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𝙴𝚕 𝚖𝚎𝚓𝚘𝚛 𝚍í𝚊






𝙰𝚕𝚎𝚡𝚒𝚊 :




Después de tanto festejo durante la noche, Kevin y yo estábamos descansando en casa de sus padres. Todos parecían cansados, sus hermanos estaban viendo alguna película y sus padres dormían aún. Eran cerca de medio día, Kevin tenía hambre así que bajo a buscar algo de comer.

Cuando regresó tenía con el una charola, en el dos platos de cereal con leche.

— No había otra cosa, así que vamos a comer esto— señala lo que hay.

— Es suficiente, gracias— musito.

El deja la bandeja sobre nuestras piernas y comenzamos a desayunar, yo más cómoda que el. Después de mi gran berrinche solo por que no quiso darme un lugar que a mi me gustaba, Kevin me dejó esta noche a mi el lugar.

Veía de reojo como trataba de acomodarse a cada poco, lo entiendo, cuando no te sientes a gusto ni aunque te paguen. Terminamos de desayunar y la puerta se abrió dejando ver a Felipe con otra ropa que no fuera su pijama.

— Llamó la tia Berenice para avisar que estaba en la playa, por si queríamos ir y alcanzarlos— nos avisa.

— ¿ que dijo mamá y papá? — pregunta Kevin.

— Que vayamos nosotros si queremos, ellos tienen resaca— se ríe Felipe — luego nos alcanzarían según.

— ¿ crees que sea buena idea dejarlos aquí? — pregunta de nuevo mi novio.

— si, ella insistió — sonreí.

— mejor no— responde Kevin

— Amor — me mira — tus papás quieres estar solos.

Veo de reojo a Felipe que al parecer, ha entendido.

— Pero..

— Kevin — lo interrumpe su hermano — SOLOS — recalca y Kevin hace un gesto entendiendo.

— Por eso digo que ya nos vamos a la playa — responde mi novio haciéndome reír.

Felipe se va dejándonos solos, nos ponemos a preparar una mochila para cada uno con un cambio de ropa para regresarnos.

Cuando estamos listos bajamos, los hermanos de Kevin ya nos esperan abajo entonces subimos a la camioneta de mis suegros ( como Kevin me pidió decirles) y nos vamos.

En el camino los hermanos de Kevin hacen bromas acerca de que sus padres querían privacidad y que Kevin no entendía, yo solo me limitaba a reír cuando decían algo gracioso. Claro que cuando comenzaron a molestar a Kevin y a mi con ese tipo de cosas, ya no era tan gracioso, me ponía toda roja igual que mi novio.

Finalmente llegamos a la playa, dejamos estacionada la camioneta a unos metros del restaurante donde la familia Campos estaba. Al llegar saludamos a todos y nos sentamos, era algo tarde así que pedimos alguna botana para pasar el rato.

Me gustaba el ambiente aquí, Kevin me dijo que estos lugares mayormente los conocían como una palapa, pues era de los que estaban casi a orilla de la playa. Había música en vivo y las familias parecían tranquilas, casi como nosotros.

Cartas a mi crush • Kevin Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora