II. Putería y zorrismo [AU] ▪

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▪ ▪ ▪ ADVERTENCIA ▪ ▪ ▪

El contenido que se presenta a continuación tiene uso de lenguaje vulgar y escenas de sexo explícito. Léase bajo su criterio y responsabilidad.

Si te desagrada esta temática, ignora este OS. Si estabas buscando algo puerco para leer, bienvenida(o) ♡

Kagami_02 nos vemos en el infierno, beibi 😎👊

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Dos asesinos derrochando dinero, sin sentido en la vida ni dirección alguna. Perdidos entre sábanas y alcohol, simplemente existiendo, huyendo del dolor.

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Escucha atento el golpeteo de los hielos contra el pequeño vaso de cristal, mientras el señor de cabello cual nieve mueve paciente su bebida, para después sorber un poco

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Escucha atento el golpeteo de los hielos contra el pequeño vaso de cristal, mientras el señor de cabello cual nieve mueve paciente su bebida, para después sorber un poco. La mirada se mantiene atenta al rubio que continúa de pie, con la mano posada en un mueble que guarda los utensilios finos. El anciano del millón, el pervertido lujurioso que observa casi desvistiendo al pobre cordero de piel blanca y ojos esmeralda. Da una media sonrisa, mostrando los dientes bajo labios arrugados y cubiertos por un bigote blanco. Cuando Tweek le devuelve la sonrisa, mordiendo su labio inferior y dejando caer sus pestañas con delicadeza y tentación, su acompañante golpetea el sillón, invitándole a sentarse a un lado suyo.

No hay palabra alguna, pero ambos saben por qué están ahí y para qué. O bueno, por lo menos eso creen saber. Un sorbo más y el vaso termina vacío, conteniendo dos hielos que se derriten con lentitud y dejan una pequeña laguna. El menor camina lento, seguro de sí y con tintes de seducción, dispuesto a sentarse a lado del hombre que dejaba su bebida en el suelo, importándole poco si su alfombra se manchaba. Una vez sentado, sintiendo la comodidad del lujoso sillón beige, sonrió mostrando sus dientes y mirándolo con fuerza. "Oh, pobre, pobre hombre" pensaba el ojiverde, posando su cabeza en su mano mientras su brazo caía en el respaldo del sillón. Su nombre era Wolfgang y tenía sesenta y tres. Dos mansiones en Estados Unidos, y quién sabe cuántas propiedades a lo largo del mundo. Viajaba mucho, y al ser una persona sumamente sociable terminó con más enemigos de los que podría recordar. ¿Era ese anciano el depredador? Porque yacía como una presa en las garras del blondo.

—Eres hermoso, niño. —una mano se posó encima de su pierna, acariciando sin desesperación, disfrutando de la piel joven y suave. —¿Quieres que sea tu papi esta noche? —Tweek sonrió divertido, retirando las manos ajenas con amabilidad.

—Oh, querido, dudo mucho que puedas hacer algo más que tocar mis piernas. —el señor rió bajo, dispuesto a continuar con el "juego".

—¿Tan viejo me ves, dulzura? —Wolfgang se recargó en el sillón, sintiendo los párpados pesados y el aire más cálido.

One Shot [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora