Detrás de la Sonrisa

19. Sanación

Detrás de la sonrisa

Capítulo 19: Sanación

La sanación es un viaje para reencontrarnos con nosotros mismos y perdonarnos.

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Marinette y Adrien sabían que habían llegado al límite y que ya no podían seguir postergando el enfrentamiento con Felix. Él había iniciado toda aquella avalancha de cosas y era hora de cortarlo.

Ambos jóvenes se miraron antes de transformarse y acercarse al complejo de pent-house donde Amelie y su hijo se refugiaron después de la muerte de su marido, lugar donde habían ido a buscarlo la noche que Monarch se apoderó de todos los Miraculous.

Cuando tomaron la apariencia de Ladybug y Cat Walker, ambos se hicieron presentes ante Amelie, que los recibió confundida, pero a la vez expectante.

—¿A qué se debe su visita? —consultó, dejándolos pasar. Ladybug se vio paralizada momentáneamente cuando observó a Felix sentado en el sillón del living.

Cat Walker observó a Ladybug y apoyó su mano en la espalda de ésta para recordarle que estaban juntos en esto.

—Mi compañera venía a disculparse con ustedes, ¿verdad, Ladybug?

—Ah, sí —dijo apartando la mirada de Felix, que le sonreía, para mirar a Amelie—. La última vez que estuvimos aquí, no fuimos muy agradables pues la situación era bastante estresante. Ahora que todo está en paz, lamento todo lo ocurrido aquella vez.

Amelie los invitó a pasar al living, mientras Ladybug sacaba de su yoyo, una alargada caja blanca.

—Les trajimos esto —dijo, mostrándole los macarrones que había en el interior—. Sé que es de mala educación llegar sin nada, así que esperamos que acepten nuestras disculpas.

Amelie vio los macarrones con una sonrisa.

—¿De qué son?

—Los rosas son de fresa, los amarillos de maracuyá y los morados de arándanos.

—A Felix y a mí no nos gustan los blueberry, así que... —tomó uno rosado y luego la caja para entregársela a Felix.

—Madre —dijo el chico sin quitar la mirada de Ladybug—, ¿por qué no le ofrecemos té a las visitas?

—Buena idea, hijo —dijo, terminando de comerse el macarrón—. Está delicioso —agregó, tomando otro rosado—. Enseguida traigo el té.

Cuando quedaron solos, la mirada que Ladybug le dio a Felix, hizo que éste ampliara aún más su sonrisa.

—No sabes cuánto ansiaba verte... —comentó, apoyando el codo en su pierna, para sostenerse el mentón con su puño izquierdo—... aunque esperaba ver a mi primo contigo... Por lo que veo, los rumores eran verdad —se extendió hacía atrás, para apoyarse contra el respaldo del sillón—. ¿Él te dejó o tú lo reemplazaste?

Cat Walker cerró los ojos y apretó los puños que mantenía en su espalda.

—Él se fue —respondió Ladybug.

—Supongo que eso te lastimó profundamente, ¿no? —se acercó a ver los macarrones y tomó uno de los amarillos— Vaya, hasta sabías que a mí también me gusta el maracuyá, al igual que Adrien —comentó con burla—, ¿No se van a servir?

Ladybug miró a Cat Walker y ambos tomaron uno morado.

—Ya que no les gustan los blueberry, me comeré este —dijo Ladybug.