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Por la mañana todos estaban en movimiento.

La tripulación empezaba a despedirse de sus seres queridos, lloraban y se abrazaban. Al menos sabía que había una pizca de amor en ellos.

Mi brazo aún dolía. Lauren se hizo cargo de vendarlo antes de entrar a mi carpa. Mentiría si dijera que no me sorprendí, pero era claro que sí, ¿por qué lo había hecho? Luego me dijo "eso te pasa por ser tan idiota", y había regresado la Lauren de siempre.

Dinah no podía creer lo que había pasado, tanto con el Plux como lo de Lauren.

-Creo que le gustas.

Estábamos ayudando a recoger las carpas que ya no serían usadas. Aún era raro hacer este tipo de cosas, pero sino quería que el Capitán Mike se enterara de nuestra escapada tenía que ayudar a hacer algo y ganarme la confianza de los demás.

-Deja de decir tonteras, Dinah. Ella y yo nos detestamos.

-¿Entonces por qué estas a la defensiva?

-No lo estoy -arrugué la nariz, el hedor proveniente de nuestros cuerpos empezaba a ser insoportable. Había perdido la cuenta de cuantos días llevábamos siendo rehenes, pero ya había pasado mucho tiempo. -Además, las chicas van con los chicos.

-¿Quién lo dice? -pasó a mi lado cargando con algunas mantas.

-Mi padre.

Dinah rió. -_________, no escoges de quién te enamoras.

-¿Puede dejar de decir eso? No me gustan las chicas, punto.

-Deja de ser tan negati...

-Pst.

Unos susurros venían de los árboles frente a nosotras. Ay no, podría ser otro Plux, y yo no tendría las agallas de matar a nada, ni siquiera sabía como tomar un espada o cuchillo.

-Pst, aquí -susurró la voz masculina.

-¿Quién está ahí? -preguntó Dinah.

Ahogué un grito. Bastian estaba ahí. Era real. Estaba igual de sucio que nosotras, con ramas en el cabello, y sus ojos se veían más oscuros. Si él estaba aquí significaba que...

-¿Mi padre? -pregunté.

Él negó con la cabeza. ¿Eso qué significaba? No había tiempo para pensar en eso, Bastian estaba aquí, no podía creerlo.

-¿Cómo llegó tan rápido, su majestad? -preguntó Dinah. A pesar de nuestras condiciones no le faltaban sus modales.

-Solo Bastian, pero eso no importa ahora, debemos irnos lo antes posible. Tengo mi barco del otro lado de la ciudad, si nos vamos ahora estaremos muy lejos cuando se den cuenta de que ya no están.

Irnos. Podíamos irnos y ser libres. Miré atrás, todos seguían con sus labores. Busqué con la mirada a Lauren, si no estaba a la vista sería más difícil que supiera que me había ido. Una sensato extraña se apoderó de mi pecho, como si fuera nostalgia.

-Por favor, vámonos ya -suplicó él, ofreciéndome su mano.

Lo pensé, era lo mejor, podían haberme dado un "refugio", pero siempre serían los piratas que yo conocía. ¿O no?

Estaba a punto de tomar su mano, pero Bastian fue arrastrado de los arbustos.

-¡Señorita Jauregui! -gritó Brutus mientras sostenía a Bastan del cuello de su camisa.

-¡Déjalo ir! -rogó Dinah.

-Tú cállate, mentirosa, pensé que teníamos algo especial.

Aún no entendía la forma de ser de Brutus. Pero daba igual, porque lo único que mi mente podía ver y pensar era Lauren, como se acercaba a nosotros con esa aura ruda que todo el mundo conocía, tanto que agachaban sus cabezas al verla. Yo no, por más que mi instinto de supervivencia quisiera convencerme.

Pirates (Lauren Jauregui y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora