Capitulo 41

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Narra Azriel:
Tomo al Rougue del cuello y se lo desgarro, era el último así que vuelvo a mi forma humana, miro a mi mamá que está caminando hacia mi.

— ¿Estas herido?— negué, ella me abrazo, en los brazos de mi madre siempre me siento alegre y protegido.

— ¿Y tu?— le pregunto, ella se separa un poco y niega.

— Hace falta mas que unos Rougues para que yo salga herida— nos reímos y volvemos a casa.

Soy Azriel Garcia Hyde, hijo de Citlali Hyde y Draven Garcia actualmente líderes de la manada Killer Moon, también soy el lobo de la profecía, pero eso nadie mas que mi familia y Michael el brujo de la manada lo saben.

El día de mi transformación mamá me dió a leer un libro antiguo que habla sobre la profecía, Michael me dió un collar que oculta el verdadero color de mi lobo, aparentemente soy un lobo de pelaje negro y ojos verdes pero en realidad soy un lobo blanco de ojos zafiros, mi mate no la he buscado por que no tengo nada de tiempo.

— Alaia te dije que no vas a salir con ese idiota y punto— apenas entramos a la casa y ya se escucha la discusión de los mellizos.

— Ese idiota es amigo tuyo y por supuesto que voy a salir con él, tu no eres nadie para decirme con quien debo o no salir— Alaia tiene el carácter de mamá pero solo cuando esta muy molesta sale ese carácter ya que normalmente es muy tierna.

Los mellizos ahora tienen 18 años, ellos si son lobos negros y sus ojos son grises, ambos tienen el tamaño de un Alfa pero son más pequeños que yo.

— ¿Con quien vas a salir Alaia?— la detengo antes de que entre a su habitación.

— Con Leonardo el amigo de Drystan— gruño, Leonardo es un completo imbecil que solo usa a las lobas como objetos sexuales y después las bota y las humilla.

— De ninguna manera vas a salir con él— ella me mira sorprendida, no está acostumbrada a que yo le prohíba algo.

— ¡Es mi puta vida y yo sabré lo que hago o no!— me grita, mamá sube.

— Alaia cariño ven hablemos en mi oficina por favor— se la lleva, mamá también sabe como es Leonardo y seguramente también le prohibirá salir con él.

Entro en mi habitación y me dejo caer en la cama, estoy muerto de cansancio, los Rougues no se rendirán tan fácilmente, quieren un lugar en nuestra manada pero mamá se los ha negado por que Michael dice que los Rougues no traerán nada bueno a nuestra manada, empiezo a cerrar los ojos cuando escucho un grito de emoción, rápidamente me levanto y bajo las escaleras.

— Gracias mamá gracias— Alaia le da un beso en la mejilla a nuestra madre y sube corriendo las escaleras.

— ¿La dejaste ir aun sabiendo como es ese idiota?— me enojo.

— Azriel no le hables así a tu madre, la dejo ir por un buen motivo— me regaña mi padre.

— Si claro el buen motivo de que va a ser la loba mas humillada de toda la manada ¿quizás?— mi madre me gruñe.

— Escúchame muy bien Azriel por que solo lo voy a decir una vez, tu hermana sabe cuidarse muy bien sola, no por nada es mi hija— niego y salgo de mi casa, seguiré a Alaia para poder cuidarla.

Veo a Alaia salir y oculto mi olor, la sigo hasta el centro de la manada, sentado en una banca del parque espera Leonardo, que sonríe alegremente mientras ve llegar a mi hermana, Alaia se lanza a sus brazos y él la atrapa.

— Me alegra que si pudieras venir— le dice él.

— Me constó trabajo por mis hermanos pero mi mamá se puso de mi lado, ¿nos vamos?— ella le sonríe coqueta y él asiente, la toma de la mano para irse en dirección al bosque, los sigo sigilosamente.

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