una minúscula parte del inconmensurable desdiche del descontrol; hay un hormigueo, un cosquilleo arremolinándose en su vientre que clama por expandirse en todas sus extremidades. Es, a su consideración, la vuelta a los años más despreocupados y desesperantes. Su cuerpo ha vuelto a los colores rojizos, la fiebre que nace en su punto más débil le ha provocado trasnochar y madrugada tras madrugada, después de despertar agitado, se pregunta si todo es una broma amarga de la vida. No recuerda a exactitud los pasajes que nublaron juicio y comportamiento, pero despierta con el ácido sabor de la culpa que le asegura sus sospechas.

Ha tenido sueños húmedos. Sueños que sólo tiene un puberto incapaz de comprender su cuerpo cambiante. Ha soñado con otra piel, otras manos, otra voz, otros toques y otra persona de rostro desconocido y aroma familiar. A duras penas rememora a su acompañante; hay manchas difusas de tonos verdes, amarillos, muslos de piel lechosa y tintes rosas y una espalda decorada con pecas. No conoce la identidad de su amante en fantasías, pero sabe que es un hombre. Un hombre. Ha fantaseado con un hombre.

Craig no se considera a sí mismo como un hombre homosexual ni bisexual, pero tampoco heterosexual. Es consciente de su claro desvío hacia su mismo género, mas no lo divulga porque Craig siempre ha preferido mantenerse fuera de las controversias. Y, lastimosamente, su orientación sexual es un tema polémico dentro de una familia que ha dejado en claro su desaprobación a ese tipo de gente. O bueno, al menos su padre lo ha recalcado hasta el cansancio, lo suficiente para que Craig guarde silencio y se excuse con la universidad cada vez que le preguntan por una pareja formal. Si no ha llevado a alguien a su casa es porque él está muy ocupado con los deberes estudiantiles que, aunque en parte es cierto, no da a relucir las verdaderas razones.