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𝙲𝚊𝚝𝚘𝚛𝚌𝚎 𝚍𝚎 𝚏𝚎𝚋𝚛𝚎𝚛𝚘.





𝙰𝚕𝚎𝚡𝚒𝚊 :


Kevin llevaba ya varios días fuera de la ciudad por cuestión de su trabajo, habían iniciado una excelente temporada en cuanto a fútbol.

Los días que se fue de vacaciones me sentía triste por no verlo, por no escuchar su risa y su voz en vivo. Sin embargo pude sobrellevar la situación por que Maya, Vanessa, Heidy, Belén y yo nos la pasamos increíble en pijamadas y salidas.

Después Vanessa tuvo que irse a estudiar fuera la Universidad, después estaba Maya que se la pasaba casi escondida por los chismes que había de ella por culpa de su prima Diana. Maldita.

Heidy y Belén estaban en su trabajo y salía algunas veces con ellas, pero yo también seguí mis estudios y por suerte iba bien. Se supone que debía estudiar para una presentación pero también era catorce de febrero, Kevin dijo que haría lo posible por venir por mi y hacer algo Lindo.

Termine de estudiar y cuando me di cuenta eran las cinco, me di una ducha y me puse unos jeans junto a la sudadera que según Kevin le había robado, pero el me la dio. Se sabe cuando le " Prestas " tu sudadera a una chica, esta ya no vuelve a ti.

El tiempo pasó y cuando me di cuenta habían pasado dos horas, ya eran las siete. Sentí cierra tristeza de pensar que Kevin nuevamente no había podido venir por cosas de su club.

— Lexi — escucho la voz de mi hermano frente a la puerta que se encuentra abierta.

— Dime — lo miro.

— Kevin está abajo — y entonces una sonrisa se forma en mi rostro

— Gracias, ya bajo.

El asiente y se retira dejándome sola, tomo mi mochila con un cambio de ropa y algunas otras cosas, en la otra mano llevo mi otra mochila para la escuela.

Bajo las escaleras y veo a Kevin platicar animadamente con mi hermano, este último hace un gesto de confusión al verme bajar con dos mochilas.

— ops, olvide decirte que hoy me quedo en casa de Kevin — me mira mal

— ¿ mamá y papá saben? — pregunta

— Obviamente

— Bueno, solo usen protección por favor que no quiero ser tío tan pronto — Kevin ríe

— No seas pendejo, no vamos hacer eso — le responde mi novio

— Ni que fuéramos como tu, en fin, vámonos que ya es tarde — reprocho y Kevin me ve con una mirada de pena.

Fernando nos deja salir entonces, claro después de despedirnos de el. Rápidamente me subo al auto de Kevin y veo como el hace lo mismo, en el estereo se reproduce " Ella de Junior H "

El comienza a conducir y yo me dedicó a dejar las mochilas en el asiento de atrás, solamente tomo mi teléfono.

— Amor, perdón, se que dije que pasaría a las seis treinta pero se me complicó todo con el vuelo y eso — se disculpa, suspiro.

Cartas a mi crush • Kevin Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora