14: Duerme conmigo.

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Yongsan-gu no estaba lejos de ser uno de los distritos con la vida nocturna más vibrante. Todo el distrito parecía cobrar vida por las noches, desde las calles llenas de luces de neón, hasta el tráfico y la gente caminando alegremente de un lado a otro. Era totalmente contrario a como se veía el lugar durante el día, cuando las personas, aburridas y cansadas, salían a estudiar y trabajar.

Sin embargo, mientras más se acercaban al condominio donde NamJoon residía en Hannam-dong, más se perdía el bullicio y la efervescencia del distrito.

Hannam The Hill estaba ubicado en una zona montañosa. Fue realmente cierto que la ubicación era muy remota, sobre todo con su estricta seguridad. Pero no por nada Hannam The Hill era el complejo de apartamentos más caro y exclusivo de Seúl. La zona era hermosa y de élite. Y la vista desde las colinas, que conducía directamente al río Han, era maravillosa tanto de noche como de día.

SeokJin se dio cuenta que todo en la zona era silencio y quietud desde que ingresaron en el lugar. Algo que iba perfectamente bien con la personalidad de NamJoon. Pero en cuanto estuvieron en el ascensor del edificio, solos y extrañamente tensos, no pudo evitar sentirse como en un deja vu.

Era el mismo sentimiento ansioso que recorrió su cuerpo aquella noche en la fiesta de aniversario de KNS Inc. cuando subieron al ascensor.

No pudo evitar morder su labio inferior y apretar las solapas de la gabardina de NamJoon entre sus manos cuando observó al hombre de reojo. —Honestamente, creo que me sentiría menos incómodo si vuelves a besarme... —murmuró, rompiendo el silencio en el ascensor y entre ellos—. Odio este silencio... Es un poco escalofriante.

NamJoon resopló al escucharlo, pero se giró para verlo a la cara. Había algo en la expresión del alfa que SeokJin no podía descifrar. ¿Era incomodidad? O peor aún, ¿era conflicto...? Claramente, todavía no era capaz de descifrar correctamente los estados de ánimo de Kim NamJoon. Pero de algo que SeokJin estaba seguro es que, sea lo que fuera que el hombre estaba sintiendo, fue puesto en segundo plano por su deseo. La excitación y la lujuria estaban suprimiendo cualquier sentimiento de incomodidad, confusión o frustración que NamJoon sintió al llevarlo a su hogar.

—Si no me vas a besar —SeokJin volvió a hablar pausadamente—, me temo que tendré que tomar la iniciativa otra vez...

Pero no tuvo que tomar la iniciativa como había previsto. NamJoon agarró su rostro y lo besó nuevamente. Un beso parecido al primero que SeokJin le dio cuando estaban en el auto. Pero esta vez el beso pasó rápidamente de ser calmado a uno más profundo y lleno de anticipación. Y Jin se volvió a olvidar por completo de todo lo que estaba estructurando en su mente sobre qué no hacer y qué sí hacer una vez que estuviera en el departamento del alfa.

Francamente, parecía que su mente no era capaz de trabajar adecuadamente en cuanto tuviera los labios de NamJoon contra los suyos. Pero fue un poco vertiginoso la forma en la que su incomodidad pasó otra vez a segundo plano, asimismo como cualquier emoción conflictiva que estuvo molestando a NamJoon por traerlo a su espacio, porque cuando ingresaron al penthouse, el alfa lo cargó e ingresó en su sala de estar sin ninguna duda, mientras SeokJin devoraba su boca sin darle oportunidad de apartarse otra vez.

No tuvo tiempo para mirar adecuadamente el departamento de NamJoon cuando ya estaba sobre el sofá, con los botones de su camisa casi abiertos, y NamJoon sosteniendo sus manos por encima de su cabeza. Tampoco le importaba mucho no haber visto detenidamente. Estaba seguro que tendría muchas oportunidades en el futuro para recorrer el lugar con calma a partir de ahora.

En ese momento, ya no había plan ni guión al cual adherirse en su cabeza. Solo deseaba continuar perdiéndose en la pasión que se arremolinaba con el calor de sus cuerpos, porque de nuevo estaba perdido en el aroma de Kim NamJoon.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora