quiero respirar, odio esta noche

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─ Creí que no desayunarías por culpa de satanás.

Dice Chifuyu mientras ingresa a la habitación y dirige su mirada a la bandeja que se encontraba sobre la cama de Mikey.

─PEEEEERO creo que el servicio a la habitación, alias Hanagaki Takemichi, volvió a ser tu superhéroe.

─ Está vez no lo negaré, realmente estoy agradecido... Fuyu ¿vamos al jardín?

Responde Mikey mientras se levanta de la cama y se arregla para salir.

Chifuyu suelta una risita y camina en dirección a la puerta de la habitación, haciendo un gesto a Mikey para que lo siga. Una vez en el jardín, el par de amigos se sienta en el césped, el rubio cenizo mira a su alrededor mientras Chifuyu le dirige una mirada curiosa.

─ Es increíble como dos personas tan diferentes pueden ser pareja y llevar tantos años juntos.

Dice Mikey.

─ Asumo que estamos hablando de Takemichi y satanás, así que preparare mi discurso porque PORRRRR SUPUESTO que tengo una opinión sobre esto.

Responde rápidamente Chifuyu, mientras Mikey suelta una suave risa y luego suspira.

─ Lo odiaba Chifuyu, y ahora ...

─ Ahora te gusta.

─ ¿Qué?

─ Y tu le gustas a él POR SUPUESTO.

─ ¿Estás delirando? ¿Te han dado doble medicación hoy?

─ Pero él aún no asume completamente lo que siente por ti, así que está prácticamente esperando si tu le das una respuesta al huracán de emociones que siente cuando piensa en ti o esta cerca de ti o te habla a ti o...

Mikey miraba seriamente a Chifuyu, quien tenia una leve sonrisa en su rostro y miraba ahora el cielo mientras seguía hablado despreocupado.

─ ¿Estás delirando Fuyu?

─ Sano Manjiro eres mas lento de lo que pensé, pero no te culpo, yo tengo un sexto sentido.

─ Chifuyu ¿de verdad no se pasaron con tu dosis de medicación hoy?

Dice Mikey mientras no quitaba su mirada del rostro divertido de su rubio amigo, quien suspiraba y dirigía una mirada profunda a él.

─ Mientras estabas en tu sesión y luego cuando desayuné sin ti, Baji Keisuke me acompañó, el es... interesante.

─ ¿Interesante?

─ Su mirada me hace sentir seguro, es como un gatito.

─ ¿Sentir seguro? ¿un gatito?

─ ¡Manjiro! ¡ya basta!

Dice Chifuyu frunciendo el ceño y soltando una sonora risa.

─ ¡Lo siento, lo siento! Fue demasiada información en muy poco tiempo, ¿que debo pensar? ¿Te gusta Baji Keisuke?

─ Me gusta Baji Keisuke y a ti te gusta Hanagaki Takemichi.

─ ¿Por que pareciera que todo lo tienes resuelto?

Preguntó Mikey rodando los ojos y recostándose en el césped.

─ Es tan simple Mikey, la ventaja es que Takemichi no está jodido, el puede salvarte.

─ ¿Salvarme? Chifuyu habla claro, no entiendo tus frases de mierda filosóficas.

─ Mikey... tu Takemichi no está jodido de la cabeza, te puede salvar. En cambio mi Baji Keisuke esta igual o más jodido que yo, estamos destinados a amarnos en nuestra miseria.

─ No necesito que nadie me salve Chifuyu, yo no quiero ser salvado.

─ Deja que fluya, ¿no has pensado que por alguna extraña razón no moriste?

─ Por pura mala suerte.

Chifuyu bufó y se recostó en el césped junto a Mikey, mirando el cielo, tomó la mano del contrario y la entrelazó con la suya, apoyando la cabeza en el hombro de su amigo.

─ Mikey tu eres luminoso, quieres apagarte pero tu brillo es más fuerte, estas vivo porque el destino lo quiere así.

El rubio mira a Mikey y prosigue.

─ Takemichi lo ve, lo vio cuando llegaste inconsciente, lo vio cuando trataste de robar somníferos, lo vio cuando ese hombre vino a visitarte y lo ve siempre que te mira.

─ Takemichi tiene novia, tiene planes con ella y yo soy un paciente psiquiátrico nada más.

Mikey evita que sus lágrimas salgan, porque inexplicablemente le dolió pronunciar esas palabras.

Novia...

─ Ya llegará el momento en que ambos abran los ojos, solo deja que pase y no huyas.

─ ¿Y tu y Keisuke?

─ Lo conquistaré a mi manera, tengo un estilo de conquista que seguir.

Ambos amigos se ríen sin dejar de mirar el cielo, pasaron el día juntos como siempre, hablando de cosas sin sentido o Chifuyu enumerando las razones por las cuales Baji era el amor de su vida, lo cual hacia reír mucho al rubio cenizo, hasta que luego de la cena, llegó la hora de dormir.

Estaban todos en su habitación, la enfermera Arimi les entregó al par de chicos sus medicamentos y se retiró, terminando su turno esa noche.

Solo Hinata y un par de enfermeros quedarían a cargo del turno nocturno del hospital.

(...)

Mikey despertó a mitad de la noche mientras dos enfermeros lo llevaban atado con una camisa de fuerza por un largo pasillo hacia la otra área, trató de moverse pero estaba levemente sedado, no entendía nada y al tratar de gritar, notó que tenia entre sus dientes un pedazo de tela que le imposibilitaba hablar.

Al llegar a una habitación con una bañera llena de hielo, los enfermeros lo desvistieron de forma brusca y lo tiraron dentro.

El frío del agua y el hielo, quemaba su piel, sus gritos eran ahogados por la tela que estaba amarrada a su boca.

Mikey los miraba aterrado, con sus ojos cristalizados.

Los enfermeros echaron dos cubetas mas con hielo directamente a la cabeza y rostro del rubio.

Mikey sentía sus músculos contraerse a causa del frío, temblaba y le costaba respirar, la desesperación lo hizo intentar salir de la bañera, pero uno de los enfermeros le proporcionó un golpe en la nuca con una de las cubetas metálicas.

Sentía que el frío cortar sus músculos, su estomago de contraía y los espasmos ya eran reiterados.

De pronto lo tomaron y lo tendieron en una camilla con ruedas metálicas, sin colchón, con un lazo de cuero blanco, lo golpearon gritándole.

─ ¡Deja de temblar como nena o te mataremos a golpes!

Mikey solo sentía dolor, frío y los golpes, hacían arder su piel, cerraba sus ojos con fuerza rogándole a su propio cuerpo que deje de temblar. Pero ahí venían de nuevo los golpes, los lazos ya se teñían de rojo y sintió nauseas, su interior quemaba.

Las risas de ambos hombres resonaban en toda la habitación, cuando de repente sintió una tercera, era una risa de mujer, dirigió su mirada y pudo ver el rostro de Hinata con una gran sonrisa, ordenando que lo lleven al siguiente nivel.

─ Sano, vas a sufrir tanto que querrás morir y no estará mi novio para salvarte... Takemichi-kun sentirá asco de ti.

Le grita Hinata mientras el rubio tiritaba y sollozaba en la camilla, se dirigieron a otra habitación, donde Mikey pudo divisar lo que vendría.

No deseaba morir por las mismas razones de antes.

Esta vez deseaba morir por que no soportaba más el dolor.

𝗌𝗎𝗂𝖼𝗂𝖽𝖺𝗌 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝗺𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora