40: Confianza quebrantada.

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NamJoon nunca había estado tan fuera de sí en su vida como lo estuvo durante ese momento en la reunión. Años de autocontrol se habían ido a la basura en tan solo un instante.

Lo que su tía hizo esa tarde era algo que, a decir verdad, se había estado esperando desde el secuestro de SeokJin. Sabía que la mujer haría algo durante la reunión anual para dejarlos mal parados a ambos. Sin embargo, no estimó la gravedad de lo que ella descubriría sobre el omega y su familia, tanto que había estado despreocupado al respecto durante esa última semana.

Él confiaba en SeokJin. Confiaba tanto en el omega que había puesto toda su fe en que su tía no encontraría nada relevante en su celular. Sin embargo, ¿qué tan crédulo fue al depositar tanta confianza en ese omega?

Confiar en SeokJin realmente iba a ser su ruina.

El omega era manipulador, embustero y mentiroso. NamJoon siempre lo había sabido. Su instinto nunca le falló. Aun así, con todas las banderas rojas a la vista, había tomado la decisión de poner todo lo que había construido en juego por querer a ese omega. Porque NamJoon lo quería. Mierda. Lo quería tanto que no veía más allá de su sonrisa cautivadora, de su voz suave y de los momentos compartidos en la intimidad. Era como si estuviera bajo un hechizo, cegado por la pasión y la conexión que sentía hacia SeokJin.

Y ahora, después de haber mandado todo a la mierda, estaba chocando contra la cruda realidad de que sus sentimientos por SeokJin podrían haber sido su mayor debilidad, una debilidad que le iba a costar todo lo que trabajó tan arduamente por construir si no tomaba una decisión rápido.

Pensar en todo eso le llevó a caminar por su despacho como una bestia enjaulada. Quería regresar a ese maldito salón y terminar de ahorcar a su primo. El problema era que no sabía exactamente por qué sentía esa rabia tan impulsiva; ¿era porque el bastardo se atrevió a llamar puta a su omega frente a todos? ¿Por la ira que le había provocado su tía? ¿O por su frustración con todo el asunto de SeokJin y su familia?

Sea cual fuera la razón, se sentía extremadamente irritado y furioso con toda esta situación de mierda.

Intentó enfocarse únicamente en las cosas buenas de SeokJin, en su dulce sonrisa, en la calidez de su cuerpo y en las risas que habían compartido esa misma mañana. Quiso recordar cuánto lo apreciaba. Todo lo que daría por hacerlo feliz. Sin embargo, su mente estaba nublada por la ira, la confusión y la decepción. Pensar en Kim SeokJin ya no era un bálsamo para su estrés, como lo había sido desde que aceptó sus sentimientos por el omega; todo lo contrario, le provocaba una furia cada vez más intensa.

NamJoon sabía que no se calmaría hasta que liberara todas esas emociones desordenadas de su sistema. Deseaba ver a SeokJin en ese mismo momento. Maldición. Quería ver a ese pequeño mentiroso y...

NamJoon se detuvo y pasó exasperado sus dedos por su cabello, tratando de encontrar alguna forma de calmar su turbulento interior. Ni siquiera sabía qué haría una vez que confrontara a SeokJin. Lo único de lo que estaba seguro es que sentía una abrumadora necesidad de ver al omega en ese preciso instante.

Con un gesto brusco, apartó el vaso de whiskey que estaba a punto de servirse y se giró para encarar a su secretaria. La mujer permanecía de pie frente a la puerta, sosteniendo un botiquín en sus manos, a la espera de que NamJoon recobrara la compostura para limpiar la herida en su sien.

—Llama a SeokJin —ordenó en medio de su arrebato—. Llámalo ahora mismo y dile que venga aquí.

La mujer lo miró con desconcierto, intercambiando una breve mirada con el jefe Choi, que también se encontraba a la espera de alguna orden.

—Señor... —murmuró ella, vacilante—. Su prometido está en medio de un rodaje. No sería posible que viniera en este momento.

NamJoon frunció el ceño, sintiendo su frustración aumentar.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora