𝐒𝐦𝐮𝐭𝐬/𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐨𝐧𝐠𝐬 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻) [+１６]

𝖲𝗆𝗎𝗍

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Aidan Gallagher
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Fantasies

Advertencias: Sexo de desconocidos, uso de mentiras, seducción sin compromisos, consumo de bebidas alcohólicas, sexo sin protección, uso de palabras vulgares, uso de apodos románticos, interrupción post-coito.

-Buenas noches bella dama. - Saludó un hombre de cabello castaño que se notaba que acababa de cortar, lo tenía ligeramente cargado hacia un lado, y realmente le lucía.

Había llegado al bar del exclusivo hotel donde me estaba hospedando por trabajo, estaba agobiada y necesitaba un trago. Me había puesto un vestido rojo que apenas cubría mis muslos, donde ambas mangas de tirantes se cruzaban sobre el hombro izquierdo y tenía una parte destapada que dejaba ver medio vientre y media espalda del lado derecho, a la misma altura de lado izquierdo también tenía dos tiras que dejaban parte del viente al descubierto.

No sólo necesitaba un buen trago, sino también un buen hombre que me diera una noche que no pudiera olvidar.

Había notado algunas miradas sobre mí, pero no me había dejado llevar hasta que media hora después; había entrado un hombre que con tan sólo su mirada en mí y su perfecto caminar me habían hecho entrar en su juego de seducción. Eso, fue el inicio de todo.

No pude despegar mi mirada de él ni él de mí. Y por primera vez me sentí afortunada de ver que no estaba esperando a nadie ni que llevara compañía.

En los tres tragos posteriores, brindamos a distancia y le sonreí coqueta, que me regresó con miradas que me dijeron cuánto me estaba deseando también.

Y entonces sucedió. Justo cuando pensé que nuestro pequeño juego acabaría ahí y que me iría sola a mi habitación, se levantó y mirándome, se acercó a mí. Me sentí debil y emocionada al mismo tiempo, no era de hacer esto pero él me daba todas las razones para hacerlo.

-Buenas noches. - Respondí mirándolo por encima de mi hombro, y sonrió coqueto.

Yo estaba sentada en la barra del bar, donde estaban todos los bartender's, él se sentó al lado mío y también miraba enfrente, donde tenían todas las botellas.

-¿Qué trae por aquí a una mujer tan bella? - Preguntó mirándome. Sentí su mirada y su total atención en mí, lo que me hizo morderme el labio.

-Trabajo. Quisiera decir que vacaciones pero no es así. - Respondí sin preocuparme mucho con algo de diversión.

-¿Trabajo, eh? - Repitió cautelosamente. - Debes estar estresada... - Sentí como su voz cambiaba a una más...sensual.

-Lo estoy, por eso he decidido darme un descanso. - Respondí, insinuando lo que quería, aunque su voz y sus miradas ya me habían confirmando que quería lo mismo desde hace rato.

-Yo puedo ayudarte con eso. - Susurró cerca de mi oído, ambos bebimos el último sorbo de nuestro trago, y lo miré deseosa.

-¿Oh, sí? - Respondí con fingida inocencia.

-Te lo aseguro, déjame guiarte a un mundo fuera del estrés. - Me ofreció, levantándose. Sin pensarlo tomé su mano, dejando que me guiara.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Por su sutil manera de coquetear y su porte elegante no dudaba que me haría olvidarme hasta de mi nombre.

Subimos al elevador, y marcó el piso quince, lo que interiormente me hizo sorprenderme, pues estaba hospedado en el mismo piso que yo.

El silencio se volvió pesado, y ambos solo mirábamos al frente, ansiosos porque las puertas del elevador se abrieran...ansiosos por llegar a su habitación.