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El carnaval de Sant Constantin era la festividad más esperada del año (sin contar navidad y halloween). La ciudad de Kelna celebraba el día en que Sant Constantin se deshizo de brujas y piratas que habitaban con nosotros.

Todo tipo de hechicería era prohibida desde que una bruja hechizó a Genevieve -en ese tiempo, la reina y tatara tatara abuela-, hace más de 300 años. Cayó en un profundo sueño y simplemente murió por deshidratación y de hambre. Al mismo tiempo se encontraban los piratas, esa gente despiadada que robaba todo lo que podían, sin importar el riesgo, sin importar que su propia gente muriera en el intento. Los culpables de que mi padre se convirtiera en un total desconocido violento. Y no se bañaban.

Sant Constantin, que era la mano derecha de la reina, fue el encargado de fumigar ambas pestes y, gracias a él, vivíamos en paz desde hace muchísimo tiempo.

-Si lo ajustas más te prometo que me voy a desmayar.

-Ni siquiera he empezado a apretarlo.

Eso era mentira.

Sentía cómo Dinah tiraba de los cordones del corsé, haciendo que pudiera sentir los pulmones en la garganta. Mis manos estaban totalmente blancas de la fuerza que estaba aplicando para sostenerme de una de las columnas de mi cama.

-Listo -suspiró, pero ni siquiera pude voltear a verla. Estaba mareada.

El vestido era totalmente hermoso, Dinah tardó al menos un mes en confeccionarlo; un azul marino, con un escote delgado en V, vuelos bajo los hombros, y solamente precioso.

-Dios, parece que te vas a morir -Ally entró corriendo a la alcoba al verme tan pálida que podía pasar por un fantasma. -Ven aquí.

Tiró de mi brazo para sentarme justo al frente de mi tocador. Creo que esa era mi parte favorita de mi alcoba, pues era un tocador negro con toques dorados, y el espejo tenía formas de rosa en todo su alrededor hechos de oro. Ya saben, cómo una chica normal.

-¿Qué te parece un peinado recogido? -Ally hacia marañas con mi cabello mientras mencionaba distintos estilos.

-Mejor que sea suelto -añadió Dinah arreglando el desastre que dejamos hace un momento.

-Pero en el carnaval habrá mucha gente, sudará, es mejor que lo tenga recogido.

-Pero se mirará mejor con el cabello suelto.

-Solo los piratas llevan el cabello suelto -Ally seguía trasteando mi cabello, y yo solo podía ver ambas a través del espejo.

-Los piratas me dan asco -Dinah tomó asiento en la cama, rendida. -Son sucios, ladrones, y tienen cero sentido de la moda.

-La señorita Hansen tiene razón -al escuchar la voz de papá, amabas amas de llaves se colocaron una junto a la otra, dando una reverencia a su rey.

Lo vi. Llevaba un traje fornido con el símbolo real justo sobre dónde estaría su corazón; el símbolo constaba en un círculo dorado y una B al medio, como referencia al apellido real Bonnet.

Papá me miro con ese aire su superioridad, y al momento fue una mirada de desaprobación, puesto a que aún no estaba lista para el carnaval.

-_______ -empezó. -Tengo buenas noticias, tendremos la cena real como todos los años antes del carnaval -bien, eso no era nada nuevo, todos los años teníamos una cena real antes del carnaval para conmemorar a nuestros antepasados, es especial a la reina Genevieve, la tarara tarara y muchos tataras abuela de mi padre. Papá empezó a pasearse por la habitación, eso era lo malo, cuando hacía eso solo significaba que estaba desesperado. Lo miré atentamente frunciendo el ceño. -El Rey de Canterberg se unirá a nosotros.

Pirates (Lauren Jauregui y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora