I. Indefenso

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Es sólo una noche más para Tweek. ¿Por qué su novio le ama con tanta intensidad? Es algo aún más difícil de explicar.

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-El amor es una mierda.

Habían buscado a su amigo por casi todos los pasillos, encontrándolo en la biblioteca, con el rostro rojizo y la mirada perdida en uno de los tantos libros que utilizaba para estudiar -o evadir a los demás-. Sus ojos quebrados habían tomando el color de su cabello, reflejando lo que intentaba ocultar ante sus compañeros: dolor. Por más que deseó reprimir sus emociones, éstas le atacaron de forma brusca al verse descubierto. Frágil e indefenso, lastimado por la persona a la cual le profesaba su más puro amor. Era sólo un joven más que caía en las redes sin explorar, en lo más profundo de su ser, acechado por la traición más inesperada.

Tweek corrió a la par del rubio ojiazul, quien seguía insistentemente a Kyle. Las clases habían finalizado para la mayoría, siendo pocos grupos los que aún tenían materias en las aulas. Detrás del rizado, iba Kenny junto a Clyde, quienes intentaban comprender qué sucedía y por qué Butters perseguía a su compañero con gran esfuerzo. La verdad intentaba ser oculta con gran fracaso, puesto que la pareja del pelirrojo y éste se habían separado de su grupo de amigos repentinamente, además de desaparecer en las horas libres. La tensión estaba presente mientras aquellos adolescentes intentaban alcanzar al mayor, quien limpiaba con mayor brusquedad su rostro cubierto de lágrimas.

-Por favor Kyle, deja de ignorarnos, sólo queremos ayudarte. -pidió Butters intentando recuperar el aliento, posando su mano sobre el hombro de su amigo una vez que éste detuvo su paso. -Todos estamos preocupados por ti y Stan, han estado actuando extraño desde ayer.

Una vez que el joven judío se detuvo, todos hicieron lo mismo, quedando en distintas distancias unos con otros. Leopold se acercó más a su amigo, quien miraba furioso a sus compañeros. Su rostro pálido tomaba un poco de color al ser el papel de las luces que se encendían poco a poco, indicando la llegada de la noche en el pueblo. Ojeras notables y labios partidos, demostrando su descuido nocturno y la poca importancia que tenía en su aspecto en aquel momento. Estaba molesto, frustrado, triste y decepcionado, todavía intentando guardar para sí todos sus pensamientos y pesares. Sin embargo, el chiquillo de pelo rubio y ojos celestes era perseverante, queriendo ayudar a sus amigos e intentando dar lo mejor de él para ellos.

-¿Preocupados por ambos? Hubieran comenzado por ahí. -rió desganado, posando su mirada en sus compañeros. Sonrió amargamente, negando de tal manera que confundió a los presentes. -¡Joder, qué tontos hemos sido! Olvidaba que ustedes forman parte de la relación. -Butters miró hacia el suelo, sintiendo sus mejillas arder en sobremanera.

-Hablamos en serio, sólo queremos asegurarnos de que estén bien y que pueden contar con nosotros. No deseamos entrometernos en sus asuntos ni que pasen por otro ataque. -esta vez habló Kenny, abrazando por los hombros a su pareja. El pelirrojo suspiró cansado, mirando el césped de los jardines de la entrada mientras empezaba a romperse, lleno de frustración al no poder evitar a sus amigos.

One Shot [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora