Parte 1

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Luego de un día exhausto de trabajo, caminaba rápido hacia la parada de buses para dirigirme a mi departamento, el cuál compartía alquiler con mi mejor amigo, Jungkook. Esperaba que el idiota al menos me haya dejado comida lista porque moría de hambre.

Hacía demasiado frío y para mi suerte, comenzó a lloviznar, recordé que dejé el estúpido paraguas en casa. Apenas comenzaba el invierno y nos daba la bienvenida con un pronóstico de lluvias y bajas temperaturas para las próximas semanas.

Encuanto llegué a la parada sacudí un poco mi saco negro mientras me sentaba en un banco largo algo húmedo por las pequeñas gotas de lluvia. Aquí podría cubrirme un poco hasta que llegara el bus. Metí mi mano en el bolsillo y saqué mi celular para observar la hora, aún no era muy tarde, pero las calles estaban completamente vacías, lo normal en esta pequeña ciudad de Hongdae, las personas se encuentran en sus casas resguardándose del frío.

Guardé mi celular luego de avisarle a mi mejor amigo que me encontraba de camino a casa. Al levantar mi vista para ver si llegaba el bus una mujer que cruzaba la calle en mi dirección llamó mi atención, pude notar que temblaba de frío y caminaba con un poco de dificultad, tomada de la mano de un pequeño niño quién en todo momento la observaba muy preocupado. De repente, la mujer detuvo sus pasos, llevó su mano a su cabeza y al intentar dar otro movimiento cayó al suelo.

 —¡Mamá! —El niño gritó a su lado al verla caer e intentaba hacerla reaccionar. 

Sin pensarlo me acerqué rápido a ayudarla, me agaché y tomé su mano.

 —Señora, ¿Qué tiene?¿Señora? ¡oh dios! 

Muy preocupada moví un poco su brazo, pero la mujer se notaba mareada y sin poder reaccionar, miré al niño quien sollozaba en silencio y tomaba la otra mano de su madre.

 —Tranquilo— le dije, intentando darle calma— voy a ayudarla, llamaré a emergencias.

Sentí unos pasos correr hacia nosotros, al levantar la vista, un joven alto que vestía un saco largo color marrón hasta las rodillas, bufanda del mismo color a rayas y una boina negra, se acercó a ayudar. Revisó a la mujer y trató de tranquilizar al niño mientras me levanté para pedir rápido una ambulancia. Una vez dada la dirección, me preguntaron lo que sucedió, les informé de todo mientras llegaban; colgué la llamaba y me acerqué al joven quien era abrazado por el menor.

 —Están en camino —informe al joven moreno quién asintió mirándome mientras le colocaba su larga bufanda al niño. 

 —Ayuden a mi hijo —la mujer tomó mi mano apretándola— Por favor ayúdenlo, mi Soobin —miró esta vez al joven junto a su pequeño y le dio una pequeña sonrisa—

 —Señora, tranquila —dijo el desconocido. Me quité rápido mi abrigo y se lo coloqué a la mujer para cubrirla del frío— Emergencias ya viene en camino, la ayudaremos. 

 Luego de pocos minutos la ambulancia llegó al lugar, subieron a la mujer mientras nos hacían algunas preguntas, informamos que el niño era su hijo y los paramédicos pidieron si alguno podría acompañarlo.

 —Yo puedo acompañarlo—dijimos ambos a la vez, los dos parecíamos muy preocupados por la situación

 —Lo siento, solo uno puede subir e ir con nosotros, debemos darnos prisa —dijo el paramédico mirándonos. 

 —Yo los seguiré en mi auto, está estacionado aquí al frente—señaló hacia un auto negro en una esquina— quiero ayudar —me acercó al niño y lo cargué en mis brazos. —todo estará bien Campeón— le sonrió a Soobin y corrió hacia su auto- 

 —Está bien— Una vez con el pequeño, subimos a la ambulancia con su madre, en camino los paramédicos la revisaban, parecía estar totalmente inconsciente, Soobin no despegaba la mirada de ella y sostenía su mano.— Estará bien —acariciaba su suave cabello y acomodé el enorme saco que el chico desconocido se quitó para colocársela a él, sonreí por el hermoso gesto. 

Uncertain DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora