Detrás de la Sonrisa

08. Máscaras

Detrás de la sonrisa

Capítulo 08: Máscaras

Tras la máscara se oculta un joven derrotado y sin esperanzas.

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Adrien llegó muy afectado de su encuentro con Ladybug, y aunque Plagg le había dicho que ir como Cat Walker serviría para despistar a su primo en caso de que saliera en el Ladyblog, no podía evitar sentir que había decepcionado a la heroína.

Es que solo era cuestión de ver sus expresiones. Tal vez podría haber engañado a otro tratando de disimular su tristeza y decepción, pero no a él, porque la conocía mejor de lo que ella creía y sabía que estaba dolida, por lo que era muy probable que se sintiera defraudada por su cobarde actuar, por no darle la cara y entregarle el Miraculous él mismo. Era consciente de que, si lo hubiese hecho de esa forma, todo habría sido más directo, más honesto con ella... pero irónicamente, esa honestidad que siempre le había exigido a ella, él no la retribuyó.

Otra cosa que lo hizo sentarse en el sillón y lanzar la cabeza contra el respaldo de la misma, fueron todas las palabras que le dijo respecto a Adrien y que coincidían con lo que le había comentado su primo, de forma burlesca.

¿Sería Adrien la persona que a Ladybug le gustaba? No podía dejar de pensar, en cuáles habían sido las situaciones en las que como civil entorpeció la labor de su compañera, cuando mayormente la ayudaba como Chat Noir.

Le dolía la cabeza, cerró los ojos y fue en ese momento, en que sintió un extraño escalofrío que le recorrió toda la espalda, sacudiéndolo completamente. Plagg estaba igual, así que ambos se miraron sorprendidos y asustados. ¿Qué había sido eso?

Decidió ignorarlo.

Se levantó del sillón y se dejó caer en la cama, para terminar ese maldito día que había hecho que toda su vida diera un giro de 180 grados en dirección al desastre.

...

Los siguientes días, Adrien estuvo sin ánimos de nada, apenas comía, dormía la mayor parte del tiempo y el restante, vestía la máscara de Cat Walker para acompañar a Ladybug en la búsqueda del Miraculous de la Mariposa. Durante las patrullas, veía a la gente mirarlo con sospecha, murmurando entre ellos, seguramente preguntándose dónde estaba Chat Noir, pues Ladybug aún no lo había presentado formalmente ante la ciudad.

Por otro lado, Ladybug pasaba de muy mal humor en cada una de las jornadas en la que se reunían, pues ninguno de los planes que ideaban, daba resultado, de hecho, el último plan los había hecho recorrer el Sena con sus trajes acuáticos, sin ningún resultado favorecedor.

—Ladybug, ¿está bien? —le consultó, con cierta mesura en sus palabras.

—Sígueme tratando de usted y te tomaré de la cola y te lanzaré lo más lejos que pueda—le comentó entre dientes, aunque pareció repensar lo que dijo —. Lo lamento —dijo, deslizando los dedos de su mano derecha por la frente—, esto me tiene estresada y esta chica, tras la máscara, está muy cansada de todo en estos momentos.

—¿Le sucedió...? —se pausó en cuanto la chica lo miró de reojo— ¿Te pasó algo?

—Cosas personales —respondió, dejando caer sus hombros, abrumada—, además todo esto me tiene agotada mentalmente... Y por si fuera poco, mañana vuelvo a clases y tendré menos tiempo para buscar a Nooroo.

—¿Tendremos un nuevo horario de búsqueda?

—Te lo notificaré mañana, en cuanto me entreguen mis horarios.