Cuando Caesar recupero la consciencia, lo primero que quiso saber fue que había pasado con los hombres del Pilar y sobre todo, que le habia pasado a Joseph. Lo primero que le dijeron fue que el había conseguido derrotarlos, al escucharlo se alegro y sintió un gran alivio pero ese consuelo se conviertio en disgusto al descubrir que el chico había tenido que sacrificar su vida por la humanidad. No pudo evitar derrumbarse, y culparse al respecto, diciendose que si el hubiera escuchado al chico entonces, no habria terminado fuera de combate y podria haberlo ayudado, asi teniendo la esperzanza de que hubiera sobrevivido. Pero sus abuelos quienes fueron los que le contaron de lo ocurrido lo consolarón diciendole que poco habria podido hacer contra Kars mientras este era un ser definitivo. El sabia eso, sin embargo podia haber evitado que el dios llegara a su forma final. Las hermanas de Caesar, que lo habian visitado nada mas enterarse de lo ocurrido, se sorprendieron de lo devastado que su hermano mayor se veia. Desde lo ocurrido hace 4 años, habian sido pocas las veces que habian visto a su hermano, pero el siempre les escribia para que ellas supieran que estaba bien. A partir de estas cartas y varias veces en las que se habian encontrado, entendieron que Caesar se habia vuelto un mujeriego, y en los ultimos mensajes descubrieron que despues de muchos años se habia vuelto a ver con Joseph, el chico con el que tan mal se habia llevado en el pasado. Es por estos datos que podemos entender la reacción de ellas al ver lo aflijido que estaba este por la muerte del britanico. A pesar de sus sentimientos, el italiano volvio a levantarse por el bien de su familia y sobre todo por la suya. Se paso las siguientes dos semanas con sus hermanas, hablando de todo lo que no se habian mencionado en las cartas y este les confeso los sentimientos que había desarrollado al pasar un mes entero junto a Joseph. Ellas le consolaron, sin embargo el chico no dejo que sus sentimientos se apoderaran de el y trato de darles lo mejor de el.
Ahora ya volviendo a la actualidad, Caesar era alentado por sus hermanas nuevamente a confesarse al chico. El lo agradecia pero no necesitaba sus animos, el desde el prinicpio era consciente de lo que tenia que hacer y asi decidio hacerlo. Un día despues de la confesión de Lisa Lisa los dos salieron a pasear y en general pasar la tarde por las calles de Nueva York. Al principio se podia practicamente palpar la tensión que los dos sentian. Pero poco a poco Joseph fue haciendo comentarios sobre la primera vez que fue a Nueva York justo al principio de todo lo que estaba por ocurrir. Le hablo de como conocio a Smokey, y como Nueva York le habia encantado. Mientras caminaban, decidieron parar al lado del río Hudson, mientras los dos se apoyaban sobre las varandillas mirando al agua.
-Quiero mudarme aquí en el futuro.
-Bueno, practicamente ya vives aqui ¿no?
-Si, pero quiero tener mi propia casa, trabajo... Ya sabes.
-Si... Bueno, cambiando de tema. Queria agradecerte por salvarme una vez mas la vida.
-Mira que eres cabezota Shiza-Chan, daba igual como te dijera que no era seguro, tu seguias. Pero bueno por muy enfadado que estuviera contigo... Realmente nunca hubiera podido dejarte alli solo(Dile eso al Joseph canon). No quiero perderte Caesar...
Los dos se quedaron callados mirandose, sabiendo muy bien cual era el siguiente paso, por desgracia el rubio se puso nervioso y desvio el tema.
-Dices eso pero luego fuiste tu el que nos hizo creer a todos que estabas muerto.
-¡Demonios! No fue mi culpa, fue Suzy que tiene la memoria de un mosquito fallecido. De verdad, a veces no puedo con ella.
-JAJAJA
-¡No te rias maldito!-Le dijo mientras le pegaba un puñetazo suevamente en el hombro.
-Sabes, ella y tu teneis personalidades parecidas. Los dos podeis poner nerviosos a cualquiera y actuais de manera imprudente a veces.
-¡Ey! Yo nunca me olvidaria de enviar una carta tan importante.
Caesar se mentalizo finalmente de que no conseguia nada desviando el tema y decidio ir al grano, pero antes de hacerlo necesitaba estar seguro de algo.
- Suzy y tu hariais buena pareja, y me extrañaria que no haya pasado nada entre vosotros mientras estabais solos en Venecia.- Intentó decirlo con cara picara, para disimular lo que le doleria saber que su afirmación resultara ser correcta.
-¿Suzy y yo? No, para nada. Solo la veo como mi amiga.
-Me alegra oir eso.
-¿Por qué?
-... Porque yo no te veo solo como un amigo...
Joseph no contestó nada y se quedo viendo como el río fluia. Despues de unos segundos que para Caesar se sintieron como años, lo miro y le sonrio.
-Has tardado mucho en soltarlo.
El rubio no dijo nada pero no hizo falta porque su expresión de total confusión lo decia todo. El castaño al verlo río.
-Venga Shiza-Chan, soy un maestro adivinando las siguientes frases de cualquiera. Se te veía desde hace rato.
Al escuchar aquello se ruborizó mas de lo que estaba de la verguenza. Empezo a pegarle mientras el otro se intentaba proteger mientras se reía histericamente. Despues de un rato Joseph le suplico que parara, ya que de tanto reirse ya no le quedaba aire en los pulmones y era incapaz de inalar, ademas de que le dolia la cara y el abdomen de reirse.
-¡Entonces ¿qué?!- Le preguntó Caesar de manera agresiva.
-¿Qué de qué?
-¿Qué dices sobre lo que te he dicho?
-¿Qué has dicho?
-AJH, Mira que eres insoportable, sobre que me gustas ¡estupido!
-Lo sé, solo quería escucharte decirlo.
Caesar le pego con todas sus fuerzas, consiguiendo que el contrario se retorziera de dolor. Cuando ya se recuperó, continuo.
-¡Y mira que tu eres agresivo! Ajem, ajem... Bueno como te decia...- Antes de continuar se lanzó ha los brazos del chico y lo abrazó con todas sus fuerzas.-Obvio que yo tambien quiero que seamos algo mas. ¡Ah, Shiza-Chan! Me haces tan feliz.
El otro se habia quedado petrificado por aquel abrazo inesperado pero cuando escucho lo ultimo reacciono y acepto el abrazo. Los Neoyorkinos que pasaban los miraban mal, por aquel momento tan dulce entre dos hombres, pero a ellos dos no les importo. Siempre estaria en la memoria de los dos aquel dia en que se abrazaron mientras se ponia el sol, como señal de que oficialmente ahora eran novios. Por desgracia aquel bonito momento tuve que ser interrumpido, pues los dos sabian que se estaba heciendo tarde y que habian quedado para cenar todos juntos. No querian enfadar a la querida abuelita Erina. Mientras volvian siguieron hablando como lo habian hecho antes, pero ahora había otro aura entre los dos, uno totalmente distinto. Sus rostros estaban radiantes mientras se miraban entre risas y charlas sobre cuaquier cosa.
-Oh, por cierto, con lo del hotel ya me debes tres.- Le dijo bromeando.
Caesar tambien bromeando rodo sus ojos y los dos volvieron con sus conversaciones sobre un poco de todo. Joseph con cualquier cosa que le sorprendiera minimamente actuaba como un niño de 5 años y el rubio tenia que controlarlo para que no los dejaran en ridiculo a los dos. Sin embargo en el fondo le encantaba como brillaba su rostro, como si fuera un girasol de esos que tanto le gustaban. No podia esperar a llegar a la casa y besarlo. Y como lo penso, lo hizo. El ingles habia gritado avisando a los que se encontraban en el primer piso de la casa de que ya habian llegado. Nada mas terminar, Caesar sujeta la cara de Joseph con su mano y la fue acercando a el. El castaño al principio no entendio lo que ocurria, asi que se sorprendío cuando finalmente sus labios se tocaron. No fue un beso apasionado, ni necesitado. Fue delicado como si el rubio estuviera besando a una rosa. Antes de que Joseph pudieran reaccionar, este ya se habia separado, y se adentro saludando felizmente a sus abuelos y en general a cualquiera que viera en su camino, mientras por detras el ingles totalmente enrojecido le reclamaba por aquel beso fugitivo.
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Se vienen nuevos caps de Stone Ocean gente SIUUUUU
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Enamorando a un Zeppeli (CeaJose)
Fanfiction⚠Segunda parte de Enamorando a un Joestar⚠ Joseph Joestar y Ceasar Anthonio Zeppeli se conocían desde que eran pequeños ya que sus familias son muy unidas desde la época de sus abuelos. Pero ha diferencia de ellos, siempre se han llevado como el per...