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Han pasado unos cuantos días desde que salí con Childe y desde la llamada de mi hermana. Ahora mismo me encuentro en mi habitación, caminando de un lado a otro de forma nerviosa, buscando que de este modo surjan las respuestas a mis preguntas, me he estado tomando mi tiempo para procesar toda la información, es verdad que me siento herida y traicionada, así como también es verdad que a pesar de todo me siento incapaz de odiar a mis padres. No he dejado de pensar en los consejos de Zhongli, estoy consciente de que tiene razón y no debería de seguir atando mi forma de actuar en base a lo que desean los demás, es hora de pensar en mí y en lo que yo quiero, pero ¿Qué es lo que realmente quiero?

Sé que no es de mi agrado estar en un matrimonio arreglado, si algún día llegase a casarme me gustaría que fuese por amor y porque yo lo decida, eso lo tengo claro. Ahora el tema es: ¿Qué sigue ahora? ¿Cuándo pase toda esta tormenta podré volver a casa?

Estoy segura de que no podría volver a casa de mis padres, probablemente si vuelvo me repudiarían por haber manchado el apellido al escapar, y probablemente mi padre no duda en ejercer disciplina sobre mí. Si vuelvo a Mondstadt tendré que ver la posibilidad de independizarme, no creo que sea muy difícil, después de todo tengo algunos ahorros guardados.

Aún no le he contado a Childe sobre la llamada de mi hermana, quizás se lo vaya contando. Mi situación con él ha cambiado después de todo este tiempo, ahora lo puedo considerar un amigo, alguien digno de mi confianza. Al fin y al cabo, desde que escapamos aquel día no ha hecho nada más que cuidar de mí y preocuparse por mi bienestar.

Mientras pienso en todas estas cosas escucho la puerta abrirse, era Childe quien había llegado con unas donas y unos vasos de café helado, desde aquel día hemos pasado más tiempo juntos.

– Ten, la dona de chocolate y el Frappuccino es para ti – Deja las cosas en una pequeña mesita que hay en mi habitación. – Pude notar que has estado algo preocupada estos días, así que traje esto para ti. –

Doy un mordisco a la dona y estaba realmente deliciosa, lo mismo para el Frappuccino, está exquisito.

– Gracias Childe, amo mucho las cosas dulces. –Dije para seguir disfrutando de aquellas cosas que trajo para mí

– ¿Sabes? Si necesitas hablar para contarme que es lo que te preocupa o para distraerte, quiero que sepas que puedes contar conmigo – Sonreí ante sus palabras, la verdad es que me sentía bastante cómoda con su presencia.

– La verdad... es que recibí una llamada de mi hermana. – Y empecé a contarle todo lo que hablé con Emma, él me escuchaba atentamente y en ningún momento me interrumpió.

– Comprendo... – Lo noté un poco preocupado. – La situación es compleja, pero no es necesario que tomes una decisión ahora. Cualquier decisión que tomes te apoyaré, es importante que recuerdes que no estás sola en esto, tienes a muchas personas que te quieren brindándote su apoyo. –

– Lo sé, y estoy muy agradecida con todos ustedes. – Le brindé a Childe una cálida sonrisa, la cual el devolvió.

Nos quedamos mirando unos momentos en silencio, disfrutando de la compañía del otro. Aproveché la instancia para reflexionar unos momentos, no pude evitar recordar que Childe quería viajar solo en un principio y que me uní sin invitación a su propia huida, él había dicho en ese entonces que solo estaría un tiempo conmigo y que cada uno debería tomar caminos separados. El recordar eso me entristecía un poco, la verdad es que no tengo muchas de alejarme pronto de Childe...

– ¿En que piensas? – preguntó Childe, quien había notado mi estado reflexivo.

Tomé un sorbo de mi Frappuccino antes de responder – Estaba recordando el día de la huida. En ese entonces habías dicho que tarde o temprano tomaríamos sendas distintas, y con toda la situación actual... – Di un suspiro antes de seguir hablando. – La verdad es que todavía no me siento preparada para que cada uno siga por su lado. – Empecé a jugar con la pajita del Frappuccino de forma nerviosa. – Es solo que... No sé, me agrada tu compañía, creo que si hubiese escapado yo sola ese día todo habría sido distinto ¿Sabes? Habría sido más solitario y deprimente para mí. – Childe solo asintió a lo que dije, parecía sumido en sus propios pensamientos.

– Las cosas han cambiado desde entonces – Finalmente habló. – Soy consciente de lo que dije, pero la situación ahora es distinta. No me sentiría cómodo separándonos ahora – Dijo dedicándome una sonrisa. – Además ¿Qué clase de caballero dejaría a su suerte a una dama? –

No pude evitar reír ante este último comentario que hizo Childe. La verdad es que la comodidad que siento al estar con él va más allá de solo sentirme cómoda con su compañía, siento que con él puedo expresarme sin tener que limitarme a mi misma, no siento esa necesidad de ocultar como me siento parar aparentar; siento que con él puedo por fin empezar a liberarme, empezar a ser quien soy en verdad.

Si bien sentía algo similar con Lumine, Aether y con mis hermanas, con Childe es diferente, ya que, aunque siento que les podría confiar mi vida, hay algo dentro de mí que de forma inconsciente se sigue reprimiendo cerca de ellos, nunca supe a que se debe eso ¿Por qué tendré tanto miedo de reprimirme con otros, incluso con aquellos que amo incondicionalmente? Quizás se deba al peso de las expectativas y el miedo al juicio, la verdad es que no lo sé con certeza, solo sé que hay algo más, hay algo arraigado en mi ser que me hace actuar de esta manera.

– ____ – Childe toma una de mis manos entre las suyas y me mira a los ojos, su mirada refleja dulzura, así como también lo hacía su tono de voz. – Si te hace sentir más tranquila con respecto al futuro, te prometo que me mantendré a tu lado hasta que ya no me necesites y puedas estar a salvo – Lograba sentir la sinceridad de sus palabras

– Childe... – Solté una pequeña risa nerviosa – No digas tonterías... – No me deja continuar, ya que me interrumpe.

– Para ti puede parecer una tontería, pero ten por seguro que cuando hago una promesa, por más pequeña o ridícula que parezca, soy un hombre de palabra y quiero que eso te quede claro. – Sus ojos reflejan total determinación. Está hablando con firmeza, pero sin dejar de lado la dulzura con la cual se dirige hacia mí. – Estás bajo mi protección ____, quiero que eso lo tengas grabado en tu cabeza, no permitiré que nadie te ponga un dedo encima de ti, eso tenlo por seguro. –

Mi corazón se enternecía ante tal afirmación ¿De verdad estaba dispuesto a protegerme y seguir a mi lado hasta que esta tormenta acabe? Mi sentido común me dice que debo dudar de sus palabras, sin embargo, mi instinto y mi corazón me dicen que habla con total sinceridad. Además, hasta ahora me a protegido tal y como ha dicho. Sus ojos reflejan determinación, así como también logro entrever cariño en su mirada, el cual es reciprocó. En ese preciso momento me di cuenta de que este lazo que estamos desarrollando va siendo cada vez más evidente, este lazo que estamos construyendo puede resultar en algo bueno.

– ¿Por qué estás tan decidido al querer protegerme? – Pregunté con curiosidad

– ¿A caso no te lo dije aquel día? Sigo mi instinto, y este me dice que debo protegerte. – Dijo con seguridad.

Así fue como también me di cuenta de que sus palabras no eran solo una promesa vacía; era un compromiso sincero que emanaba de un deseo sincero de estar ahí para mí en cada paso del camino, al darme cuenta de esto no pude evitar sentir una calidez en mi corazón.

Los momentos que hemos pasado desde nuestra huida habían construido un puente entre ambos, el cual se consolidaba con cada palabra, cada gesto y con cada risa que compartíamos.

Un hormigueo recorría mi cuerpo, es una sensación extraña y agradable al mismo tiempo, era una calidez que abrazaba mi corazón, haciendo que este fuera un poco más rápido de lo usual, así como también sentía una sensación rara en mi estómago. Desconozco que es esto, supongo que será que me emocionaron las palabras de Childe. Pero ¿Porqué me emocionaba tanto? No lo sé, pero no me quejo, me alegra que las cosas estén resultando de esta forma.

De repente sentimos unos golpes en la puerta, la cual no tardó mucho en abrirse, revelando a Zhongli, quien llamó nuestra atención.

– Buen día, lamento interrumpir su charla, pero necesito hablar con Childe de forma urgente. – Su rostro refleja total seriedad ¿Qué habrá pasado?

– Claro, vamos. – Dijo Childe. – Nos vemos luego ____, ten en mente lo que te dije. –

Fue lo último que me dijo antes de salir por la puerta, pasaron días para convertirse en semanas, las cuales se convirtieron en meses, no he vuelto a ver a Childe desde entonces...

Es broma, está hablando con Zhongli en la oficina de este, lo sé porque los seguí, traté de espiar la conversación por curiosidad, pero fue inútil, no pude oír nada, por lo que al final volví a mi habitación ¿De que cosa tan importante estarán hablando?

Jamás Diré Que Sí - Tartaglia Y Tú [AU] ACTUALIZACIONES LENTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora