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¡Hola! muchas gracias por darle la oportunidad a mi historia, se agradece mucho cada lectura, comentario o voto, las adoro <3

Mañana era el gran día, mañana mi vida cambiaría para siempre, mañana mi vida entera se arruinaría, desde mañana empezará mi infelicidad... En realidad ni siquiera falta un día, faltan horas, dado que es de noche, en cuanto me vaya a dormir quedará menos tiempo.

Evolet vino a hacerme compañía el día de hoy, agradecía mucho el gesto, pero la verdad no tenía ánimos de ver a nadie.

- Anímate, hermanita. - Dijo ella. - No dejes que esto te amargue la vida entera. -

- Es fácil para ti decirlo, tú sola accediste a casarte con el hombre que escogieron nuestros padres, yo no tengo elección. - Me arrepentí al instante de mis palabras.

Sabía que Evolet accedió solo para que no me forzaran a mí, al final eso no resultó, pero su intención era protegerme.

- Perdón, es solo que no ando de humor...- Dije disculpándome. 

- No te culpo, sé que no es fácil, pero mientras antes lo aceptes menos sufrirás. - Dijo ella. - Es un matrimonio arreglado, siempre tienes la opción de tener amantes si eso sirve de consuelo. - Solté una risa cuando dijo eso, no pude evitar recordar a Kaeya ese día en el bar ofreciéndose como candidato.

- ¿Qué es chistoso? -

- Nada, es solo que me recordaste a un amigo. - Dije con una sonrisa en mi rostro, la cual de a poco se fue desvaneciendo.

Mis amigos, puede que nunca vuelva a verlos. Jamás podré salir de compras con Lumine de nuevo, no podré ir a jugar videojuegos con Aether mientras Lumine pelea con él porque no quiere pasarle el mando para jugar ella también, adiós a esas noches en el bar con Diluc y Kaeya, no podré conocer mejor a Xiao y al resto de los amigos de Lumine.

Sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas ¿A caso viviría sola el resto de mi vida? ¿Aguantando posibles infidelidades? ¿Sin posibilidad de tener amistades?

De repente sentí como los brazos de Evolet me rodeaban, inmediatamente estallé en llanto. Mi hermana trataba de consolarme diciéndome palabras como "Todo va a estar bien", pero la verdad es que ninguna estaba segura de aquello.

- Deberías ir a dormir, ____. Trata de descansar, aunque sea un poco. - Yo asentí a lo que dijo mi hermana, ella se fue a su antigua habitación.

Me puse un pijama y me senté en mi cama, vi mis maletas hechas y el vestido de novia colgado en un rincón de la habitación, aún se sentía tan irreal... Me arropé y traté de despejar mi mente, finalmente logré conciliar el sueño.

A la mañana siguiente, las sirvientas entraron ajetreadas a mi habitación, Gina fue a preparar la tina para darme un baño antes de empezar a arreglarme, las demás estaban preparando el espacio en donde trabajaría la estilista encargada de arreglarme, Fui con Gina sin animo alguno. Me desvestí y entré a la tina.

- Hay que darnos prisa con el baño. - Dijo Gina mientras lavaba mi cabello, yo mientras tanto restregaba mi cuerpo con la esponja de baño. - El peinarla y maquillarla tardará mucho, señorita. Solo espero que logremos alistarla a tiempo. -

- Aún faltan 5 horas, yo creo que el tiempo nos sobra. - Dije despreocupada.

Una vez terminamos de asearme, me puse una bata y fui a mi habitación, en donde ya estaba la estilista con sus cosas instaladas.

Primero empezó con el maquillaje, hizo la respectiva preparación para la piel y empezó a aplicarme sus productos. El estilo era algo natural, al menos en lo que respecta al rostro, le pedí si es que podía agregar brillo a mis ojos, a lo que ella accedió amablemente. Mi madre quería que el maquillaje fuese lo más natural posible, pero ya que va a ser un día infeliz para mí, siento que como mínimo tengo el derecho de sentirme bonita, y ya que me gustan los maquillajes un poco extravagantes y el brillo, decidí que quiero que mis ojos sean el centro de atención.

Jamás Diré Que Sí - Tartaglia Y Tú [AU] ACTUALIZACIONES LENTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora