el amor puede rompernos.

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Chifuyu no alcanzó a ingresar a la habitación cuando uno de los enfermeros lo saco bruscamente, el rubio pudo ver con horror como todo estaba cubierto de sangre... de la sangre de su amigo.

La sangre de Mikey.

No pudo evitar soltar un doloroso grito antes de que un sollozo se hiciera presente.

Se sentó en el piso apoyándose de la pared y abrazó sus piernas, escondió su rostro entre ellas, lloró desconsoladamente, si algo le ocurría a Mikey... Él simplemente no sabría como seguir.

De pronto sintió la calidez de un cuerpo sentarse a su lado y pasar un brazo sobre su espalda.

─ No soy bueno consolando pero ya sabes... yo estaré aquí contigo esperando que vuelva Sano.

Chifuyu sintió la voz de Baji como si le transmitiera algo de tranquilidad momentánea, como si tuviera la esperanza de que Mikey volvería bien; Chifuyu quería que su amigo vuelva y poder contarle lo mucho que le gustaba Baji Keisuke y lo terriblemente enojado que estaba con él por querer irse y dejarlo solo.

Pero Chifuyu en el fondo lo entendía y por eso sentía pena, porque sabía lo que sufría Mikey y él mismo.

─ Baji abrázame.

(...)

Takemichi permanecía afuera de la sala de urgencias donde Mikey era atendido; el camino hasta ahí fue eterno, tuvo que contener sus emociones y mantener su actitud profesional, por lo menos mientras estuviera ahí, pero tenia tantas ganas de llorar, de gritar y de saber porque el rubio cenizo había tomado esa decisión.

Pero nuevamente se salvaba de la muerte.

Y nuevamente Takemichi estaba ahí para presenciarlo.

Entonces pensó y finalmente tomó una decisión, no dejaría que nadie más estuviera cuidando del rubio cenizo, se encargaría él mismo de apoyarlo y cuidarlo, así que sacó su celular y marco el número de Airimi.

─ Takemichi-kun ¿tienes noticias?

─ Onee-chan... no, él aún sigue con el médico, te llamaba porque necesito que me ayudes en algo...

─ Claro ¿sucede algo?

Airimi dedicó toda su atención a la conversación que tenia con su hermano por teléfono.

─ Onee-chan necesito que cambiemos de pacientes, que cambies la ficha, necesito ser el enfermero a cargo de Mikey.

─ Takemichi... ¿estás seguro?

─ Más que seguro... tú... ¿puedes?

─ Claro que si, cuando regreses estará listo.

Takemichi le agradeció y cortó la llamada cuando vio al medico acercarse a él, para informarle que enviará a Mikey de vuelta al pabellón psiquiátrico, pero sugiriendo los cuidados que deben tener.

─ Afortunadamente sus cortes no fueron tan profundos, así que no hay músculos, ni motricidad comprometidos, fueron suturados los mas graves, de todas maneras el paciente está sedado y seria ideal que permanezca así durante un par de días.

(...)

Esa noche Takemichi llevo de vuelta a Mikey al pabellón psiquiátrico y permaneció en la habitación junto a él, sentado en una silla, atento a cualquier movimiento o reacción del rubio cenizo.

Se negó a tenerlo sedado, el enfermero sabia que eso no evitaría nada, el rubio cenizo debía enfrentar lucido cada una de sus acciones y darse cuenta de lo que había hecho, después de todo Takemichi estaría ahí con el.

𝗌𝗎𝗂𝖼𝗂𝖽𝖺𝗌 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝗺𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora